Los funcionarios de Soto del Real temen por su seguridad: varios internos manejaron cámaras de fotos para un reportaje de El País

Un grupo de presos recluidos en Soto del Real ha utilizado cámaras fotográficas para un reportaje que verá la luz en los próximos días en el dominical de El País. Los funcionarios de prisiones denuncian que esta situación ha puesto en peligro su seguridad: allí hay presos de ETA, Batasuna y el Grapo.

El pasado 18 de octubre, una interna se acercó a la ventanilla de seguridad del módulo de mujeres del Centro Penitenciario Madrid-V, en Soto del Real, e invitó jocosamente a una de las funcionarias que en ese momento se encontraba de servicio: “Señorita, póngase guapa que le voy a hacer una foto”.

En ese momento, sacó una cámara fotográfica desechable y tomó una instantánea a esa trabajadora. La profesional confiscó inmediatamente la cámara a la interna y pasó a informar, mediante el correspondiente parte, a sus superiores.

Unos treinta minutos después, la dirección del centro emitió una orden dirigida a todos los funcionarios por la que se autorizaba a seis de los internos de la prisión a portar libremente las cámaras durante los días 18 y 19 de octubre. El motivo: el diario El País estaba preparando un reportaje fotográfico sobre la vida diaria y las visiones personales de los reclusos de este centro madrileño.

Los funcionarios denuncian que esta autorización atenta gravemente contra su seguridad. Explican que no se ejerce ningún control ni vigilancia sobre este material: se puede haber perdido u otros internos lo pueden haber robado y extraviado, lamentan. La situación, añaden, no sólo pone en peligro nuestra seguridad y la de nuestros familiares, sino también la propia “seguridad de las instalaciones de un Centro Penitenciario de máxima seguridad en España”.

Hay que recordar que en el Centro Penitenciario Madrid-V de Soto del Real se encuentran recluidos casi medio centenar de miembros de la banda terrorista ETA. Allí también se encuentra internada la cúpula de la formación ilegalizada Batasuna que ha sido recientemente detenida, así como algunos miembros de GRAPO.

El “descontrol” de estas cámaras es un hecho sin precedentes, explican los funcionarios. Siempre se han realizado cursos de fotografía con los internos, en los que se les dejaba total libertad para tomar imágenes. O también se ha autorizado el acceso al centro de fotógrafos profesionales. No obstante, en todos los casos y hasta la fecha, siempre se ha controlado el material y se han “censurado” aquellas fotografías que pudieran atentar contra la seguridad.

 

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