Un nuevo método para que las encuestas se equivoquen menos: una opinión equivale a cinco votos

La pregunta tradicional “¿A quién vas a votar?” se sustituye por: “Si tuvieras que repartir cinco votos, ¿entre qué formaciones los repartirías?”

Votantes en un colegio electoral de Madrid.
Votantes en un colegio electoral de Madrid.

Las encuestas están de máxima actualidad, por la convocatoria de dos citas electorales, las generales del 28 de abril y las europeas y locales del 26 de mayo. Las dudas que provocan los sondeos, como consecuencia de algunos fallos anteriores, parece tener ahora un remedio: un nuevo método para que se equivoquen menos.

Los principales políticos han potenciado sus recursos de sondeo electoral mediante contratación de empresas especializadas en ‘microtargeting’, que utilizan el big data, los datos personales, para identificar y atraer posibles votantes mediante la personalización exhaustiva de sus propuestas.

Otra de sus herramientas son las encuestas, que todos los partidos manejan desde hace semanas, y que continuarán recibiendo incluso el mismo día de las votaciones.

Confidencial Digital ha podido saber que, en el caso de los sondeos de los propios partidos, la consultora Qíndice (especializada en estudios de segmentación) está ofreciendo en esta precampaña, a formaciones de derecha y de izquierda, tanto a nivel nacional como local, un nuevo método de encuestas preelectorales

Encuestas de lógica borrosa

El director de Qíndice, Carlos Rodríguez Rojo, lleva años desarrollando y perfeccionando una nueva forma de sondear a la opinión pública que proporciona un mayor nivel de acierto.

El método parte de la base de un concepto denominado “lógica borrosa”, según explican las fuentes consultadas por ECD.

A grandes rasgos, este término viene a significar que en la realidad y, por tanto, en la opinión política de los ciudadanos, nada es negro o blanco, sino que en ocasiones se funde con el gris. Todo tiene un valor que depende intrínsecamente de aquello con lo que se le compare y cómo se realice la comparación.

Traducido al idioma político, parte del electorado puede coincidir con argumentos esgrimidos por PSOE, Ciudadanos y Podemos al mismo tiempo. Identificar esto y en qué medida el votante está más lejos o cerca de una posición u de otra puede resultar esencial.

Para sustentar la nueva fórmula, es imprescindible asumir que el voto como tal no existe hasta que alguien deposita la papeleta en la urna. Lo anterior es mera intención, una predicción sobre un hecho futurible.

 

La importancia de una pregunta adecuada

Para precisar la intención de voto hacia uno u otro partido, las encuestadoras más importantes preguntar: “¿A qué partido político tiene intención de votar en las próximas elecciones generales?”.

Según la teoría de Rodríguez Rojo, se trata de una manera poco certera de acercarse a la realidad, porque los resultados generan una gran cantidad de indecisos.

Una pregunta adecuada en una encuesta electoral puede esclarecer ese "panorama borroso". Y la solución propuesta es formular la siguiente: “Si tuviera que repartir cinco votos en vez de uno, ¿entre qué formaciones los repartiría?”.

Las respuestas arrojan una serie de datos que permiten situar con una mayor precisión dónde se encuentran los votantes dentro del abanico ideológico, pero sobre todo, el riesgo que existe para cada formación, y en qué porcentaje una parte de su electorado está en el límite de cambiar el voto hacia otro partido político.

Por ejemplo, la persona que repartiera los hipotéticos cinco votos a un mismo partido, se encontraría dentro del ‘voto seguro’ de la formación que los recibiera y a su vez dentro del ‘voto inaccesible’ del partido situado en las antípodas ideológicas.

Tabla I.

Aquellos que diluyeran los cinco votos entre dos formaciones con características ideológicas parecidas- por ejemplo, 3 para Podemos y 2 para el PSOE- pasarían a entrar en el segmento ‘voto riesgo’, el mayor indicador para tratar de afianzar a un electorado dubitativo que se debate entre dos propuestas semejantes.Tabla II.

Los que repartan los cinco votos entre tres formaciones, engrosarían el perfil de ‘voto oportunidad’. Muy útil para que cada partido sepa en qué medida puede pescar votantes en otras formaciones sin necesidad de que compartan todo su ideario político, tan sólo a través de una estrategia certera que les permita acercarse a ese grupo en concreto, que aún no tiene muy claro a quién elegir.Tabla III.

Si todos estos datos se cruzan con las cuatro variables de sexo, edad, situación laboral y nivel académico, se obtiene una perspectiva idónea para elaborar estrategias concretas sobre a quién dirigirse y cómo hacerlo.

La información tiene un precio

Este sistema permite evaluar también quién es verdaderamente el rival político, qué porcentaje de electores se encuentran en la frontera entre dos partidos, y a qué formaciones se les puede robar el voto o, por el contrario, ni siquiera intentarlo.

Proporciona conocimientos para evaluar su riesgo y oportunidad y, según fuentes consultadas por ECD, los pronósticos de este tipo de encuestas suelen ser muy acertados y son apreciados en alto grado entre los diferentes partidos políticos. Se trata, a fin de cuentas, de una información muy valiosa en tiempos de elecciones y que, evidentemente, tiene un precio.

Confidencial Digital ha podido saber que la formación que quiera una encuesta a nivel nacional siguiendo este método, con una muestra de 1.000 personas, tendrá que desembolsar entre 13.000 y 20.000 euros, según el canal de acceso a la población.

A nivel regional, con una muestra de 400 personas, entre 7.500 y 12.000 euros.

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