Marlaska y Margarita Robles acusan a Dolores Delgado de filtrar el nombre de Marchena para quemarle

Eran partidarios de nombrarle presidente del CGPJ y culpan a la ministra de Justicia de un boicot por haber sido el juez que condenó a Baltasar Garzón

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Dolores Delgado, Margarita Robles y Fernando Grande-Marlaska.

El pacto entre el Gobierno y el PP para la nueva composición del Consejo General del Poder Judicial saltó por los aires cuando el candidato a presidir el organismo, Manuel Marchena, decidió descartarse para el cargo. Desde entonces, el PSOE y los populares se han acusado de ser los responsables de esa renuncia, pero ministros del Gobierno señalan ahora a Dolores Delgado.

Según explican al Confidencial Digital fuentes conocedoras de la negociación entre el Ejecutivo, el PSOE y el PP, Marchena, efectivamente, era el candidato propuesto por los populares para presidir el CGPJ y el Tribunal Supremo. Pero además, el magistrado contaba con el respaldo del Grupo Socialista en el Congreso y de importantes integrantes del Consejo de Ministros.

Los principales apoyos del juez dentro del Gobierno han sido dos antiguos colegas de judicatura: la ministra de Defensa, Margarita Robles, y el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Este último, además, es amigo personal de Marchena, con el que coincidió, durante muchos años, en el Tribunal Supremo.

Marlaska, incluso, recordó a otros ministros que él mismo fue propuesto por el PP para el CGPJ, y eso no le ha impedido ser integrante de un Gobierno socialista. Un argumento que convenció a buena parte de los miembros del Ejecutivo... excepto a la que tenía la última palabra en este asunto: Dolores Delgado.

Delgado no quería a Marchena...

La ministra de Justicia afirman las fuentes consultadas, “rechazó desde el minuto uno a Marchena”, aunque al final, y teniendo en cuenta que PSOE y PP habían alcanzado un acuerdo que dejaba a todos satisfechos, pareció aceptarlo.

El rechazo de Dolores Delgado al juez Marchena, reconocen algunas de las personas que negociaron el reparto del CGPJ, es un tanto visceral y “no es de ahora”, sino que “viene de lejos”.

Concretamente, afirman, la animadversión viene de hace seis años, cuando el magistrado inculpó primero a Baltasar Garzón por cohecho impropio y después, junto a otros siete jueces, lo condenó por las escuchas ilegales practicadas por éste. Una sentencia que acabó con su carrera como juez.

La actual ministra de Justicia, amiga de Baltasar Garzón, siempre consideró injusta esta sentencia y, desde entonces, “tiene cruzado” al juez Marchena, “tal y como ha vuelto a demostrar en las últimas semanas”.

… y filtró su nombre para “quemarle”

Las fuentes consultadas afirman que “todos los implicados en la negociación” y también “todo el Gobierno”, saben que fue la propia Delgado la que, después de dar a regañadientes su visto bueno a Marchena como candidato a presidir el CGPJ y el Supremo, decidió filtrar su nombre a El País.

 

Las intenciones de la ministra eran claras: “Su objetivo era sacar a la luz pública el nombre del elegido por PP y PSOE para quemarlo, tal y como finalmente ha pasado”. Los WhatsApp de Cosidó “ayudaron”, es obvio, pero “la decisión ya estaba tomada después de días de ataques permanentes”. Hay que recordar que una asociación de jueces ya había presentado un recurso ante el Supremo y los independentistas anunciaron la recusación de Marchena para el juicio del 1-O.

La maniobra de Delgado no ha gustado, ni mucho menos, a sus compañeros del Consejo de Ministros, que la acusan de haber dinamitado, con su filtración, un acuerdo tan importante como el del Poder Judicial. Los más molestos son Fernando Grande-Marlaska y Margarita Robles, que se habían implicado en este reto del Gobierno y que ahora ven que su trabajo ha resultado estéril.

El PP quiere pescar ‘en río revuelto’

La división existente en el seno del Gobierno, unida a la decisión del PP de romper negociaciones con el PSOE, hace prever que el Consejo General del Poder Judicial quedará varios meses pendiente de renovación.

Los populares quieren aprovechar la disputa interna en el Ejecutivo para intentar ‘pescar en río revuelto’. Por ese motivo, han impulsado una reforma legislativa para cambiar la forma de elección de los integrantes del CGPJ, recuperando la figura de la Junta Electoral dentro del Tribunal Supremo.

En un principio, el PSOE se ha opuesto tajantemente a esta medida, pero desde el PP no descartan que el Gobierno finalmente la acepte para evitar así nuevos enfrentamientos entre sus ministros: “Si no lo aceptan, se pegarán entre ellos y se bloqueará la reforma del Consejo. Al final serán ellos los que nos pidan volver a negociar”.

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