Pablo Iglesias ‘engaña’ a Pedro Sánchez con su agenda paralela desplegada en Bolivia

Se había comprometido a no protagonizar como vicepresidente actos de partido como el manifiesto que ha impulsado junto a Zapatero y la izquierda bolivariana

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en el Congreso de los Diputados

El malestar en La Moncloa y en el Ministerio de Exteriores ante la “diplomacia paralela” que ha pretendido desplegar Pablo Iglesias en Bolivia, “haciendo valer su discurso y sus posiciones políticas personales”, es evidente. Se había comprometido a no protagonizar como vicepresidente actos reivindicativos de partido.

Se tiene en cuenta que su presencia como participante de la delegación española se correspondía con su condición de miembro del Gobierno, y no en calidad de líder de Unidas Podemos.

Laya, como ‘tapadera’ de las polémicas

En previsión de las polémicas que podía originar Iglesias, fuentes con acceso a La Moncloa confirman a Confidencial Digital que el equipo de Pedro Sánchez decidió incluir a última hora en la comitiva oficial a la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, que es la jefa de la diplomacia. La delegación española fue la más numerosa del acto, con la presencia del rey y dos miembros del Gobierno, algo que no es habitual.

Pese a ello, las mismas fuentes aseguran que Pablo Iglesias informó a Moncloa de la “agenda paralela” que tenía previsto desplegar en La Paz al margen del viaje oficial. Incluso, comunicó su intención de impulsar un manifiesto junto al ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero y otros líderes de la izquierda bolivariana.

Informó a Moncloa de su agenda paralela

En Presidencia no pusieron objeciones a esas actividades, aunque se le recordó que cualquier “gestión particular (y discreta)” debía asumirla como líder de Podemos “y, en ningún caso, como vicepresidente del Gobierno”.

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En el equipo de Sánchez querían evitar cualquier implicación del Ejecutivo y del PSOE en el escándalo de la presunta financiación ilegal de Podemos. Interpretan, de hecho, que el interés mostrado por Iglesias para participar en este viaje responde en realidad a la inquietud por las cuentas pendientes que el partido morado mantiene en Bolivia.

No se pasa por alto que Podemos contrató para las elecciones de 2019 a la consultora chavista Neurona. Una relación que está siendo objeto de investigación judicial en España y una empresa que también está siendo investigada en Bolivia por “presuntos contratos irregulares” con el Gobierno de Evo Morales.

Sorpresa por el despliegue mediático

Sin embargo, fuentes del Ejecutivo explican a ECD que la sorpresa fue mayúscula en Moncloa y en Exteriores por “el despliegue mediático y la solemnidad de la puesta en escena con la que se vendió la declaración” que firmó junto a Zapatero; el propio Arce; el presidente de Argentina, Alberto Fernández, y los ex mandatarios Evo Morales (Bolivia), Rafael Correa (Ecuador), Dilma Rousseff (Brasil) y Alexis Tsipras (Grecia).

Un texto bautizado como Declaración de La Paz y en el que se señala al “golpismo de ultraderecha” como la “principal amenaza a la democracia y la paz social”.

Una ultraderecha que, apuntan los firmantes, “se expande a nivel global y propaga la mentira y la difamación sistemática de los adversarios”, “apela a la persecución y la violencia política” y “promueve desestabilizaciones y formas antidemocráticas de acceso al poder”.

El Gobierno ha intentado desligarse

El cabreo en Presidencia y Exteriores es tal que el manifiesto, de hecho, no cuenta con el aval del Gobierno español, que lo ha circunscrito a una posición individual y personal de Pablo Iglesias. Como si no se tratara del número tres del Ejecutivo, Moncloa se ha desentendido no sólo de la declaración, sino también de los actos de Iglesias en Bolivia.

Ante la polémica, varios ministros han intentado también echar balones fuera en las últimas horas y no se consideran implicados en la actividad llevada a cabo por Iglesias, durante su estancia en La Paz acompañando al rey y a la ministra de Asuntos Exteriores, en la toma de posesión del nuevo presidente de Bolivia, Luis Arce.

Por ejemplo, la titular de Defensa, Margarita Robles, considera que la actividad del vicepresidente segundo en el país andino no compromete al Gobierno. Para Robles se trata de “actividades particulares” de Pablo Iglesias que deben interpretarse “al margen del viaje oficial” en el que participó como “invitado especial”.

Hay que recordar que las actividades del ex presidente Rodríguez Zapatero en relación con los países de la alianza bolivariana (Venezuela, Cuba, Bolivia, Ecuador, Nicaragua) no han encontrado hasta la fecha un respaldo explícito por parte del Gobierno de Pedro Sánchez, aunque sí recaban claras simpatías en las filas de Unidas Podemos.