Los ministerios llevan dos semanas paralizados

Las secretarías generales técnicas han dejado de tramitar expedientes y asesorar a los altos cargos tras el fracaso de la investidura de Pedro Sánchez

Ministerio de trabajo.
Ministerio de trabajo.

Los ministerios llevan varias semanas paralizados pese a la intensa agenda pública de Pedro Sánchez y el resto de los miembros del Gobierno en el arranque de agosto. Las vacaciones de los funcionarios han provocado que las secretarías generales técnicas de los departamentos hayan dejado de tramitar expedientes y de asesorar a los altos cargos.

Así, la actividad en casi todos los ministerios es “prácticamente nula”. Como reconoce a Confidencial Digital un alto cargo del Gobierno, la mayor parte de la Administración General del Estado se encuentra “totalmente paralizada”.

Explican que las vacaciones de los funcionarios han provocado que las secretarías generales técnicas de los departamentos hayan dejado de tramitar expedientes y de asesorar a los altos cargos.

“El Gobierno está trabajando”

Por lo tanto, admiten en privado a ECD, Moncloa ha dado orden de lanzar el mensaje de que “el Gobierno sigue trabajando”, en palabras de un miembro del Consejo de Ministros, “aunque la mayoría de los despachos llevan vacíos desde que fracasó la investidura el 25 de julio”, aseguran.

Se trata simplemente, reconocen, de un gesto de cara a la opinión pública para cubrir el vacío hasta septiembre. Un espacio que está siendo ocupado prácticamente a diario por los ministros durante las vacaciones de Pedro Sánchez en Doñana. Muchos están acudiendo estos días a platós de televisión y emisoras de radio.

Un alto cargo de otro departamento coincide: “Nos han pedido aumentar la presencia y visibilizar que el Ejecutivo sigue activo. Pero son los ministros los que están saliendo. En los segundos niveles, no hay prácticamente nadie trabajando en sus puestos”, explica.

Han esperado hasta la investidura

Hay que tener en cuenta que agosto es el mes vacacional por excelencia de los empleados públicos. Pero este año, además, por una singularidad especial. El mensaje que varios ministros trasladaron, a mediados de julio, a sus secretarios de Estado y subsecretarios fue claro.

Debían permanecer en sus despachos por si se salía adelante la investidura de Pedro Sánchez, pero a partir del día 25 de julio, podían tomarse vacaciones si fracasaba en el intento porque “todo seguiría como hasta ahora”. Esta consigna también se transmitió a los directores generales y cargos intermedios de los ministerios.

“Por ello no les podemos pedir ahora en agosto que suspendan su descanso, o que la Secretaría General Técnica esté operativa”, explican en el gabinete de un ministro económico del Gobierno.

 

Un órgano importante en los ministerios

La Secretaría General Técnica es uno de los órganos más importantes de la Administración. Está presente en los ministerios asociado a funciones de asistencia técnica y administrativa al titular y a los órganos superiores del Departamento, de tramitación de los expedientes elevados al Consejo de Ministros y de coordinación institucional, tanto a nivel interno como externo.

Desempeña un papel destacado en la estructura orgánica de los ministerios, tanto en el aspecto asesor y de apoyo a los órganos superiores del Departamento y de coordinación, como en el de valedora del ordenamiento jurídico.

La Secretaría General Técnica depende orgánicamente del subsecretario, al que corresponde la asistencia técnico-administrativa de las autoridades del Ministerio, y que desempeña las funciones sobre servicios comunes que se les atribuyan y, en todo caso, las relativas a la producción normativa, la asistencia jurídica y las publicaciones.

Contrasta con la actividad en agosto de 2016

Todo esto contrasta con lo que sucedió en el mes de agosto de hace tres años. En 2016 este mes fue completamente atípico en la Administración General del Estado, en la única vez que el Gobierno se ha encontrado también en funciones.

El Ejecutivo de Mariano Rajoy dio orden en julio de 2016 de que los funcionarios encargados de la facturación y contabilidad en los ministerios permanecieran en sus puestos. El adelanto a julio del cierre del presupuesto trastocó sus planes para las vacaciones de verano.

Esta labor de contabilidad y facturación mantuvo de guardia entonces a alrededor de 50.000 funcionarios del Estado, lo que representa aproximadamente el 10% del personal de los ministerios.

Muchos de ellos vieron modificados sus planes de vacaciones de verano por aquella decisión inesperada del Ejecutivo, sobre todo aquellos que habían solicitado unos días libres en las últimas semanas de julio y las primeras de agosto, que tuvieron que esperar a tomar su descanso en otro momento.

La orden fue comunicada a los empleados públicos encargados de esas tareas, con apenas quince días de antelación, lo que provocó que se vieran desbordados por el volumen de trabajo sobrevenido.

Habitualmente, la orden de cierre regula las fechas máximas en las que pueden llevarse a cabo las distintas actuaciones de gasto con el fin de ordenar el cierre del ejercicio.

Para ello, se suele establecer como fecha máxima en la que se pueden iniciar las actuaciones de gasto los primeros días de noviembre, cuando apenas hay personal de vacaciones, con el fin de que el gasto pueda ser comprometido y ejecutado y se complete el procedimiento dentro del ejercicio.

Entonces, el cierre presupuestario se adelantó cuatro meses, al 29 de julio. La orden excepcional de aquel año perseguía que los distintos ministerios no incurrieran en gastos que no eran prioritarios y sirviera también para seguir avanzando en la consolidación fiscal.

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