Sánchez prepara un giro al centro en el Gobierno para desmarcarse de sus socios del ‘Frente Popular’

Pedro Sánchez trabaja en una crisis de Gobierno tras la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado y con el comienzo de la estabilización de la pandemia. Finalizada la catarata de cesiones al separatismo vasco y catalán en la negociación presupuestaria, el presidente tiene decidido un “giro al centro” en su Ejecutivo, tanto en nombres como en políticas. 

Fuentes con acceso al presidente del Gobierno confirman a Confidencial Digital que Sánchez está diseñando un plan post-Presupuestos, con el objetivo de ‘centrar’ el comportamiento ideológico y de gestión del actual Gobierno. 

Un giro al centro

Una vez queden aprobadas las cuentas del Estado, con los duros peajes que ha tenido que pagar al independentismo catalán, a los herederos políticos de ETA (EH Bildu) y al PNV, la intención de Pedro Sánchez es irse desmarcando de tan “incómodos compañeros”, con el fin de ir centrando poco a poco, tanto el Gobierno que preside, como el partido que dirige. 

Es consciente del alto precio electoral que podría pagar en el futuro, si mantiene la deriva y esos “compañeros”, y su voluntad es corregir rumbos, en la dirección de concurrir a unas elecciones generales en las que mejore sus actuales resultados. En su entorno resumen que su objetivo ahora es “ir ocupando el centro”.

“Todos los destrozos de una tacada”

Sánchez y su jefe de Gabinete, Iván Redondo, han decidido “meter la directa” ahora, explican fuentes de Moncloa. Es decir, acometer “todos los destrozos de una tacada”, pagar ya todos los precios por el apoyo a las cuentas, y aprovechar los dos años mínimo que éstas le facilitan para “regresar a una senda de normalidad”. 

En el PSOE entienden que esta estrategia, “conlleva muchos riesgos, tensa demasiado y no ofrece garantías”, porque “cae lleno en el “cortoplacismo”. Pero saben que responde al modelo impuesto por Redondo en Moncloa, a quien en Ferraz achacan muchas culpas, una de ellas haber creado un cortafuegos entre Sánchez y el partido.

Desmarcarse del ‘Frente Popular’

En Moncloa aseguran que el presidente sabe bien que “Iglesias tiene su partido en una situación muy precaria y que por eso necesita permanecer en el Gobierno”. Pero anticipan que la aprobación de los Presupuestos va a dar paso a un “golpe en la mesa” por parte de Pedro Sánchez para desmarcarse del ‘Frente Popular’ que integran Podemos, ERC y EH-Bildu.

Advierten de que el líder de Podemos tendrá  que “ganarse” el protagonismo que busca. Ya no lo podrá no podrá obtener con “su política de los desplantes y de tensionar el Consejo de Ministros”, porque, con las cuentas aprobadas, se abre un horizonte de casi tres años sin elecciones y quien decide dónde se pone el foco y quien se va a lucir será el presidente.

Crisis de Gobierno a comienzos de año

El giro al centro se materializará, por ejemplo, en una crisis de Gobierno que varios dirigentes socialistas, consultados por Confidencial Digital, sitúan en el “primer trimestre del próximo año”, en la que el presidente rebajará el peso de Podemos dentro del Ejecutivo.

Se trata de “volver a equilibrar de nuevo la capacidad de influencia”, destacan en el equipo de un ministro que da por hecho que mantendrá sus funciones.

Revelan que Sánchez barajó la crisis de Gobierno para después del verano, pero decidió esperar a los Presupuestos. 

Los nervios se han instalado en algunas carteras donde sus ministros no se sienten seguros. Son los casos de Industria, con Reyes Maroto; Universidades, con Manuel Castells; Cultura, con José Manuel Rodríguez Uribes…

Podemos pierde peso

Por tanto, una de las decisiones que tiene tomada Sánchez es que alguno de los actuales ministros morados pierda la cartera. Busca trasladar la imagen de que Podemos pierde poder en el Gobierno.

ECD ha podido confirmar, en fuentes próximas a la Vicepresidencia segunda del Ejecutivo, que el mensaje que se ha recibido desde La Moncloa en la cúpula de la formación morada es que Pablo Iglesias es el único miembro de Unidas Podemos que tiene asegurada la continuidad.

Saben también que Pedro Sánchez trabaja en una remodelación del Gabinete en la que no prescindirá de Podemos en el Consejo de Ministros, y que conservará una de las vicepresidencias.

Irene Montero, en la cuerda floja

Entre los candidatos a abandonar el Consejo de Ministros se cita especialmente a los titulares de Igualdad, Irene Montero; de Universidades, Manuel Castells; y de Ciencia e Innovación, Pedro Duque.

La parte socialista del Gobierno señala a Irene Montero como uno de los principales focos de tensiones y problemas en el seno del Consejo de Ministros. Desde la tramitación de la Ley de Igualdad, cuyo texto final se tuvo que eliminar para volver a redactarla por los abundantes errores que contenía, las desavenencias con gran parte de los miembros del PSOE han sido constantes.

En Ferraz no se pasa por alto que Montero ha sido la ministra que más se ha enfrentado a la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, una de las personas que más influye en Sánchez.

