PSOE y PP están hablando para acordar que gobierne en España el partido más votado tras las generales

El objetivo es no depender ni de Podemos ni de Vox. Pedro Sánchez da por hecho que ganará pero no sumará mayoría para seguir en La Moncloa

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente del PP, Pablo Casado, posan en el Palacio de Moncloa.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente del PP, Pablo Casado, posan en el Palacio de Moncloa.

No habrá una gran coalición PSOE-PP pese a la reciente oferta lanzada públicamente por Pedro Sánchez para dejar gobernar a Alfonso Fernández Mañueco en Castilla y León. Pero los dos grandes partidos sí llevan meses explorando un pacto, por el que se comprometerían a permitir que gobierne la lista más votada tras las próximas generales.

Por lo pronto, Sánchez volvió a tender la mano este miércoles a Pablo Casado en la sesión de control al Gobierno en el Congreso, y aseguró estar dispuesto a “ayudarle” para salir de la “trampa”, dijo, que el PP ha creado adelantando las elecciones en Castilla y León.

Afirmó sin dobleces que permitirá una abstención del PSOE que garantice la investidura de Mañueco y la formación de un Gobierno sin contar con Vox. Con unas condiciones: que Casado pida ayuda, que explique por qué la ultraderecha no tiene que entrar en los gobiernos y, además, que asegure que su ruptura con Vox es “para todos los días y en todos los territorios”. “Le ha llegado la hora de la verdad”, sentenció poniendo la pelota en el tejado del PP.

El presidente del Gobierno reiteraba así la propuesta que había lanzado el día anterior en el Senado, pero esta vez lo hacía en su cara a cara con el líder de la oposición en el Congreso. Un enfrentamiento dialéctico en el que Pablo Casado no dio respuesta a la oferta de Pedro Sánchez.

Que gobierne la lista más votada

Fuentes del PSOE consultadas por Confidencial Digital admiten que las últimas encuestas, en las que ni el bloque de la derecha ni el de la izquierda suman mayoría con claridad, han propiciado un escenario que ha puesto sobre la mesa de nuevo el debate sobre la gran coalición en ambos partidos.

Tal y cómo se contó en ECD el pasado mes de diciembre, los máximos interlocutores de PSOE y PP, Félix Bolaños y Teodoro García-Egea, han comenzado a abordar en conversaciones discretas la posibilidad de que las dos formaciones mayoritarias se comprometan a facilitar la gobernabilidad del otro, mediante una abstención, con el objetivo de evitar el bloqueo tras las generales.

Barones autonómicos tanto del PP como del PSOE no ven claro ese escenario, porque les perjudica electoralmente. Por ello, afirman que su apoyo a ese pacto dependerá sobre todo de cuándo se convoquen las elecciones generales, si antes o después de las autonómicas y municipales de mayo de 2023.

No depender de Podemos y Vox

Uno de los objetivos de ese acuerdo, que todavía se encuentra en una fase muy inicial, es que los dos grandes partidos puedan formar Gobierno sin excesivos ‘peajes’ tras los comicios previstos para finales del año. El PP no dependería exclusivamente de Vox, como le ocurre ahora en Castilla y León, ni el PSOE de Podemos y los independentistas, para alcanzar una mayoría parlamentaria.

Pese a que ahora Pedro Sánchez lo presenta como un “cordón sanitario” a Vox, fuentes socialistas de alto nivel reconocen a Confidencial Digital que el giro protagonizado por el presidente, tras las elecciones en Castilla y León, responde a la inquietud que se ha instalado en Moncloa de que el PSOE ya no podría gobernar con sus actuales socios.

 

Los estudios internos que maneja hoy el PSOE dejan a Sánchez fuera de La Moncloa. Los datos muestran que la suma con Podemos y el resto de socios parlamentarios no alcanza la mayoría suficiente para mantenerse como presidente del Gobierno, sobre todo por el hundimiento del partido morado.

La caída de la izquierda, cuya primera señal de alerta llegó en Madrid y se ha reproducido el 13-F, impediría repetir la experiencia de la coalición a nivel nacional. El PSOE perdió 7 escaños y un 5% de voto tras retroceder ampliamente en las 9 provincias, con León y Soria provocando un colapso de los socialistas con el subidón de la Unión del Pueblo Leonés (UPL) y la irrupción de Soria Ya!

Unidas Podemos tampoco consiguió captar ninguno de los votos de la caída del PSOE y su descenso ha aumentado el de la izquierda. Por ejemplo, la caída de la izquierda en Soria es de 26,66 puntos y en León de 8,85 puntos.

Ni siquiera el apoyo de Esquerra Republicana (ERC), el Partido Nacionalista Vasco (PNV), Más País o EH Bildu sería suficiente para contrarrestar el avance del bloque de la derecha y poder mantenerse en La Moncloa.

No se reconocerá antes de las elecciones

Ese pacto entre PSOE y PP, no obstante, no lo reconocerá ninguna de las dos partes hasta después de las próximas generales, para evitar así un posible castigo electoral, según revelan interlocutores de ambas formaciones.

