Felipe González intercede ante los barones del PSOE para salvar a Pedro Sánchez por el giro sobre el Sáhara

Los líderes regionales están teniendo que hacer frente a duras protestas de unas bases del partido que durante años han acogido a saharauis en sus casas

El expresidente del Gobierno Felipe González.
El ex presidente del Gobierno, Felipe González.

Pedro Sánchez viajó la semana pasada a Rabat con el rechazo mayoritario del Congreso de los Diputados al viraje de la posición española sobre el Sáhara Occidental. Un giro que también ha encendido los ánimos en el PSOE en las últimas semanas, y hasta Felipe González ha tenido que interceder para calmar las aguas. 

La mayoría del Congreso aprobó la iniciativa que ratifica el apoyo al Sáhara Occidental para que pueda elegir su futuro en un referéndum de autodeterminación dentro del marco de las resoluciones de la ONU. De este modo, el PSOE quedó en solitario y fue el único partido que votó en contra.

El día en que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, viajaba a Rabat para reunirse con el rey Mohamed VI, el pleno del Congreso sacó adelante la iniciativa de su socio, Unidas Podemos, ERC y EH Bildu con 168 votos a favor, 118 en contra y 61 abstenciones, las de Vox y Ciudadanos.

El voto negativo de los socialistas creó gran malestar dentro del gobierno de coalición y en algunos diputados del PSOE, como Odón Elorza quien, aunque finalmente acató la disciplina de voto del grupo parlamentario, lamentó antes de la votación el “cambio” del PSOE.

Los socialistas se habían planteado incluso apoyar este texto si no se modificaba, pero finalmente decidieron votar en contra tras escuchar el ataque del diputado de Unidas Podemos, Gerardo Pisarello, al Gobierno de Sánchez comparando la situación del Sáhara con la de Ucrania, durante su intervención en defensa de la proposición no de ley.

Máxima confusión en el PSOE

Según ha podido saber Confidencial Digital por fuentes socialistas, la decisión de Pedro Sánchez sobre el giro con el Sáhara pilló también por sorpresa a buena parte del PSOE que, en las primeras horas, vivió con gran desconcierto el cambio de posición. 

La comparecencia inmediata del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, en rueda de prensa desde Barcelona, y no desde la sede de su departamento en Madrid, añadió aún más confusión: no contó cómo se había gestado la decisión, ni cuándo se envió la misiva a Rabat, ni cómo y por qué cauce se informó a Argelia (Argel negó que se le hubiera informado antes), ni supo explicar por qué se producía en este momento. 

Para complicar las cosas, días después, en el Senado, Albares repitió hasta ocho veces, como único argumento, que la iniciativa se situaba “en el marco de las decisiones de Naciones Unidas”, sin precisar ni añadir nada más. 

Los barones han recibido protestas

Según las fuentes socialistas consultadas por ECD, las formas de Sánchez con el cambio de posición tampoco han gustado en el PSOE. 

 

Tanto líderes territoriales como diputados, alcaldes, presidentes de agrupación y militantes de base creen que en los primeros compases no se dieron las explicaciones necesarias en un asunto tan sensible y con un fuerte “arraigo sentimental” en el partido. 

“Tiene un fuerte componente simbólico”, insisten dirigentes locales del PSOE, que llevan varias semanas trasladando sus protestas a los cargos de sus territorios, incluidos los barones del partido. Uno de los sectores más indignados son familias socialistas de toda la vida, que durante años han acogido a niños saharauis en sus casas.

De hecho, a pesar del paso de los días, afiliados veteranos que han defendido la causa del pueblo saharahui desde la Transición continúan sin entender el giro. Muchos de ellos recuerdan que se involucraron en la causa en los años 90 y desde entonces no se han apartado de ella.

La manera como se conoció la nueva postura respecto al Sáhara, un viernes por la tarde a través de un comunicado de la Casa Real marroquí, sorprendió asimismo en todos los niveles de la organización.

Incluso, la presidenta de Baleares, Francina Armengol, se ha desmarcado en público de este giro. “Soy consciente de que vivimos tiempos complicados. Pero ahora, más que nunca, es importante respetar y defender uno de los valores más universales: los derechos humanos. El pueblo saharaui se merece vivir en paz y libertad”, dijo.

El pro-marroquí Felipe González ha intercedido

Los ecos del debate político, el revuelo originado en el propio Gobierno y en el PSOE, las reacciones en contra por parte de todos los partidos, y la perplejidad que mostraban los medios de comunicación, llegaron a La Moncloa a través de los principales barones socialistas, lo que produjo una situación de inquietud.

Por ello, el ex presidente del Gobierno Felipe González ha intercedido con barones del PSOE para salvar la cara a Pedro Sánchez por el giro sobre el Sáhara. Ha realizado gestiones con el entorno de varios de ellos para apaciguar los ánimos.

La posición pro marroquí de González es de sobra conocida, quien cuenta hasta con casa propia en Casablanca. Pese a ello, sus movimientos han sorprendido en el partido, habida cuenta de que el ex jefe del Ejecutivo no es precisamente uno de los mayores apoyos de Sánchez en el PSOE. 

Pero en este asunto considera que la propuesta de Rabat, respaldada por Moncloa, es la única que ofrece una salida negociada al conflicto dentro del marco de la ONU.

Ha contribuido a apaciguar los ánimos

Su implicación se ha redoblado tras constatar también que el argumentario de Moncloa y de Ferraz no calaba entre la militancia.

Así las cosas, según fuentes del PSOE en varios territorios, el respaldo de los ex presidentes del Gobierno socialistas,también de Zapatero, a la estrategia de Pedro Sánchez, que ha definido la propuesta de autonomía de Marruecos para la ex colonia española como la “más seria, realista y creíble” para resolver el conflicto, ha resultado clave para calmar las aguas.

La crisis por la guerra diluye la polémica

La cascada de problemas económicos y sociales -precios de la energía desbocados, encarecimiento de productos de primera necesidad, paro de transportistas…- que ha afrontado España estas semanas, agravados por la invasión rusa de Ucrania, han diluido el debate interno en el PSOE sobre el histórico giro pro-marroquí del Gobierno sobre el Sáhara Occidental. 

Felipe González ha transmitido a varios presidentes autonómicos que no es este un mal momento para el giro porque, en otro contexto menos turbulento, el cambio repentino en una de las grandes banderas de la izquierda habría provocado una discusión mucho más intensa.

El cambio con el Sahara de EEUU e Israel

El ex presidente también ha trasladado en estas conversaciones que ha mantenido en las últimas semanas con los barones socialistas que el cambio con el Sahara de Estados Unidos e Israel “no deja mucha más opción a España”.

Hay que recordar que Donald Trump, ya como presidente saliente tras perder las elecciones, reconoció la soberanía marroquí del Sáhara a cambio de que el reino alauí estableciese relaciones diplomáticas con Israel. 

El nuevo presidente Joe Biden no ha rectificado la posición y se ha mostrado más cauto en el marco de la ONU aunque con apoyo a las tesis marroquíes.

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