MAR moviliza a los consejeros de Ayuso para que ataquen a Pedro Sánchez por la huelga de los sanitarios

El jefe de gabinete de Isabel Díaz Ayuso es Miguel Ángel Rodríguez (MAR). El gran culpable de la popularidad que goza la madrileña entre los españoles. También de la victoria electoralista de Jose María Aznar, allá por 1996, sacando del Gobierno a Felipe González.

MAR es periodista, especialista en la consultoría de comunicación. El encargado de enhebrar todos los hilos del Gobierno autonómico de Madrid. “Ante una crisis, MAR” bromean en el PP. Un ejemplo de su trabajo se materializa con la crisis interna del Partido Popular. Miles de partidarios de Ayuso se concentraban en las puertas de Génova pidiendo la dimisión de Pablo Casado.

La crisis sanitaria

La gente se ha echado a la calle de la capital. ¿El motivo? La situación de la sanidad en la comunidad. ¿Sus pretensiones? “Una sanidad pública justa” aseguran los sindicatos convocantes. Según ellos acudieron 300.000 personas, mientras que según la Delegación del Gobierno, 200.000. 

La manifestación de las ‘batas blancas’ se ha caracterizado por los gritos a favor de la sanidad pública y las peticiones de “Ayuso dimisión”. Una súplica que no han tardado en contestar desde el Partido Popular. 

El nuevo plan de reapertura de las urgencias extrahospitalarias de Ayuso lo califican de “caos” en Génova. “Las imágenes que se ven no se pueden repetir -aludiendo a los ambulatorios cerrados en pueblos de la comunidad-”. Aunque profundizan en la cuestión: “no es lo que están queriendo hacer ver” “a nadie se le va a atender un ictus por videollamada”.

“Estudiar y contraatacar”

“La estrategia se ha cocido a fuego lento” confirman desde Génova. Cuando la polémica no transcendía la vida tuitera, MAR ya engrasaba el operativo que desplegaría contra esta avalancha de críticas. 

“La ola de pactos y tretas del Gobierno de España no ha sido suficiente, también se le debe culpar -a Sánchez- por empujar a la gente a inundar las calles” aseguran algunos orquestados por Rodríguez. “A fin de cuentas este es otro acto político, aunque esta vez amparado en la sanidad”.

El plan, en marcha

La puesta en escena comenzó a mediados de la semana pasada. Ayuso despejaba la crisis sanitaria culpando a los partidos de izquierdas de abrir una guerra política. “Nos sorprendieron, lo más normal hubiera sido responder de otra forma. Una apuesta arriesgada” concluyen diputados populares. 

Un día después de la manifestación Ayuso ha recalcado su posición. “No fue en defensa de la sanidad pública, sino para buscar un nuevo liderazgo de ultraizquierda en Madrid”. Para proseguir con el discurso frontal a Sánchez: acercamiento de presos etarras, delito de malversación…

Esta tendencia no queda aquí. La presidenta habría pedido a sus consejeros seguir la línea marcada por Miguel Ángel Rodríguez en una reunión privada, según informan desde el gabinete del Gobierno de la Comunidad de Madrid. 

Dicho y hecho. Uno de sus consejeros más populares, Enrique Ruiz Escudero, titular de Sanidad, ha salido en medios como La Sexta y COPE siguiendo al pie de la letra el plan hurdido por MAR. Una tónica que se replicará en el resto de consejeros a medida que vayan teniendo actos públicos, aseguran desde el seno del partido. 

Cambio de rumbo

El Partido Popular opaca la gestión de Miguel Ángel Rodríguez. Su líder, Alberto Núñez Feijóo, se ha reunido con algunos de los barones populares. Juanma Moreno (Andalucía), Alfonso Fernandez-Mañueco (Castilla y León), Alfonso Rueda (Galicia) e Isabel Díaz Ayuso (Madrid). 

El miedo de Feijóo es que las manifestaciones contra la sanidad se expandan por España, en concreto en la comunidades donde gobiernan los populares. Por ello, reclaman una reunión extraordinaria del Consejo Interterritorial de Salud para “consensuar” una solución entre Gobierno y autonomías.

El Partido Popular pretende incorporar más médicos de familia en formación en la próxima convocatoria MIR. Una petición que quitará el mensaje de MAR de la boca de muchos populares. Interrumpiendo así su idea de boxear Ayuso con Sánchez, y ralentizando la proyección de la presidenta en ámbito nacional.