No habrá hoy bronca a Urkullu por parte de Page, Vara y Lambán en la Conferencia de Presidentes

Sánchez ha conseguido que no le echen en cara el “trato de favor” al País Vasco prometiéndoles una armonización fiscal el próximo año que beneficiará a sus autonomías

Pedro Sánchez y varios ministros, en una Conferencia de Presidentes autonómicos.
Pedro Sánchez y varios ministros, en una Conferencia de Presidentes autonómicos.

La Conferencia de Presidentes, que cierra este viernes el curso político, llega con los ánimos aún más caldeados, por la transferencia de tres impuestos al País Vasco, y con una sensación generalizada de decepción en la mayor parte de dirigentes autonómicos. Sin embargo, Pedro Sánchez ha logrado cerrar filas al menos con los barones socialistas.

La nueva concesión lograda por el lehendakari, Iñigo Urkullu, que arrancó al Gobierno central una reunión de la Comisión Mixta del Concierto Económico para abordar la transferencia de tres nuevos impuestos a Euskadi, ha incrementado un malestar que el resto de comunidades ya acusaba por la falta de información de la cumbre, sin ningún encuentro preparatorio ni un orden del día detallado.

Sensación de alivio en Moncloa

Sin embargo, fuentes próximas a La Moncloa reconocen a Confidencial Digital que Pedro Sánchez llega a la Conferencia de Presidentes, que se celebra en Salamanca, “con una cierta sensación de alivio”.

Los dirigentes autonómicos del PSOE que, en las primeras horas tras conocerse la cesión del Gobierno al País Vasco, elevaron la voz contra el “privilegio fiscal”, se han replegado, e incluso, en algunos casos, se han mostrado dispuestos a dar al presidente del Gobierno un voto de confianza.

Intensas gestiones desde Presidencia

Fuentes conocedoras de los contactos revelan a ECD que Moncloa ha desplegado intensas gestiones en las últimas horas con destacados dirigentes del partido para apaciguar los ánimos.

Las llamadas han alcanzado a la mayoría de los presidentes autonómicos del PSOE, especialmente a los más críticos con las cesiones de Sánchez a los nacionalistas, como son los casos de Emiliano García-Page (Castilla La Mancha), Guillermo Fernández Vara (Extremadura) y Javier Lambán (Aragón).

La mayoría de los contactos los ha protagonizado, por orden de Presidencia, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.

Una propuesta de armonización fiscal

Así las cosas, Pedro Sánchez ha conseguido que sus propios barones no le echen en cara el “trato de favor” al País Vasco por el sistema de prometerles una armonización fiscal para el próximo año que beneficiará a sus autonomías, según ha podido confirmar Confidencial Digital por fuentes de esas comunidades.

Sánchez ha buscado que el PSOE acuda a la Conferencia de Presidentes con una voz única de sus ocho barones autonómicos.

 

Es un planteamiento que, además de Page, Vara y Lambán, también respaldan el valenciano Ximo Puig, el asturiano Adrián Barbón, la navarra María Chivite, la riojana Concha Andreu, y el canario, Ángel Víctor Torres. Solo hay dudas con la presidenta de Baleares, Francina Armengol.

En el PSOE aseguran que Armengol se opone por ahora a esa armonización fiscal porque la economía de las islas es mucho más boyante, fruto de la industria turística, y no se ve afectada por el fenómeno de la deslocalización fiscal y patrimonial, como ocurre con las comunidades socialistas del interior.

Armonización de Patrimonio y Sucesiones

Los barones socialistas apoyan el planteamiento que les ha hecho llegar Moncloa y Hacienda, de igualar para toda España el mínimo exento del Impuesto de Patrimonio y del Impuesto de Sucesiones y Donaciones, a fin de acabar con lo que denominan “paraíso fiscal” de Madrid, como lo definió hace unos días el presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, en un acto en la propia capital de España.

Argumentan también que el tramo autonómico del IRPF ya tiene un porcentaje mínimo obligado para todos los territorios.

Eso sí, las autonomías socialistas rechazan que estos impuestos se conviertan en estatales, algo que defiende el socio de Gobierno Unidas Podemos (al menos, el de Patrimonio) de cara la futura reforma tributaria, porque dejarían de percibir esos ingresos, que han calculado que suponen una recaudación de unos 1.000 millones al año para las cuentas regionales.

No es un castigo fiscal a Madrid

Fuentes del Ministerio de Hacienda explican a Confidencial Digital que el planteamiento consistiría en subir los impuestos, no solo a los madrileños, sino que implicaría igualar en todas las autonomías esos tributos o, al menos, fijar unas franjas que no se puedan rebasar ni al alza ni a la baja (unos topes máximos y mínimos de tributación a los que todos tendrían que ceñirse).

Se trata de un plan nacional que el Gobierno incluirá en la reforma del sistema tributario que ha prometido para el año que viene a los barones del PSOE, en la que introducirá modificaciones respecto a Patrimonio y Sucesiones. “No es un castigo fiscal a Madrid, sino una armonización fiscal para toda España”, insisten en el departamento que dirige María Jesús Montero.

En la práctica, si esto se lleva adelante, supondrá una subida de impuestos para los contribuyentes de las comunidades con fiscalidad más baja -no sólo para los residentes en la Comunidad de Madrid-, pero, al mismo tiempo, implicará una bajada para aquellas que tienen impuestos más altos, en las que los contribuyentes saldrán beneficiados.

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