Pedro Sánchez aparca hasta después de las autonómicas la operación para echar a Susana Díaz

Sabe que una guerra interna castigaría las expectativas electorales del 26-M. No descarta recuperar después la ofensiva si los barones van a por él

Susana Díaz y Pedro Sánchez.
Susana Díaz y Pedro Sánchez.

Pedro Sánchez vio, tras el descalabro del PSOE en las elecciones andaluzas del 2 de diciembre, la oportunidad de devolver a Susana Díaz la “OPA hostil” que había protagonizado contra él en su primera época en Ferraz, con la amenaza de un congreso extraordinario regional forzado desde Madrid. Ahora, esa operación ha quedado aparcada.

Según cuentan al Confidencial Digital dirigentes socialistas muy próximos a Pedro Sánchez, la opción de montarle a Díaz un congreso desde Ferraz ha ido perdiendo fuelle por dos motivos fundamentales: la dificultad de la operación, en un calendario más que apretado; y los mensajes recibidos desde otras federaciones socialistas.

Díaz “ha sabido blindarse”

La ex presidenta de la Junta, reconocen los cargos del PSOE consultados, ha sido consciente, en todo momento, de la amenaza que planeaba sobre ella desde Madrid. No obstante, “ha sabido defenderse desde el primer momento y se ha blindado muy bien”.

En primer lugar, recuerdan, Díaz deslizó a sus cargos de confianza que, de impulsar Ferraz una ofensiva para hacerle caer y provocar un congreso extraordinario, ella recurriría a una reforma del reglamento interno del PSOE, impulsada por el propio Pedro Sánchez, para que los militantes socialistas andaluces la “salvaran”.

En febrero del año pasado, la Ejecutiva Federal aprobó, entre otras cuestiones, que cualquier cese de una ejecutiva del PSOE, o de un secretario regional, debía ser sometido a votación de la militancia, que podría dar el visto bueno o frenar esa decisión. Susana Díaz tiene claro que, si Sánchez va a por ella, ella le echará encima a los militantes del PSOE andaluz.

Además, la ex presidenta no ha dado opción a que, desde la ejecutiva federal, pudieran decidir candidaturas del PSOE-A en municipios de más de 20.000 habitantes, tal y como era la intención de Sánchez. “Susana ya ha nombrado a esos candidatos, y ahora resulta imposible forzar cualquier tipo de primarias con otros nombres”, dicen las fuentes.

Advertencia de barones “susanistas”

Con este panorama, Pedro Sánchez empezó a asimilar que sería muy difícil “meter mano en el PSOE andaluz” antes de las elecciones del 26 de mayo. Pero lo que le ha terminado de convencer son las “advertencias” recibidas por parte de barones socialistas próximos a Susana Díaz.

En las últimas semanas, relatan las fuentes consultadas, dirigentes autonómicos como García-Page, Javier Lambán y Fernández Vara, han aprovechado polémicas como la caza y el tren a Extremadura para volver a lanzar mensajes críticos al Gobierno de Sánchez

Además, desde esas federaciones, se ha trasladado que “no conviene dividir al partido” antes del 26-M con una ofensiva para descabalgar a Susana Díaz

 

Se ha dejado claro a Moncloa y Ferraz que el PSOE se la juega en las regiones donde gobierna y que la pérdida de esos ejecutivos autonómicos será “responsabilidad de todos”.

La Comunidad Valenciana, último feudo

La amenaza de perder los gobiernos autonómicos que posee ahora el PSOE es “más que real”, según las fuentes consultadas. Ferraz teme que en Extremadura, Castilla-La Mancha y Aragón se pueda producir un pacto de las “tres derechas” para desalojar a los socialistas del poder. 

De confirmarse, al partido le podrían quedar únicamente los gobiernos de la Comunidad Valenciana, Baleares y de Cantabria, este último en coalición con Miguel Ángel Revilla y teniendo un papel secundario.

Ante ese escenario, Pedro Sánchez ha decidido convertir a la Comunidad Valenciana en su “último feudo”, acercándose para ello todo lo posible a Ximo Puig. El presidente regional, muy próximo en su día a Susana Díaz, en los últimos meses ha optado por mantenerse “imparcial”. 

En Ferraz también se ha tenido en cuenta esta postura para no intervenir ahora el PSOE-A: “No hay que enfadar a uno de los pocos que pueden seguir gobernando”.

Posible “guerra civil” tras el 26-M

Las previsiones electorales de cara a las autonómicas y municipales no son halagüeñas y, de confirmarse la pérdida de los gobiernos regionales antes citados, “es seguro que esos presidentes regionales van a señalar a Madrid como culpable, como también ha hecho Susana Díaz”.

En ese escenario, las fuentes consultadas no descartan una nueva “guerra civil” en el PSOE: “Estos presidentes tratarán de culpar a Sánchez de sus malos resultados, pero desde la ejecutiva federal también se les pedirán a ellos responsabilidades, junto con la celebración de congresos extraordinarios, por lo que de nuevo habrá lío”.

No obstante, señalan altos cargos del PSOE, Sánchez contará con una ventaja que no tenía hace dos años, cuando los barones forzaron su dimisión: “Ahora es presidente del Gobierno. Y, además, es posible que logremos gobiernos autonómicos importantes, como Madrid, Castilla y León y La Rioja”.

Por tanto, concluyen, “los barones críticos pueden quedarse sin argumentos para culpar a Sánchez de su resultado... Y, en cambio, el presidente sí tendría razones para forzar congresos en todos los lugares donde hayamos perdido el gobierno”.

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