Las últimas identificaciones del accidente de Barajas se hicieron “por exclusión”, más que porque hubiera pruebas definitivas
El viernes concluyeron los trabajos de los forenses y quedaron identificadas las 154 víctimas mortales del accidente de Barajas del pasado día 20. El tramo final fue el más difícil y costoso, hasta el punto de que la decisión última se alcanzó más bien por “exclusión”.
Fuentes del caso a las que ha tenido acceso El Confidencial Digital señalan que los técnicos y especialistas que han logrado poner nombre y apellidos a los restos mortales de todas las víctimas se encontraron con especiales problemas en el caso de dos niños pequeños, cuyos padres también fallecieron en el siniestro, y cuyos restos estaban prácticamente calcinados.
A medida que se localizaron la mayoría de los fallecidos, quedaron menos opciones para identificar los últimos restos, sobre todo el caso de esos pequeños, por el deterioro sufrido, porque la muerte de sus padres complicaba la utilización del ADN como solución, y porque tampoco existían radiografías de las dentaduras.
En algunos episodios finales, lo que pudo entregarse a los familiares fueron restos totalmente calcinados, casi en forma de ceniza.
Con todo, la terminación de las labores de identificación ha producido un enorme alivio en todos los afectados por la tragedia, y también a las autoridades. Los trabajos han durado nueve días debido precisamente al estado de los cuerpos, sobre todo por el efecto destructivo que causaron las llamas.
