El discreto pero decisivo papel de Moratinos en los Balcanes. El ministro ha sido clave para que los europeístas se hayan hecho con el poder en Serbia

Miguel Ángel Moratinos se ha apuntado un buen tanto como mediador en los Balcanes, aunque no se haya enterado casi nadie. Su gestión ha sido clave para lograr en Serbia que fueran los europeístas, y no los ultranacionalistas, quienes formaran nuevo Gobierno.

Tras las elecciones del 11 de mayo, la llave del poder estaba en manos del SPS, el Partido de los Socialistas Serbios, del difunto presidente Slobodan Milosevic, que tenía que decidir si sus 20 diputados apoyarían a la alianza proeuropea del presidente Boris Tadic o a los nostálgicos del Partido Radical de Tomislav Nikolic.

Lo normal habría sido que el SPS pactara con los ultranacionalistas de Nikolic, que defienden el pasado y cuya prioridad principal es recuperar Kosovo. Sin embargo, el partido que, durante las guerras balcánicas lideró Milosevic está muy interesado en rehabilitarse y dar una imagen de “partido moderno”. Y necesitaba un pequeño empujón para aliarse a los europeístas.

Según fuentes diplomáticas consultadas por El Confidencial Digital, el empujón se lo ha dado el jefe de la diplomacia española. El ministro de Exteriores ofreció al SPS su apoyo para que entre en la Internacional Socialista, así como todo el respaldo de España para el ingreso de Serbia en la Unión Europea, a cambio de que formara Gobierno con la coalición de Tadic.

El propio presidente del Partido Socialista Serbio, Ivica Dacic, viajó el 13 de junio a Madrid para reunirse con Moratinos y adelantarle que finalmente iban a apoyar a los europeístas. Diez días después, Dadic lo anunciaba en Belgrado.

España tiene en estos momentos una relación privilegiada con Serbia, precisamente por ser uno de los pocos países de la UE que no ha reconocido la independencia de Kosovo. Moratinos ha aprovechado esa visión que se tiene en Belgrado, de España como nación amiga, para que la balanza del Gobierno se inclinara del lado europeísta. No obstante, el mérito de que no estén gobernando los ultranacionalistas en Serbia no es sólo suyo: también se implicó personalmente en las gestiones el ministro de Asuntos Exteriores de Luxemburgo.

Es evidente que, si el Partido Radical hubiera formado Gobierno con el apoyo de los socialistas serbios, Karadzic no habría sido detenido. Para los ultranacionalistas, Karadzic no es un criminal de guerra sino prácticamente un héroe y están orgullosos de su pasado.

Lo que todavía sigue siendo un misterio es qué papel han jugado los del SPS en la detención del convicto teniendo en cuenta que Karadzic actuaba claramente con la bendición de Milosevic, antiguo líder de los socialistas.

 

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