El Gobierno rectifica: centrará en la industria el recorte energético y no en escaparates y termostatos

El nuevo plan de contingencia contempla paradas de producción para garantizar el suministro a los hogares. Ha constatado que con el ahorro en luz y la limitación de temperatura se reduce el consumo eléctrico pero no de gas

Un mando de aire acondicionado
Mando del aire acondicionado.

El Gobierno va a focalizar en la industria el grueso del plan de contingencia que va a enviar a Bruselas en septiembre. Contempla que una parte “importante” del ahorro energético pase por fábricas, cadenas de montaje… tras constatar que el ahorro por el apagado de luces y la limitación del termostato no implica menor consumo de gas.

Tiene en cuenta también que el plan de ahorro energético sigue creando polémica dos semanas después de su aprobación. La obligación de no bajar el aire acondicionado de los 27 grados, la exigencia de cierres automáticos de puertas o la imposición de colocar carteles explicativos sobre las medidas han soliviantado a las empresas afectadas.

Hay que recordar que el sector privado se libra, de momento, de este plan de ahorro en el resto de Europa. Alemania, uno de los países más castigados energéticamente tras la invasión rusa de Ucrania, apuesta por concienciar a la ciudadanía y que las administraciones den ejemplo.

Las principales ciudades alemanas apagan desde finales de julio las luces de las principales zonas de atracción turística, como monumentos y estatuas. 

No implica menor consumo de gas

Ahora, la confirmación de una caída del 3,7% en la demanda de energía durante la primera semana en vigor de las medidas de ahorro energético del Gobierno ha sido celebrada por la vicepresidenta de Transición Ecológica, Teresa Ribera, como un éxito de su polémico decreto.

Sin embargo, Ribera ha evitado en todo momento abordar la cuestión principal a la hora de juzgar el acierto del plan: concretar el volumen de ahorro que se ha producido en el consumo de gas en este periodo.

Su silencio ha levantado las sospechas sobre la limitada eficacia de las medidas decretadas para cumplir con el compromiso acordado con Bruselas de reducir un 7% la demanda gasística hasta el 31 de marzo de 2023.

El Gobierno ha decidido rectificar

De hecho, según ha sabido Confidencial Digital por fuentes del Gobierno, el Ministerio de Transición Ecológica ha llegado al convencimiento de que con el ahorro en luz por el apagado del alumbrado público y los escaparates, o la limitación de la temperatura del aire acondicionado y de la calefacción, se reduce el consumo eléctrico pero no de gas.

Y no se pasa por alto que la máxima prioridad de los Veintisiete es el volumen de ahorro en el consumo de gas para lograr una menor dependencia del suministro ruso.

 

Una circunstancia que está llevando al Ejecutivo a rectificar de cara al nuevo plan de contingencia en el que trabaja para presentar a Bruselas en septiembre, según las fuentes conocedoras del documento.

Centrar en la industria el recorte

El plan de contingencia planteará ahora que la mayor parte de la reducción del consumo de energía provenga, en un primer término, de la industria, aunque se incidirá en la necesidad de extender “la cultura del ahorro” a toda la sociedad.

Se tiene en cuenta que el consumo de gas en España es, sobre todo, industrial. Fábricas, grandes explotaciones, cadenas de montaje, infraestructuras de ciertas dimensiones, instalaciones estratégicas… son las que más kilovatios consumen.

Parar la producción por alta demanda

Por ello, una de las medidas más destacadas que recogerá el plan es un mecanismo de interrumpibilidad.

Consiste en que, en caso de que exista un riesgo que altere el suministro ordinario de energía, el operador del sistema podrá requerir a la industria afectada que reduzca la potencia para mantener el equilibrio entre generación y demanda y garantizar que al resto de los consumidores no les falte electricidad en momentos puntuales de alta demanda.

A cambio, la empresa percibirá una retribución económica. El Ministerio de Transición Ecológica va a plantear esta medida “como mecanismo de gestión en una eventual situación de riesgo de suministro”.

El consumo de gas en España es industrial

No obstante, la patronal industrial ha trasladado al Gobierno que entre las futuras medidas no podrían asumir un recorte de gas ni electricidad obligatorio. Aseguran que, a diferencia de otros sectores, una reducción de la disponibilidad de energía significaría automáticamente una parada de la producción.

Las grandes manufactureras reconocen su importante papel como consumidor energético, ya que consumen el 55% del gas y el 47% de la luz de España, según la CNMC.

Las azulejeras son unas de las más afectadas porque sus hornos queman con gas natural, así como los productores de fertilizantes, que necesitan esta materia prima para producir amoniaco, el compuesto fundamental del abono.

Otras industrias como los fabricantes de coches o las cementeras no emplean el gas directamente en su proceso productivo, pero sí tienen una factura de la luz mucho más cara este año, como los hogares y los comercios.

Los datos de Enagás sustentan este discurso, ya que en julio el consumo de gas natural de empresas, hogares y fábricas se desplomó un 31% en España respecto al año pasado. Ha caído con especial fuerza entre las industrias de refino (58%), producción eléctrica por cogeneración (-44%), textil (-44%), química (-35%) y papel (-26%).

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