La embajada de Libia en España también da la espalda a Gadafi. La bandera de los rebeldes ondea en un edificio sin apenas actividad

Las miradas de todo el mundo se centran en los combates calle por calle que se suceden en Trípoli a la espera de la inminente caída de Muamar el-Gadafi gracias al rápido avance de las tropas rebeldes. Mientras tanto, la embajada de Libia en España ha decidido seguir el curso favorable de la guerra izando la bandera del Consejo Nacional de Transición en Madrid.

La embajada de Libia en Madrid amaneció hoy con la vieja enseña tricolor adornada con una estrella y una media luna símbolo de la monarquía Libia. Cuando hace unos meses comenzaron las traiciones y los enfrentamientos armados en la antigua colonia italiana, los rebeldes -reconocidos como gobierno legítimo por la mayoría de los países- retomaron este símbolo como emblema de su lucha contra el régimen de Gadafi.

En la calle de la embajada se respira una abrumadora tranquilidad. La vía está prácticamente desierta, con la excepción de un coche de la Policía Nacional que vigila los exteriores de la embajada.

Vecinos de la zona han contado a El Confidencial Digital que desde que la embajada llegó a su nueva ubicación -en los aledaños de Pío XII- hace algo más de tres meses, solo existieron significativos movimientos de personal durante los primeros días. En esas fechas era habitual ver a entrar y salir a trabajadores de la embajada de forma fluida.

Hosteleros de la zona señalan que muchos días la embajada de Libia es una embajada ‘fantasma’ de la que no entra ni sale nadie. Algunos vecinos de la zona se preguntaban si ese edificio estaba realmente ocupado y afirmaban que “ahí no trabaja nadie” que siempre han visto el edificio vacío.

La embajada no da muestras de actividad alguna: El portero automático de la entrada está desconectado, todas las puertas se encuentran cerradas, las persianas completamente bajadas y nadie responde a ninguno de los teléfonos. Lo único invita a pensar en la habitabilidad del edificio es una ventana abierta.

Según confirmaron a ECD fuentes diplomáticas libias a principio de esta misma semana, la única orden existentes actualmente en la legación era la de “esperar órdenes. Pronto nos dirán que debemos hacer”. Desde entonces, sólo silencio y teléfonos que nadie descuelga.

Movimientos, traiciones y expulsiones de la embajada:

Hasta que comenzó la guerra civil en Libia, Gadafi era considerado un amigo y un aliado. En sus visitas oficiales a España aparecía en compañía de personalidades de la política e incluso de la de la Casa Real. Los hijos del líder libio asistían a cacerías con miembros Alejandro Agag y el propio Muamar el-Gadafi llegó a recibir la llave de oro de la ciudad de Madrid de manos del alcalde Alberto Ruíz Gallardón en diciembre del año 2007.

En febrero, inspirados por las revueltas en los países vecinos, los movimientos de protesta contra el líder libio comenzaron a radicalizarse. La contundente respuesta de Gadafi contra las protestas –ordenando abrir fuego contra los manifestantes- provocó una escalada de violencia que derivó en una guerra civil y provocó que paulatinamente la comunidad internacional dejase de reconocerle como máximo representante de Libia y que el consejo de seguridad de la ONU autorizase una operación militar para crear una zona de exclusión aérea.

 

El día 8 de Junio, España reconoció a los rebeldes como único representante legítimo del pueblo Libio. Hasta ese momento, solo los consideraba un interlocutor.

España expulsó al embajador de Libia junto a otros tres diplomáticos el día 16 de Junio al considerarles leales al autor del Libro Verde.

El día 1 de Agosto, el gobierno informó al Encargado de Negocios de la embajada de Libia que debía abandonar el país al ser considerado partidario de Gadafi.

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