Feministas musulmanas se oponen a la presencia de manifestantes con velo en las marchas del 8-M

Consideran que el hijab es “la bandera del fundamentalismo” e “instrumento de control patriarcal sobre la mujer”

Manifestación del 8-M.
Manifestación del 8-M.

Cientos de mujeres musulmanas residentes en España, que dicen sentirse feministas, salen a las calles cada 8M en reivindicación de la igualdad de derechos con el hombre y a favor de las libertades que, a su juicio, todavía están por ser conquistadas. 

Ante la perplejidad que causan en ciertos ciudadanos, muchas de estas activistas musulmanas del feminismo se manifiestan todos los años ataviadas con lo que, según ellas, es el atuendo prescrito por el Corán y la tradición: pañuelo o hijab cubriendo la cabeza, y prendas que ocultan o disimulan el volumen del cuerpo.

Bandera del fundamentalismo

No todas las feministas musulmanas opinan lo mismo sobre la obligatoriedad o no del uso del velo. El Corán no es claro al respecto, como sí lo es en cuanto a determinadas obligaciones como la oración o la prohibición de la ingesta de cerdo. 

Para muchas creyentes, siguiendo a la autora Najat El Hachmi, “el hijab es la bandera del fundamentalismo”, un instrumento de control patriarcal sobre la mujer. 

Para otras, sin embargo, los que quieren hacerlo desaparecer de los espacios públicos son quienes odian islam, islamófobos que quieren a los musulmanes “fuera de nuestras calles”. Identifican a estos con la extrema derecha, el fascismo o el racismo, y afirman que ellas se ponen el hijab, entre otras razones, para reivindicar el lugar que les corresponde como musulmanas y como minoría.

En todas las manifestaciones

En los últimos años se ha pasado, de no ver ningún hijab en las manifestaciones del 8M, a encontrarlos en prácticamente en las de todas las ciudades españolas, incluso estratégicamente colocados en las pancartas de salida.

“Han conseguido a golpe de talonario que las jóvenes musulmanas crean que es una obligación llevar puesto un símbolo identitario y sexista para sentirse parte de algo”, afirma Mimunt Hamido, activista musulmana melillense que no entiende cómo una mujer puede sentirse empoderada por llevar el hijab, prenda que ella identifica exclusivamente con un “símbolo patriarcal”. La autora del libro “No nos taparán” sostiene que el hijab es la prenda que más sexualiza a las mujeres.

No se puede ser feminista y llevar velo

Fátima El Himmer es una gaditana de origen marroquí que trabaja en una ONG internacional. Desde hace años se manifiesta todos los 8M, y dice sentirse molesta con sus compañeras feministas que salen a la calle a reivindicar derechos para la mujer con un pañuelo en la cabeza. 

“Les he dicho que no puede ser feminista y llevar velo mientras haya decenas de países en los que los gobernantes obligan a las mujeres a llevarlo, y encierran y asesinan a las que no se lo ponen”, aclara a ECD

 

El Himmer está convencida de que “la inmensa mayoría de las musulmanas que usan hijab lo hacen por la presión familiar y social”, y asegura que ha visto a muchas jóvenes despojarse del velo en cuanto se saben fuera del alcance visual de sus padres o hermanos. Y concluye: “en muchos países, si un hombre te toca o abusa de ti y no llevas hijab, la culpa es tuya...”.

Rechazo en la familia

“Conozco a chicas de mi edad que se quitaron un día el pañuelo y, tiempo después, volvieron a ponérselo porque no soportaban el rechazo a que les sometían no sólo los miembros de su familia sino todo el barrio”, explica Souad, una ceutí casada que no quiere ser identificada y que usa hijab porque sabe que para su marido es importante. 

Reconoce que, “por desgracia, de mi hijab y el de mis hijas depende la reputación de mi familia y, sobre todo, la de mi marido; no puedo cambiar eso”. 

Souad dice que la obligación del pañuelo ha venido de Europa, no de Marruecos: “Cuando alguien dice que es una obligación religiosa, ya está automáticamente señalando como malas musulmanas a las que no lo llevan”.

Sinvelo, Freehijab

Algunas fieles con presencia en redes sociales han creado los hashtags #8msinvelo, #freehijab, #sinvelo, #escuelasinvelo o #sinopresionreligiosa, entre otros. Aseguran que el feminismo occidental y cierta izquierda europea ha “comprado” el discurso del hijab para no ser tachados de racistas. 

Quienes así opinan en redes sociales y blogs insisten en que el velo no es una prescripción islámica “ni quienes lo usan lo hacen por convicción religiosa”, como asegura Aisha Berrada. Esta profesora de Valladolid asegura haber estudiado el Corán a fondo y no haber encontrado ningún versículo que prescriba el hijab a las mujeres. 

“El manifiesto del 8M reivindica expresamente la libertad sexual y una educación que abrace todas las opciones sexuales, propuestas a las que no veo cómo puede sumarse una mujer que oculta su cabello bajo unas telas”, declara. “¿Por qué las mujeres musulmanas tienen que estar declarando permanentemente, con el pañuelo en la cabeza, que son musulmanas?”, añade.

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