Pablo Casado pide consejo: ¿un PP a lo Vox o un PP moderado?

Máxima preocupación en los despachos de la planta séptima de la sede de Génova. Hay un asunto que inquieta enormemente al líder del PP, Pablo Casado, aunque intente dar impresión de tranquilidad. Reconoce que no tiene claro qué posición adoptar para consolidar al partido como alternativa de Gobierno. Y está pidiendo consejo a destacadas personalidades.

Los bandazos y tensiones internas por la estrategia política han sido continuas desde que, a mediados de julio de 2018, Casado relevó a Mariano Rajoy en la presidencia del PP.

Optó inicialmente por endurecer las formas y el fondo del discurso político, como parte del prometido “rearme ideológico” y por contraposición a la etapa “tecnócrata” y blanda de Rajoy.

Pero se encontró con una fuerte contestación interna, tras los malos resultados cosechados en las primeras elecciones en las que Casado se presentaba como cabeza de cartel electoral: en las generales del pasado 28 de abril cosechó el peor resultado de la historia del PP, cayendo hasta el suelo de los 66 escaños.

Mirar a Vox

Se le echó en cara haber estado mirando demasiado hacia Vox.

Cambió de estrategia, optó por un perfil más moderado, y consiguió un cierto éxito en las siguientes elecciones, las del 10 de noviembre. Una remontada que también se vio favorecida por la situación de crisis interna en la que Ciudadanos llegó a esa convocatoria.

Según ha sabido Confidencial Digital, de fuentes conocedoras de esos contactos reservados, el equipo de máxima confianza de Casado está pidiendo consejo, estas últimas semanas, a destacadas personalidades para conocer su opinión sobre cuál debe ser la estrategia que debe seguir el PP para consolidarse como alternativa de Gobierno

Estas fuentes confirman que algunas de las consultas las ha llevado a cabo personalmente el propio Pablo Casado, desde su despacho de la sede del partido.

Consultas reservadas de alto nivel

Las fuentes a las que ha tenido acceso ECD explican que, entre las personalidades que han sido contactadas por Génova para escuchar su evaluación, se encuentran altos cargos de los Gobiernos de Aznar y de Rajoy, ex políticos, políticos, periodistas, y también personas del mundo económico, además de los principales barones regionales.

Las dudas sobre la línea a seguir para hacer oposición al Gobierno Sánchez-Iglesias, en un contexto en el que Vox intenta marcar el paso al PP, explican los vaivenes políticos protagonizados en las últimas semanas por la dirección nacional.

Casado teme ahora, concretamente, desorientar a sus votantes y trasladar la imagen de un partido que defiende una cosa y la contraria. Un escenario que contribuya a alimentar las divisiones internas y, en consecuencia, a que se ponga en entredicho su liderazgo.

Un PP a lo Vox o un PP moderado

Según las fuentes consultadas, el mensaje que está transmitiendo la dirección del PP durante estas conversaciones, en muchos casos protagonizadas por el propio Pablo Casado, es de clara preocupación.

A esos interlocutores se les pregunta, concretamente, si el PP debe dejarse llevar por una política de confrontación radical con el Gobierno social-populista, emulando así a Vox, o bien plantear una “oposición de Estado”, es decir, ejercer una tarea responsable e inteligente desde el otro lado de los escaños del Gobierno liderado por Pedro Sánchez

Plantean si el partido “se puede permitir ir a remolque de Vox”, o, por el contrario, “si se deben evitar escenas de tensión y gritos por ejemplo en el Congreso”.

Ante las llamadas a la moderación realizadas por algunos barones territoriales, especialmente Alberto Núñez Feijóo desde Galicia y Alfonso Alonso desde el País Vasco, en el entorno del líder del PP se preguntan “si ahora toca desinflamar la situación”.

A las personalidades consultadas se les pide que expliquen, en su caso, posibles soluciones y salidas.

Combinar el tono duro con el perfil moderado

Por el momento, los mensajes que ha recibido Pablo Casado es que aplique el sistema de actuar unos días con un perfil más moderado y otros, con un tono más agresivo, en función del asunto que sea y de los pasos que vaya dando Vox.

Por ese motivo, en ocasiones Génova trata de marcar diferencias claras con el partido de Abascal, pero otras veces se aproxima a sus tesis.

Ciudadanos no cuenta

Mientras, Casado sí da por neutralizada la competencia de Ciudadanos. Lo considera un partido que se halla en fase de reconstrucción interna.

Prueba de esta estrategia es la reunión que mantuvo esta semana el líder del PP con los sindicatos después del acuerdo que habían firmado con el Gobierno para subir el salario mínimo.

Casado cambió el tono duro para señalar que estaba de acuerdo con el incremento pactado con la patronal, algo que rompe su línea de actuación directamente contraria al Gobierno.