Así ha blindado el Gobierno las elecciones catalanas frente a injerencias rusas, ciberataques y bulos

El Centro Criptológico Nacional y el de Seguridad de la Información de Cataluña (Cesicat) se han integrado en un gabinete de crisis coordinado por Interior y la Generalitat

Ordenadores y tabletas en el centro de datos de unas elecciones europeas.
Ordenadores y tabletas en el centro de datos de unas elecciones.

El Gobierno y la Generalitat han blindado las elecciones del próximo domingo en Cataluña. La incertidumbre que rodea a esta cita con las urnas por la pandemia, que se alargará incluso hasta el momento de la constitución de las mesas la misma jornada electoral, ha movilizado a las autoridades para reaccionar ante cualquier amenaza.

Según ha podido saber Confidencial Digital por fuentes gubernamentales conocedoras del dispositivo, el Ejecutivo central, en coordinación con la Generalitat, ha puesto en marcha un gabinete de crisis para garantizar la limpieza del proceso electoral.

Está integrado por miembros del Ministerio del Interior y el Centro Criptológico Nacional, junto a representantes del Centro de Comunicaciones y Tecnologías de la Información (CCTI) y el Centro de Seguridad de la Información de Cataluña (Cesicat). 

Entre sus funciones se encuentra supervisar el trabajo de Indra, la firma a la que se ha adjudicado el recuento provisional de votos.

Suspensión de la difusión del resultado

Fuentes conocedoras del despliegue electoral explican a ECD que uno de los escenarios extremos que ha diseñado el gabinete de crisis es que la Junta Electoral decida suspender la difusión del resultado del 14-F, en el caso de que miles de personas se queden sin votar el domingo si no se constituyen un elevado número de mesas electorales.

Un escenario que, apuntan, exigirá una actuación frente a ciberataques, injerencias rusas y bulos. Los votos de las urnas se contarían, pero el resultado no se transmitirá al programa de Indra hasta que los afectados voten 48 horas después.

Insisten en que todo tiene que estar preparado ante un escenario de tener que abrir las votaciones en un número considerable de mesas cuarenta y ocho horas después, el martes 16, sin que el resultado del domingo trascienda para no condicionar así el voto de los electores implicados.

Evitar un escenario caótico la noche electoral

Ante esta posibilidad, las fuentes consultadas por ECD explican que el Gobierno ha desplegado también un plan para “evitar un escenario caótico”.

Una alteración de los datos provisionales que se ofrecen la noche electoral no cambiaría el resultado final, pero crearía confusión y dañaría la confianza en el sistema democrático.

 

En Interior y en el Govern se admite que la situación es completamente excepcional y, en caso extremo, se prevé que la aplicación de Indra programe la suspensión de la difusión de los resultados; y que no se sumen los resultados que vayan llegando de las mesas.

Amenaza sobre el recuento provisional

Por lo tanto, la mayor preocupación se centra en el periodo que va desde el cierre de las urnas (a las ocho de la tarde del día 14) hasta la proclamación de los resultados definitivos (entre el tercer y el sexto día siguientes a la jornada electoral).

El gabinete de crisis ya ha evaluado los riesgos a los que se enfrenta el recuento provisional. Las principales amenazas que se han analizado son un ataque de denegación de servicio a la web a través de la cual se irán difundiendo los resultados provisionales y la replicación de la misma.

Tanto un apagón en la difusión del recuento como una proliferación de páginas falsas con datos erróneos causarían considerable inquietud en un país acostumbrado a contar con resultados fiables pocas horas después del cierre de las urnas.

Medidas frente a bulos y ciberataques

Así las cosas, se han extremado las medidas de seguridad para atajar intentos de falsificar la web oficial.

Se ha activado un dispositivo que facilite una orden judicial de cierre de las webs fraudulentas con efectos inmediatos. 

El Gobierno ha consultado con países que han sufrido campañas de desinformación en sus procesos electorales.

No se pasa por alto que la defensa a Puigdemont desde el Kremlin durante la última vista de visita de Josep Borrell a Moscú ha evidenciado el interés de Rusia en agitar el separatismo catalán. Y ha vuelto a poner encima de la mesa la tesis de la injerencia rusa en el ‘procés’ tras la campaña de desinformación durante el referéndum del 1-O.

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