Se siente dolido por la desconfianza del Gobierno en los Mossos

El desahogo del mayor Trapero sobre el proceso independentista

Da por hecho que acabará detenido. Admite presiones de la Generalitat el 1-O. Asegura que siempre ha sido constitucionalista

Trapero acude a declarar a la Audiencia Nacional
Trapero acude a declarar a la Audiencia Nacional

Hace una semana, José Luis Trapero fue imputado por la Audiencia Nacional por un presunto delito de sedición. El viernes declaró ante la juez que no se avisó con suficiente antelación a los Mossos de los registros judiciales a la consejería de Economía, obstaculizados por una multitud de en torno a 40.000 personas. A la espera de que la Guardia Civil aporte más pruebas en su contra, el mayor ha confesado a su círculo más cercano que aguarda su detención en cuestión de días.


Diversas fuentes del entorno más cercano al jefe de los Mossos aseguran a El Confidencial Digital que Trapero no alberga esperanzas de evitar ir a la cárcel condenado por sedición.

Y aunque no cayera sobre él la pena de 15 años de prisión prevista en el código penal, el mayor asegura a sus allegados que será detenido al menos por un tiempo, como medida cautelar de la juez Carmen Lamela.

La Guardia Civil ha remitido a la AN dos informes en los achaca a los Mossos, y en concreto, al mayor Trapero y al director del cuerpo, Pere Soler, dos acciones graves.

Por un lado, acreditan la inacción de los Mossos durante los tumultos contra los registros judiciales. De otro, la protección que prestaron a miembros del Govern en el proceso ilegal de independencia de Cataluña.

Quiso dar una rueda de prensa el 1-O

Según ha recabado ECD de varias fuentes cercanas a Trapero, el mayor de los Mossos se considera “íntegro” y leal a la Constitución. Asegura que no es independentista, apelando al origen vallisoletano de sus padres: “se define charnego, de hecho, se presenta como José Luis y no como Josep Lluis".

En medio de la vorágine soberanista de la Generalitat, Trapero se ha visto envuelto “en una situación muy dramática y muy complicada”, afirman las mismas fuentes.

La escalada de tensión para el mayor alcanzó su punto álgido el 1 de octubre, día del referéndum de independencia. Los Mossos tenían orden de la Fiscalía General del Estado de impedir la apertura de colegios y cualquier votación.

Trapero ha confesado a sus allegados que varias personas le aconsejaron convocar una breve rueda de prensa para mostrar su adhesión a la Constitución y explicar las medidas que adoptó el cuerpo para evitar la consulta ilegal.

El jefe de los Mossos consideró la propuesta hasta el punto de que la aceptó, y planeó convocar a los periodistas el 1-O en la sede de la plaza de Cataluña. Pensó enviar un mensaje de lealtad a la Constitución de no más de tres minutos, alternando el catalán y el castellano.

 

Sin embargo, según relata Trapero a sus más cercanos, finalmente decidió no convocar la rueda de prensa por “presiones de la Generalitat”. Miembros del Govern hablaron con el mayor para disuadirle alegando la delicadeza de la situación y las cargas policiales contra los votantes.

Trapero decidió entonces abortar la convocatoria, aunque expresó sus dudas a sus interlocutores del Govern.

Exige al Govern que no use su imputación

Ahora que el referéndum ha quedado atrás, Trapero se considera uno de los grandes perjudicados del proceso independentista, ya que le ha costado la imputación por un presunto delito de sedición.

Fuentes cercanas al mayor afirman que Trapero ha exigido al consejero de Interior de la Generalitat, Joaquim Forn, que el Govern no haga un uso político de su imputación.

Desde que ha sido imputado por la juez Lamela, Trapero considera que las declaraciones de los independentistas sobre su situación sólo empeorarán su situación procesal.

Por eso, ha sido claro con Forn y le ha exigido que ningún dirigente de la Generalitat haga declaraciones explícitas o implícitas sobre su imputación.

Trapero no quiere influir en la juez ni en el fiscal, pero tampoco quiere que se le relacione más con los promotores de la independencia ni exponerse demasiado a la opinión pública, algo que nunca le ha gustado.

Molesto por el envío de 12.000 efectivos policiales

Fuentes próximas al entorno más cercano a Trapero explican la actuación del mayor los días previos al referéndum y el propio 1-O.

Según aseguran, los Mossos están satisfechos con su actuación durante la consulta porque “cerraron más colegios que la Guardia Civil y la Policía”.

Y añaden un matiz sobre la pasividad y complicidad con los independentistas que se les ha reprochado durante el 1-O: tanto Trapero como los agentes catalanes no entendieron que el Gobierno enviara 12.000 efectivos policiales a Cataluña para frenar el referéndum.

Consideraron la medida un agravio y una falta de confianza del Ejecutivo en la policía autonómica. “Igual que un guardia civil a veces se atornilla el tricornio”, la opinión de Trapero era que el cuerpo competente para solucionar la crisis independentista eran los Mossos.

Las mismas fuentes apuntan al malestar de Trapero para justificar su actuación, calificada de ambigua por la propia Guardia Civil y la Policía. El mayor se sintió muy dolido con la decisión de Moncloa: “no se fían de los Mossos, creen que no estamos con ellos”, se le oyó decir.


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