Pesimismo en las filas socialistas

Los tres pecados de Pedro Sánchez en el debate que irritan en el PSOE

Dirigentes del partido están convencidos de que tras lo sucedido el lunes, superar a Unidos Podemos está todavía más complicado

Pedro Sánchez, en el debate a cuatro en 2016.
Pedro Sánchez, en el debate a cuatro.

Pedro Sánchez se esforzó, una vez concluido el debate del lunes, en transmitir optimismo e insistir, ante los medios y también después en Ferraz, que él había ganado el enfrentamiento entre los cuatro principales candidatos. Su análisis, sin embargo, choca frontalmente con lo que piensan dirigentes del PSOE, que le echan en cara tres pecados imperdonables.

“Los españoles vieron a un presidente en funciones sin ideas, agotado y asediado por la corrupción, y un PSOE con proyecto, ideas claras y soluciones a los problemas de los españoles”. Con estas palabras ha hecho Pedro Sánchez balance de lo ocurrido el pasado lunes en el debate a cuatro organizado por la Academia de la Televisión.

Un resumen que es considerado como “demasiado optimista” para importantes dirigentes del partido consultados en el día de ayer por El Confidencial Digital. Estos altos cargos, de hecho, consideran que las cosas “se han complicado más” tras el debate, y que las opciones de superar a Unidos Podemos son ahora mismo mínimas.

Todo ello por “tres pecados capitales” que cometió el secretario general del PSOE y candidato a La Moncloa durante las dos horas y media que duró el debate. Sus fallos, para las fuentes consultadas, son los siguientes:

-Demasiado Bárcenas y muy poco Soria

Desde el Partido Socialista se tenía claro que el bloque dedicado a la regeneración democrática y la lucha contra la corrupción era el indicado para que Pedro Sánchez infligiera a Mariano Rajoy los ataques más contundentes, aprovechando los escándalos que han salpicado tanto al Gobierno como al Partido Popular.

El secretario general, efectivamente, aprovechó ese tramo del debate para cargar duramente contra el presidente en funciones. No obstante, según las fuentes consultadas, erró en los casos de corrupción elegidos para atacar a Rajoy.

En ese sentido, altos cargos socialistas reprochan a Sánchez que volviera a insistir, por enésima vez, en la figura de Luis Bárcenas, algo que ya hizo en el cara a cara previo al 20-D y en los debates sobre el estado de la nación. Ese recurso, según las fuentes consultadas, “es ya caduco”, por las veces ya usadas, y porque ha habido novedades: “El partido entero está imputado por la financiación en B y apenas hizo mención a ello”.

Además, el candidato socialista a La Moncloa solo citó una vez, y casi de refilón, la dimisión de José Manuel Soria como ministro de Industria en los papeles de Panamá. Un error grave, ya que Rajoy solo usó como argumento para defenderse que eran “hechos de hace 20 años”. En opinión de los dirigentes socialistas, Sánchez tenía que haber insistido más en ese asunto.

-Se olvidó de Acuamed y de Cañete

Por otra parte, Pedro Sánchez desaprovechó la oportunidad, en el mismo bloque dedicado a la lucha contra la corrupción, de recordar al país los recientes escándalos relacionados con Acuamed y el comisario europeo de Energía Miguel Arias Cañete.

En ese sentido, el principal reproche al secretario general es que no sacara ningún tipo de tajada, y que ni siquiera mencionara, las informaciones que apuntan a que la trama delictiva de Acuamed planeó envenenar el Ebro con ácido clorhídrico para ahorrar costes a FCC. Con ello, además, podría haber atacado con dureza a Miguel Arias Cañete, al que se señala como valedor de uno de los cabecillas de la trama.

 

El hecho de olvidarse del comisario europeo, además, supone un revés para la estrategia del PSOE europeo, que se había movilizado para que Cañete diera explicaciones en el Parlamento de Bruselas sobre este asunto.

-El silencio sobre los pactos

Por último, las fuentes socialistas consultadas por ECD concluyen que el último gran fallo de Pedro Sánchez fue no ser nada claro al responder la pregunta sobre con quién pactaría una vez celebradas las generales, y si estaría dispuesto a llegar a un acuerdo con Podemos si los de Iglesias quedaban por encima suyo.

Su aparente rechazo a ese escenario electoral, cada vez más factible, “va a provocar una movilización a favor de Podemos”. Y todo, añaden, “por dar evasivas y no querer ser claro como el resto”.

En ese sentido, dirigentes del PSOE aseguran que “hubiera sido tan fácil como recordar que él apuesta por un gobierno progresista y de cambio” para, de esa manera, cerrar la puerta a Rajoy y, en cierto modo, dejarla abierta a Podemos, “aunque solo sea para conservar esos votos más de izquierda”.

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