Los escoltas se movilizan para crear un colegio profesional desde donde defender sus derechos y ahorrar al Gobierno unos 8.000 euros por agente

La protección de personas, como actividad profesional, es una profesión que aún no posee de un órgano propio que les permita colegiarse. Los escoltas están intentando crear uno por las ventajas que podrían obtener de esa institución.

Los escoltas quieren formar un colegio profesional. El motivo principal por el que buscan constituirlo es la ausencia de un criterio fijo en las horas de formación de los nuevos agentes. Estos agentes desean crear un colegio profesional muy similar al que existe actualmente para detectives privados, distribuidos en algunas comunidades autónomas.

Según fuentes consultadas por El Confidencial Digital, esos colegios de detectives privados son el modelo que los escoltas quieren seguir. Los detectives están exigiendo un periodo de formación que contenga ‘una acreditación superior, de tipo universitario’. Frente a esto, para ser escolta sólo se necesita estar en posesión del título de ‘vigilante de seguridad’ (180 ‘horas universitarias’) y realizar un curso de especialización de 60 horas. Con estas 240 horas en total, una persona puede convertirse en un ‘profesional de la protección’.

Los escoltas pretenden ampliar este periodo lectivo y evitar con ello que los nuevos agentes lleguen insuficientemente preparados para desempeñar una labor tan importante como es la protección de personas. Y más ahora, cuando la ruptura del último ‘alto el fuego’ por parte de la banda terrorista ETA ha provocado que sus servicios se hayan visto especialmente requeridos. Según estos profesionales, el colegio de escoltas supondría, además, los siguientes beneficios:

-- Ahorro. Tanto el Gobierno como las comunidades autónomas se ahorrarían unos 8.000 euros por escolta. Las estadísticas demuestran que las empresas de seguridad privadas reciben entre 9.000 y 10.000 euros por servicio de escolta. Sin embargo, los agentes cobran una media de 1.500 euros mensuales (cifra superior si su trabajo se desempeña en el País Vasco o Navarra). Hay que tener en cuenta que nuestro país cuenta actualmente con unos 4.000 servicios.

-- Información más directa. El colegio profesional de escoltas supondría establecer vínculos de comunicación más directa entre el Ministerio de Interior y los agentes de seguridad. Actualmente, según denuncian algunos de estos agentes, la información que llega de Interior o no llega o es de mala calidad, debido a la intermediaciones que hay. A través del colegio, sin embargo, habría una comunicación más directa para el equipo de protección. Asimismo, se crearía una Sala de Coordinación, con la misión de orientar también a Interior, informativamente hablando.

-- Ética y deontología profesional. Como todo colegio profesional, el de escoltas permitiría sentar las bases éticas y deontológicas sobre la profesión. De esta manera, por ejemplo, se sentaría cátedra sobre la penalización a aquellos infractores de los códigos deontológicos y se establecería el protocolo para la retirada de la licencia de escoltas a los infractores.

-- Escoltas autónomos. Hoy en día, son las empresas de seguridad privadas -vea aquí una información sobre el tema- las que forman a los escoltas. No obstante, a través de la creación del colegio profesional, los escoltas podrán convertirse en trabajadores autónomos y desempañar su labor sin necesidad de intermediarios.

 

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