En el PP señalan también a ECD que Pablo Casado sabe que el pacto con Vox ahuyenta a los sectores moderados, y por eso trata de presentar alternativas. De ahí que pusiera hace unos meses sobre la mesa la vía de una “gran coalición” con el PSOE que recuerda a lo sucedido en 2016, cuando los socialistas dejaron gobernar a Mariano Rajoy absteniéndose en su investidura, después de una grave crisis que llevó a la dimisión de Pedro Sánchez como secretario general.

En una entrevista al diario argentino La Nación, publicada el pasado mes de diciembre, Casado declaró que quiere gobernar en solitario, y que lo “óptimo” sería hacerlo con mayoría absoluta, pero si no es posible -ningún sondeo arroja esa posibilidad- se plantearía una “gran coalición al PSOE”, explicó el líder popular en la entrevista, “como hizo Mariano Rajoy en el año 2016”.

El líder del PP matizó después que veía “muy difícil” la posibilidad de un pacto con los socialistas, por lo que cobraba más fuerza la opción de buscar el apoyo del partido de Santiago Abascal.

El desgaste para el PP y el PSOE

Prueba del desgaste que este acuerdo supondría para los dos grandes partidos es la reacción de Vox, tras conocer la propuesta de Pablo Casado deslizada parcialmente en el diario La Nación. Abascal llegó a hablar incluso de que Casado se había “quitado la careta”.

-- “Está dispuesto a gobernar con los socialistas que han traicionado a España pero nunca con Vox. Es la prueba del tipo de gobierno y de leyes que quiere para España. Solo queda Vox para los españoles que desean una alternativa”, declaró.

De inmediato, ante el revuelo provocado, el líder del PP matizó sus palabras y alejó el escenario de un acuerdo con los socialistas, que da munición a Vox para arremeter contra los populares por su flanco derecho.

Giro en el equipo de Pedro Sánchez

Cumpliendo también con esa estrategia, Félix Bolaños se mostró sorprendido entonces públicamente. El ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, uno de los hombres fuertes de Pedro Sánchez en La Moncloa, calificó de “muy sorprendente” la propuesta de Casado.

Explicó que no le parecía muy coherente con la actitud que está teniendo el PP en la actual legislatura del “no a todo, todos los días”. Pero añadió que estarían “encantados” de que el principal partido de la oposición tuviera “visión y responsabilidad de Estado”.

Sin necesidad de aprobar una ley

Según las fuentes consultadas, la necesidad de un acuerdo entre los dos grandes partidos viene impuesta porque no es posible establecer por ley que gobierne la lista más votada: exigiría una reforma de la Constitución que no se prevé próxima, en el contexto actual de fuerzas en el Congreso.

Los padres del texto constitucional diseñaron un modelo donde primaba la proporcionalidad, por lo que no bastaría ahora con una reforma de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG), que solo serviría para el ámbito local y autonómico.

Todas las provincias obtienen dos diputados mínimo (por ley), más otros en función de la población. Es un modelo que, de facto, beneficia a partidos con fuerte implantación rural a escala nacional, como el Partido Popular, ya que genera distorsiones territoriales.

Por ello, forzar un modelo mayoritario (en el que el partido más votado obtiene el gobierno automático) acabaría con esta premisa, así como un sistema de “bonus” (al modo griego) en el que la lista con más apoyos suma X número de diputados (el Congreso se puede ampliar hasta los 400 como máximo).

La ‘España vaciada’ amenaza el bipartidismo

Por otro lado, en las sedes de los dos grandes partidos no se pasa por alto que los territorios más despoblados se han hecho un hueco importante en la agenda política estatal. En septiembre, los impulsores de la plataforma ‘España vaciada’ decidieron que concurrirían a las próximas generales, sin determinar todavía con qué fórmula.

Desde entonces, las especulaciones sobre su repercusión en el tablero político nacional han sido múltiples. Pero en lo que sí coinciden la mayoría de los analistas es en que suponen una amenaza para el bipartidismo tras el subidón de la Unión del Pueblo Leonés (UPL) y la irrupción de Soria Ya!

Se han publicado encuestas que les otorgan 15 escaños en el Congreso, y con opciones claras de decantar el Gobierno hacia el PSOE o el PP, en función de las contrapartidas que les conceda cada uno. Hasta se ha hablado de supuestos intentos de los grandes partidos por controlar esas plataformas.

Un acuerdo entre el PSOE y el PP para dejar gobernar al que ganara las elecciones les liberaría de tener que conceder contrapartidas también a este movimiento de la ‘España vaciada’.

Sin ministros del otro partido

Fuentes de Ferraz reconocen a ECD que la propuesta de gran coalición que plantea ahora Sánchez al PP tiene “trampa”, porque lo que la cúpula del partido persigue no tiene que ver con ofrecer un pacto de Gobierno conjunto a Pablo Casado. “Pedro Sánchez no ofrecería en ningún caso una vicepresidencia a Casado”, insisten.

“Lo que busca es pactar con un PP moderado como el de Alberto Núñez Feijóo o Juanma Moreno”. Esto es, Sánchez conjetura que Casado dejaría de ser presidente del PP en caso de perder las elecciones. Después, un nuevo líder del PP de perfil moderado pactaría con el PSOE. “Con este PP, no”, insisten en Ferraz.

Pablo Casado siempre ha rechazado la opción de una gran coalición con los socialistas, sobre todo tras las elecciones de abril de 2019, que se repitieron porque el PSOE no consiguió pactar con Podemos.

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