La ministra de Justicia llegó a plantearse dimitir por el caso Villarejo

Se sintió traicionada por la publicación de sus encuentros con el comisario. Pensó que no tenía más alternativa que abandonar el Gobierno

La ministra de Justicia, Dolores Delgado, en el Congreso.

El martes, los lectores de periódicos desayunaron con una noticia publicada por El Confidencial en la que se relacionaba a la ministra de Justicia, Dolores Delgado, con un negocio del comisario Villarejo.

Es más, explicaba que el juez de la Audiencia Nacional Diego de Egea ha abierto una pieza separada del caso Tándem, que investiga al policía jubilado por presunta pertenencia a organización criminal y tráfico de personas. La nueva pieza, bautizada con el nombre de Pit, se refiere a una de las múltiples tareas encomendadas a Villarejo: impedir la extradición del naviero guatemalteco Ángel Pérez-Maura a su país de origen, donde le investigan por extorsión.

Pues bien. Según dicha pieza separada, Villarejo contactó con personas conocedoras de la Audiencia Nacional para llevar a cabo su encargo, por el que habría cobrado seis millones de euros. Entre ellas, se encuentran la entonces fiscal de la AN Dolores Delgado y el exjuez Baltasar Garzón.

En un principio, Delgado desmintió que se hubiera reunido con el comisario, pero más tarde admitió “encuentros profesionales”, precisando que no tuvieron que ver con la extradición de Pérez-Maura.

Agobio y conatos de dimisión

Según ha podido saber Confidencial Digital de fuentes conocedoras del caso, la noticia cayó como un jarro de agua fría sobre la ministra de Justicia. Al parecer, se sintió “traicionada” por quienes supuso que habían filtrado la información.

Según ha sabido ECD, la ministra consideró que los datos se habían transmitido a los medios de manera sesgada y con el claro objetivo de atacarla, poniendo en duda su actuación profesional como fiscal. Entendió que sus sospechas se confirmaban cuando Garzón también apareció en escena.

Ante este escándalo, utilizado por la oposición para pedir su cabeza, Delgado pensó en un primer momento que sería la tercera ministra del Gobierno de Sánchez en dimitir. Consideró que las acusaciones que le lanzaban eran tan graves que no tenía otra elección que llamar al presidente para comunicarle su renuncia, aseguran fuentes cercanas al caso a este confidencial.

Se trataron de momentos de agobio para Delgado, durante los cuales la ministra se vio a sí misma más fuera que dentro del Ejecutivo, y además, con su carrera de fiscal seriamente lesionada por este asunto. Se trataría, después de Máxim Huerta y Carmen Montón, del tercer miembro del Gobierno en presentar su dimisión por un escándalo de su pasado.

Apoyo y continuidad

Según ha sabido ECD, Delgado terminó desechando estas consideraciones al recibir el respaldo de varios compañeros del Consejo de Ministros y del presidente Sánchez.

 

Estima que ni el juez de Egea ni el Ministerio Público le han acusado de ningún delito y que el investigado en el caso Tándem es Villarejo, a quien la Fiscalía ha incautado más de 50 terabytes sobre sus actividades presuntamente ilegales y relacionadas, en buena parte, con la extorsión.

Sin comentarios

ECD se ha puesto en contacto con el Ministerio de Justicia para contrastar esta información. Un portavoz oficial ha afirmado que no se harán comentarios sobre el asunto.

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