Félix Bolaños ha ‘examinado’ en Moncloa a los nuevos ministros del “Gobierno de la recuperación”

Ha entrevistado a los candidatos para buscar currículum falseados, tesis copiadas, problemas con Hacienda... y ha pedido opinión sobre la reordenación de las vicepresidencias

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Pedro Sánchez se ha propuesto evitar polémicas que tengan que ver con el pasado de los integrantes del recién nombrado “Gobierno de la recuperación”. Un proceso de selección que ya puso en marcha en enero de 2020 para la configuración del Ejecutivo de coalición con Podemos. El ‘casting’ ha sido pilotado esta vez por el nuevo hombre fuerte en Moncloa: Félix Bolaños.

En este proceso, se han manejado en primer lugar los currículum de cada uno, para analizarlos con detalle y así evitar problemas como los que surgieron en el primer gobierno de Sánchez, en 2018, con Màxim Huerta y Carmen Montón.

Según ha podido confirmar Confidencial Digital por fuentes con acceso a La Moncloa, miembros del Gabinete de Presidencia del Gobierno, con el secretario general Félix Bolaños al frente, han reclamado un ejercicio de “transparencia” a fondo a todos los convocados en el complejo presidencial en las últimas semanas.

La mayoría de los citados eran miembros del PSOE, y los candidatos han sido sometidos a “exhaustivas entrevistas personales”, en principio sin que se les informase concretamente para qué puesto se había pensado en ellos. Porque, además de los ministros, hay que proceder a nombrar otros altos cargos como consecuencia de la remodelación.

Asuntos polémicos en su pasado

La idea del presidente es que, una vez sean nombrados, no puedan surgir sorpresas, y los medios de comunicación saquen a la luz algún episodio polémico en el pasado de un recién designado para un puesto destacado en el nuevo organigrama del Gobierno.

Un aspecto especialmente delicado de las entrevistas a los futuros candidatos ha consistido en preguntarles sobre aspectos biográficos, y sobre todo por la posible existencia de antecedentes personales que podrían desaconsejar su nombramiento.

Bolaños no solo ha recibido en el complejo de La Moncloa a los posibles candidatos a ministro, sino que, de parte de Pedro Sánchez, ha hablado también con aquellos que han abandonado el gabinete o han cambiado de competencias, para explicarles los motivos y conveniencia de esos movimientos.

Qué hacer con las vicepresidencias

Otro de los asuntos que ha planteado es preguntarles sobre la estructura del nuevo Ejecutivo, es decir, qué hacer con las vicepresidencias (la salida de Carmen Calvo las ha reducido de cuatro a tres).

También se había abordado en estas entrevistas qué departamentos podrían fusionarse, y cuáles habría que crear. Al final, Pedro Sánchez ha decidido no modificar la estructura del Gobierno, ni reducir el número de carteras.

 

El objetivo de estas entrevistas, que ha dirigido el Gabinete de la Presidencia del Gobierno, es detectar posibles puntos oscuros o polémicos en el pasado de estos candidatos a entrar en el Ejecutivo en distintos niveles.

No sólo para elegir ministros

Este trabajo de análisis y examen no sólo se ha realizado para los ministros. Y, según las fuentes consultadas por ECD, las entrevistas se extenderán en los próximos días a los futuros secretarios de Estado, directores generales, jefes de gabinete, lo mismo que a los posibles cambios de presidentes y directivos de otros organismos y empresas públicas que planteen los nuevos titulares de los departamentos.

Fuentes socialistas que mantienen interlocución con Moncloa explican que Presidencia ha decidido pilotar también directamente el nombramiento de altos cargos en los segundos y terceros niveles del Gobierno, que se producirá una vez que los ministros tomen posesión de sus carteras tras jurar o prometer su cargo ante el rey.

Comprometidos con el proyecto

En el núcleo duro de Pedro Sánchez tiene claro que, en la formación del Ejecutivo, no se debe dejar vía libre total a los ministros para formar sus equipos.

Moncloa quiere asegurarse así de que los nuevos titulares de las carteras elijan a secretarios de Estado u otros cargos de confianza que estén especialmente “comprometidos con el proyecto socialista”.

Se citan algunas situaciones que no han gustado en el equipo de Pedro Sánchez en los últimos años. Es el caso, por ejemplo, de Josep Borrell. El entonces ministro de Asuntos Exteriores mantuvo como jefe de gabinete a Camilo Vilarino, diplomático que nombró su antecesor, Alfonso Dastis (del PP).

Este y otros casos de secretarios de Estado que no compartían la línea política que pretendía imprimir el PSOE en la labor de Gobierno, provocaron choques y disfunciones que no se desea repetir; más aún, en una situación de cohabitación de dos partidos en un Ejecutivo de coalición, en el que los roces entre formaciones ya son constantes.

Con esta estrategia, Presidencia del Gobierno trata también de garantizar una mayor coordinación entre ministerios, y desde los ministerios hacia Moncloa, en esta nueva etapa en la que Pedro Sánchez –ha explicado- busca la “recuperación económica y social del país”.

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