Pedro Sánchez da por atada la investidura
Ha transmitido a los ministros que el veto de ERC a Miquel Iceta es sólo un toque de atención. “Habrá acuerdo después del 26-M”
La crisis generada por el veto de los independentistas a Miquel Iceta allana la investidura de Pedro Sánchez. Es, al menos, la conclusión a la que se ha llegado en las últimas horas en Moncloa. El portazo de Esquerra al líder del PSC se ha recibido en el Gobierno “sólo como un toque de atención”.
La Mesa del Congreso se elegirá el próximo martes sin presencia de los independentistas. Por el momento, el PSOE ha comenzado a desplegar una campaña, tal y cómo adelantó ECD hace una semana, para rentabilizar electoralmente el rechazo de los independentistas a la candidatura de Iceta.
El bloqueo le ha permitido anunciar solemnemente una ruptura con los soberanistas y visualizar en público un alejamiento de los socios catalanes, como le reclaman algunos barones autonómicos que se juegan sus gobiernos el próximo 26 de mayo, además de “visualizar la unión de las derechas y el independentismo contra el PSOE”.
El veto a Iceta es un “toque de atención”
Además, según ha podido saber Confidencial Digital por fuentes con acceso a La Moncloa, Pedro Sánchez ha transmitido calma a los ministros tras la crisis por el veto de ERC a Iceta para ser designado senador.
En el equipo del presidente consideran que este portazo es simplemente un “toque de atención” de los independentistas al Gobierno, pero anticipan que el escenario para el acuerdo será más claro tras las elecciones del 26 de mayo.
Negociaciones “de verdad” tras el 26-M
La dirección del PSOE es consciente de que no hay alternativa a Pedro Sánchez y que nadie quiere forzar segundas elecciones. Pero ha decidido también, después del veto a Miquel Iceta, aplazar cualquier nuevo acercamiento a ERC hasta después de las europeas, autonómicas y municipales.
Se tiene en cuenta que ahora no es el momento de tener gestos con los soberanistas, puesto que hay que explotar hasta el 26-M el mensaje que ha brindado el rechazo al primer secretario del PSC para destacar que “el PSOE no ha cedido a las exigencias de los independentistas”.
En cambio, reconocen, la situación será menos tensa cuando finalice la campaña. Por un lado, algunos ministros reconocen a ECD que entonces, sin las presiones de los barones autonómicos del PSOE que se juegan sus gobiernos el 26-M, Sánchez tendrá mayor margen de maniobra para “iniciar un diálogo con ERC, siempre dentro de la ley”.
En el Ejecutivo también cuentan con que la necesidad de alcanzar pactos postelectorales en ayuntamientos como el de Barcelona rebajará las posiciones de los republicanos.
El “apoyo” de los presos del 1-O a la investidura
En Moncloa dan también cada vez más opciones al escenario de investidura que se abrirá cuando los cuatro diputados electos que están inmersos en el juicio del procés -Oriol Junqueras, de ERC; y Jordi Sánchez, Jordi Turull y Josep Rull, de Junts per Catalunya- sean suspendidos por el Tribunal Supremo por su situación judicial.
En el caso de que no renunciaran a su escaño, como ya ha sucedido en el Parlamento de Cataluña con los dirigentes independentistas presos o fugados, los cuatro parlamentarios dejarían a la Cámara con sólo 346 diputados hábiles para votar, en lugar de los 350 habituales.
Tall y cómo destacaba El Mundo en su edición de este jueves, con un Congreso con cuatro diputados independentistas menos, la votación quedaría 173 a favor y 171 en contra, según los apoyos parlamentarios con los que cuenta a día de hoy el Ejecutivo. Todo quedaría en manos de los dos diputados de Coalición Canaria, que tendrían que facilitar la investidura mediante una abstención.
Así, Pedro Sánchez podría salir investido como presidente sin el aval directo de los independentistas, pero gracias a ellos por la vía indirecta de los presos del 1-O.
