Por qué Pedro Sánchez y Pablo Iglesias están retrasando tanto su anunciada cumbre

Hay discrepancias profundas: el presidente reclama “máxima discreción” y el líder de Podemos “luz y taquígrafos”. Moncloa intenta limitarlo a una conversación por teléfono

Foto del desencuentro de Pedro Sánchez con Pablo Iglesias
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, en un encuentro en el Congreso de los Diputados.

El retraso de la anunciada reunión entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias tiene una explicación. Se trata de un encuentro que tanto PSOE como Podemos difundieron, y que en un principio estaba prevista para hace ya dos semanas. El problema es que los interlocutores no se ponen de acuerdo ni sobre el formato ni sobre los contenidos.

La última reunión pública entre el presidente y el vicepresidente segundo se produjo a principios de enero, tras las últimas desavenencias en cuestión de desahucios y sobre la subida del Salario Mínimo Interprofesional.

Una cita que sirvió para afinar la coalición de cara al nuevo año, pero que se vio enfangada poco después por la campaña para las elecciones catalanas de 14 de febrero, donde el partido morado decidió apostar por evidenciar de forma muy visible las diferencias existentes entre los socios.

Ahora, la situación interna es confusa porque, mientras algunas fuentes de Podemos, y también socialistas, afirman que la coalición “está engrasada y no corre ningún peligro de disolución”, desde el equipo de Pedro Sánchez admiten a ECD que la relación entre los dos líderes “se ha enfriado bastante”.

Moncloa no tiene prisa para la reunión

Por lo pronto, el encuentro entre el presidente y el vicepresidente segundo, que se viene anunciando desde hace quince días para abordar las líneas estratégicas de la coalición, sigue pendiente. Mientras tanto, se multiplican las tensiones entre los dos socios de gobierno y se mantienen los bloqueos en proyectos fundamentales como la ley de vivienda o el paquete legislativo en materia de igualdad.

Fuentes próximas a La Moncloa consultadas por Confidencial Digital aseguran que la reunión entre Sánchez e Iglesias no va a ser inminente. “No hay nada cerrado para esta semana”, aseguran, aunque desde Podemos sostienen que es necesario que este encuentro se produzca cuanto antes para reconducir el conflicto.

Sánchez reclama “máxima discreción”

En el entorno del presidente reconocen las “discrepancias profundas” que provoca el retraso del encuentro entre ambos líderes.

Aseguran que el principal obstáculo es sobre el formato. La idea de Pedro Sánchez es celebrar la reunión “con la mayor discreción posible”. Incluso, realizarla sólo de puertas para adentro, de modo que solo trascienda una vez celebrada.

De hecho, explican en su equipo, “es lo mismo que le pidió a Iglesias en la última sesión de control al Gobierno en el Congreso en la que ambos coincidieron”, donde le reclamó que Unidas Podemos “bajara los decibelios” de cara al público y fortaleciera al Gobierno de coalición. Es decir, que las discrepancias se lleven de manera menos pública.

 

Pablo Iglesias busca una escenificación

En cambio, fuentes próximas al vicepresidente segundo confirman a ECD el rechazo de Pablo Iglesias a ese formato para la reunión con Pedro Sánchez en Moncloa.

En la dirección de Podemos reconocen que buscan una especie de “cumbre” con el presidente, que se visualiza una especie “de tú a tú con Iglesias” que encauce la situación tras las tensiones acumuladas. Defienden que necesitan esa “escenificación”, en una reunión con “luz y taquígrafos”, para hacer valer su peso interno en el Gobierno.

Limitarlo a una conversación por teléfono

Sin embargo, fuentes del entorno más cercano al presidente aseguran a ECD que la mayoría de los contactos entre ambos líderes ya se vienen realizando “vía telefónica”, cuando antes eran presenciales y semanales, al margen de la reunión habitual del Consejo de Ministros de los martes.

Es más. Otra de las alternativas que Sánchez ha ofrecido a Pablo Iglesias es limitar la cita a “una conversación por teléfono o a un café”. Un formato de encuentro que el líder de Podemos también ha rechazado de forma tajante.

En el equipo del jefe del Ejecutivo consideran que la presión constante que Iglesias proyecta sobre el Gobierno de coalición está afectando a la eficacia y a los tiempos del “escudo social” con el que se intenta responder a los estragos de la pandemia.

Se ha deteriorado la relación personal

Añaden que “lo que está ocurriendo es que las tensiones internas que sacuden con frecuencia el Consejo de Ministros están comenzando a afectar a la relación personal entre el presidente y su vicepresidente segundo y socio”.

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias llevan varias semanas sin celebrar las reuniones de ‘maitines’, los encuentros fijados a primera hora de los lunes, junto a sus equipos más cercanos, jefes de gabinete, portavoces parlamentarios y responsables de comunicación, en los que consensuaban la estrategia para el resto de la semana, las líneas comunicativas y definían la agenda política.

Los ‘maitines’ han sido desplazados ahora a la sede de Ferraz, donde Sánchez aborda las estrategias a seguir sólo con el núcleo duro del PSOE.

Pero no solo. También llevan desde antes de la campaña de las catalanas sin celebrar los almuerzos, en este caso solo de Sánchez e Iglesias, que se convocaban, habitualmente los jueves, de cara a desbloquear desacuerdos.

Manual de buenas prácticas

Hay que recordar que, un día después de que Pedro Sánchez fuera investido presidente con el apoyo de Pablo Iglesias en enero del año pasado, PSOE y Unidas Podemos rubricaron un “protocolo de funcionamiento”: una suerte de manual de buenas prácticas que garantizara la unidad de acción y estratégica en la coalición.

Solo catorce meses después, el pacto ha quedado prácticamente en papel mojado, y la denominada “Comisión Permanente de Seguimiento del Acuerdo” que se creó entonces se ha ido reduciendo a los contactos bilaterales que Sánchez y Pablo Iglesias mantienen directamente para resolver las discrepancias más importanes que surgen en el seno del Ejecutivo.

Gana el partido que manda

En el entorno del presidente del Gobierno aseguran que, a pesar de la situación, Sánchez se muestra “tranquilo”, porque está convencido –y así se lo insisten sus asesores en Moncloa- de que, en un Ejecutivo de coalición, “al final gana siempre electoralmente el partido que manda”. En este caso, el PSOE.

Concluyen también que “el electorado de izquierdas tiende a atribuir al presidente Sánchez todo lo que se hace: lo malo, pero también lo bueno”.

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