Destacan que los problemas judiciales de la jefa de gabinete de Montero, Amanda Meyer, señalada por su papel junto a Rafael Mayoral en la cooperativa que investiga la presunta financiación irregular de Podemos, tampoco ayudan a que el presidente recupere la confianza en la número dos de Podemos.

Se apunta que su cartera, la de Igualdad, podría volver a manos de Carmen Calvo, o bien mantenerse bajo la gestión de Podemos pero, en este caso, en el Ministerio de Trabajo y Economía Social que lidera Yolanda Díaz o en la Vicepresidencia de Derechos Sociales, que dirige su pareja, Pablo Iglesias.

Las malas perspectivas electorales

En la dirección del PSOE se destaca también que, a la vista de los pronósticos que arrojan las encuestas de cara a unas hipotéticas generales, la capacidad de Iglesias para resistirse a una reducción de ministerios es mucho menor que hace un año, cuando se pactó el actual Ejecutivo de coalición.

“Ahora tienen mucha menos fuerza electoral que en enero para exigir puestos en el Gobierno. Y, si rompen el Gobierno, y fuerzan a Sánchez a convocar elecciones, con sus mala expectativas podrían quedar fuera del poder. Así que, aunque el presidente les quite carteras, les interesará al menos seguir en el Gobierno”, reconoce un alto cargo socialista.

El balance de los ministros de Podemos

Los ministros de Consumo y de Universidades, Alberto Garzón y Manuel Castells, respectivamente, no tienen asegurada su continuidad en esa remodelación, según revelan a ECD fuentes de la Ejecutiva del PSOE.

En cuanto a Garzón, el patinazo con el sector del turismo, al señalar que “no es estratégico”, y su falta de empatía, no le han hecho ganarse demasiadas adhesiones. Su ministerio se considera “prescindible”, como el de Igualdad, “donde pesa más la nomenclatura ideológica y ser la pareja de Pablo Iglesias que su capacidad de gestión”, destacan en el PSOE.

Respecto a Castells, el ministro de Universidades es considerado el “gran desaparecido”. En la cúpula socialista aseguran que Pedro Sánchez se plantea volver a fusionar este ministerio con Educación y Ciencia.

Concluyen que el paso del titular de Universidades por la política ha sido “inexistente”. Apenas ha comparecido en el Congreso y en el Senado para dar explicaciones de su gestión.

Existen dudas con Yolanda Díaz

En cambio, existen dudas sobre la titular de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, la ministra que procede de Unidas Podemos mejor valorada de los cinco miembros del Gobierno de coalición. Es sobre todo responsable de los principales pactos con los agentes sociales para la protección de empresas y trabajadores por los efectos de la pandemia (ERTE, salario mínimo, teletrabajo…).

No obstante, su nombre suena también para sustituir en un futuro a Pablo Iglesias al frente de Podemos, dado que la imagen de Irene Montero se ha desvanecido y desdibujado. “Este sería uno de los motivos por los que a Iglesias no le importaría que Pedro Sánchez prescindiera de la ministra de Trabajo”, afirman las fuentes consultadas.

Se mantienen las vicepresidentas

Pese a la expectativa de cambios en el Gobierno, hay varios ministros que saben que se mantendrán. Alguno, incluso, puede sumar aún más responsabilidades, como muestra de la confianza de Pedro Sánchez.

Se trata de las vicepresidentas Nadia Calviño y Teresa Ribera, a quienes, junto a Carmen Calvo, Sánchez confía la salida a la crisis social y económica generada por el Covid.

Lo mismo ocurre con Margarita Robles, José Luis Ábalos, Fernando Grande-Marlaska y José Luis Escrivá. Son cuatro ministros que han generado una gran satisfacción en Sánchez por su labor al frente de sus departamentos.

En cambio, otros nombres de la parte socialista que se citan en el Gobierno como candidatos a abandonar el Consejo de Ministros son la titular de Exteriores, Arancha González Laya, y la de Industria, Reyes Maroto.

Cambio en la portavocía

En Moncloa hay también preocupación por el desgaste político que ha sufrido María Jesús Montero durante la emergencia sanitaria del coronavirus. Es una persona de la máxima confianza de Sánchez, y su favorita para disputar a Susana Díaz el liderazgo del PSOE andaluz e intentar reconquistar la Junta de Andalucía.

Así las cosas, Sánchez quiere mantener a Montero como titular de Hacienda pero protegerla de las ruedas de prensa semanales del Consejo de Ministros mediante un cambio de portavoz del Gobierno.

Un perfil más técnico y reducido

Otro de los objetivos de este movimiento político, cuando el Ejecutivo habrá cumplido poco más de un año, es adelgazar la estructura administrativa.

Las fuentes a las que ha tenido acceso ECD destacan que Pedro Sánchez busca fortalecer y hacer más ágil el día a día en la toma de decisiones, con un equipo más “técnico”, y, a la vez, proyectar hacia Europa la imagen de que reduce gastos en la Administración.

Con 22 ministros, el de Sánchez es uno de los gobiernos más amplios de la Unión Europea, y el más numeroso de la historia democrática de España.

El presidente es consciente de que debe comenzar a enviar a sus colegas europeos “mensajes de contención de gastos”, a cambio de las ayudas de la UE que recibirá España, por valor de 140.000 millones de euros, para la reconstrucción del país tras la pandemia.