Marchena tiene identificado al filtrador de la sentencia del 1-O: lo acusa de poner en peligro el fallo

El presidente de la Sala Segunda apunta a un miembro del Tribunal Constitucional de tendencia “progresista”

Primera sesión del juicio del 1-O.
Juicio del 1-O.

El presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo está indignado con la filtración de algunos datos difundidos desde el pasado viernes sobre el fallo de la sentencia del 1-O. Se ha puesto en riesgo, explica en privado, el desenlace de uno de los procesos judiciales más importantes de los últimos años.

El tribunal estaba orgulloso de la discreción con que se había llevado todo a lo largo de la instrucción y la vista, del hermetismo casi total que se había logrado. El juez Marchena dejó claro desde el principio que esa reserva era imprescindible para lograr cerrar un proceso complicadísimo y de gran repercusión pública.

Internamente se calificó como una ‘obra de orfebrería’ la redacción de toda la sentencia, la exposición de motivos y la fundamentación del veredicto final, los delitos aplicables, etc. Había un ambiente general de satisfacción por la cautela que estaban mostrando todos los magistrados… hasta el pasado jueves.

Una deliberación secreta

Durante toda la semana, los siete magistrados del juicio del ‘procés’ participaron en reuniones con deliberación secreta, dirigidas a establecer los últimos detalles de la sentencia sobre los doce políticos catalanes que han sido acusados de rebelión, sedición y malversación.

Marchena redactó el grueso de la resolución durante el verano, pero quedaba pendiente algún debate de cierta entidad para ajustar detalles no menores: determinar los tipos penales y su calificación jurídica, fijar las penas que deben cumplir los acusados…

Como ya se adelantó en estas páginas, el presidente de la Sala Segunda ha tenido especial interés en lograr la unanimidad en el fallo, para dar mayor fuerza a la sentencia final. Y eso requería retocar algunos puntos para contentar a todos.

La filtración

En esas estaban los miembros del tribunal, cuando, el viernes, el diario El País publicó esta noticia: “El Tribunal Supremo descarta el delito de rebelión consumada”. La información corrió como la pólvora y fue replicada de manera insistente. Pero no quedó ahí.

Al día siguiente, sábado, varios medios más, como El Mundo, ABC y La Vanguardia, abrieron sus ediciones con piezas firmadas por los periodistas responsables de Tribunales, que, citando fuentes cercanas al proceso, añadían más detalles sobre el fallo final: que existe acuerdo sobre la calificación de los hechos, que pasa por los tipos penales de sedición y malversación de fondos, y que para los dos delitos se aplicará una sola pena al apreciar que ambos están conectados.

Indignación de Marchena

Según ha sabido Confidencial Digital, el juez Marchena reaccionó con gran indignación ante esas filtraciones, y tuvo también que calmar los ánimos entre los demás magistrados.

 

El mismo sábado salió al paso públicamente de estas indiscreciones, advirtiendo que no que no había nada definitivo: la sentencia no está “terminada” hasta que “no la firma el último magistrado”. Puede haber, añadió, “discrepancias hasta el último momento”.

Asimismo, Marchena aseguró que no estaba “enfadado”, aunque sí “disgustado” por las filtraciones del fallo.

Filtrador identificado

En privado, Marchena no ha sido tan complaciente con lo sucedido. Las fuentes consultadas por ECD aseguran que el presidente de la Sala Segunda tiene perfectamente identificado al filtrador, que sería una sola persona, a la que califica de “imprudente” y “frívolo”.

Se trata de un miembro del Tribunal Constitucional, de carácter “progresista”, que mantiene buena relación con algunos magistrados del juicio sobre el 1-O, que podrían haberle facilitado, como muestra de confianza y con exigencia de reserva, algunos datos sobre el fallo final.

Las informaciones publicadas en la prensa, sostiene Marchena, proceden de esta ‘garganta profunda’ que no ha dudado en facilitar a los periodistas detalles conocidos en esas conversaciones reservadas, poniendo con ello en riesgo la culminación del proceso.

El lunes, la firma

Efectivamente, los magistrados de la Sala Segunda están citados este lunes, a primera hora, para cumplir el trámite de la firma de la sentencia.

Se trata de un momento especialmente delicado porque hasta ese instante la sentencia puede ser modificada: algún miembro del tribunal puede abrir un nuevo debate o solicitar la modificación de algún aspecto de la misma. Existe algún riesgo, por tanto, de que haya que abordar cambios de última hora que obliguen a retrasar la notificación del fallo al martes.

Los abogados de la defensas de los 12 acusados del ‘procés’ daban por hecho a finales de la semana pasada que este lunes conocerían el fallo, y que los nueve presos, entre ellos Oriol Junqueras, recibirían la resolución en la cárcel de Lledoners.

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