Moncloa excluye a Sánchez y Carmen Calvo de la exhumación de Franco para “evitar un acto de campaña electoral”

Se planteó que el presidente y la vicepresidenta estuvieran presentes en el Valle de los Caídos pero se ha descartado para sortear las acusaciones de electoralismo

Pedro Sánchez y Carmen Calvo en el Congreso de los Diputados.
Pedro Sánchez y Carmen Calvo en el Congreso de los Diputados.

Este jueves tiene lugar la exhumación de Franco, el proyecto con más carga simbólica del Gobierno de Pedro Sánchez. Sin embargo, ni el presidente ni la vicepresidenta, Carmen Calvo, estarán presentes en el Valle de los Caídos durante esta jornada histórica.

Los nietos, sus respectivos cónyuges y los bisnietos del dictador, 22 en total, se desplazarán a la basílica, aunque solo dos de ellos podrán estar presentes en el momento concreto de la exhumación, que estará protegida por una carpa con techo.

Dentro de la carpa únicamente estarán la ministra de Justicia, Dolores Delgado, como notaria mayor del Reino; entre cuatro y seis operarios de la funeraria contratada; el secretario general de Presidencia, Félix Bolaños, el subsecretario de vicepresidencia, Antonio Hidalgo, y un forense cuyo nombre no ha querido facilitar el Gobierno porque algunas de las personas y empresas que participan en el operativo han recibido ya amenazas graves de grupos de ultraderecha.

Se planteó la presencia de Sánchez y Calvo

Pues bien. Según ha podido saber Confidencial Digital por fuentes conocedoras de los preparativos de la exhumación, Moncloa se planteó la presencia en el Valle de los Caídos del propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y de la vicepresidenta, Carmen Calvo.

Algunos medios han llegado a dar por hecha al menos la asistencia de Calvo, puesto que ha actuado como portavoz del Ejecutivo en este asunto y ha coordinado todos los trabajos, desde las relaciones con El Vaticano hasta las negociaciones con la familia del dictador.

Además, el PSOE ha calificado la jornada como “histórica” y recuerdan que se trata de una promesa personal de Pedro Sánchez. De hecho, fue una de las primeras medidas a las que se comprometió nada más llegar a La Moncloa tras la moción de censura, en junio del año pasado.

Desde entonces, el equipo más cercano al presidente y a la vicepresidenta le ha dedicado muchas horas a intentar, por varias vías, que los restos de Franco pudieran ser exhumados. Pero se encontraron con la resistencia de la familia e incluso algunos problemas imprevistos con la Iglesia.

Rebajar el perfil de las autoridades políticas

Pese a ello, ECD ha podido confirmar, por fuentes de la Secretaría de Estado de Comunicación, que Moncloa decidió finalmente rebajar el perfil de las autoridades políticas que acudirán este jueves a la explanada del Valle de los Caídos.

La primera medida: ni el presidente ni la vicepresidenta es conveniente que salgan en esta foto a dos semanas de las elecciones. El Gobierno ha tratado, a través de la propia Carmen Calvo, trasladar el mensaje de que la exhumación iba a alejarse del comienzo de la campaña electoral, que arranca el próximo 1 de noviembre.

 

Y se ha esforzado en justificar también el momento de llevar a cabo la operación: se ha procedido ahora porque es cuando se ha conocido la sentencia del Supremo.

Se quiere “evitar un acto de campaña electoral”

Moncloa ha valorado que la presencia de Sánchez y Calvo en el Valle de los Caídos convertiría la retirada de los restos de Franco en el “primer acto de la campaña electoral” y es una puesta en escena que se ha propuesto evitar a toda costa.

Ha llegado a la conclusión de que las acusaciones de electoralismo podrían perjudicar aún más las expectativas del PSOE en las elecciones del 10 de noviembre. Tampoco se olvida que utilizar electoralmente este asunto podría provocar un tirón de orejas por parte de la Junta Electoral Central.

No se quiere encender en exceso a Podemos

Por si esto fuera poco, en el equipo de Sánchez también reconocen a ECD que “no se quiere encender en exceso a Podemos”.

La exhumación de Franco es un hecho histórico que apoya Pablo Iglesias, pero no comparte la manera en que lo está llevando a cabo el PSOE. “Nos parece claro que es una medida electoralista”, ha zanjado el diputado Antón Gómez-Reino, encargado de fijar la posición del grupo parlamentario de Unidas Podemos.

Se tiene en cuenta que los socialistas, con la retirada de Franco del Valle de los Caídos, arrebatan una bandera a Unidas Podemos, como es la de la Memoria Histórica, uno de los pilares del discurso del partido morado.

De ahí que la formación que lidera Pablo Iglesias busque marcar distancias con el PSOE y aferrarse a otros elementos con los que criticar la actuación de Sánchez.

“El Gobierno no tiene que hacer ninguna celebración porque el PSOE llega 40 años tarde a esta cuestión. Si a alguien tenemos que agradecerle que Franco vaya a salir es a las asociaciones de memoria que llevan tanto tiempo trabajando”, ha reprochado Gómez-Reino.

Ningún partido puede atribuirse el logro

El propio Pablo Iglesias, en mítines recientes, ha calificado de “buena noticia” el traslado de la “momia” [sic], pero ha advertido de que ningún partido podía atribuírselo como un logro democrático.

Ha apelado a la figura de ‘Billy el Niño’ y las medallas pensionadas que le concedió el Gobierno como una de las asignaturas que quedan pendientes. “Debe recordar que en este país vivieron torturadores que están cobrando una pensión extra por haber torturado a gente que luchó por traernos la democracia”.

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