Pedro Sánchez compensará a Carmen Calvo con la presidencia del PSOE

Lo propondrá en el congreso federal de octubre, donde dotará el cargo de más poder interno y mayor protagonismo público. La ex vicepresidenta no irá al Consejo de Estado

Pedro Sánchez y Carmen Calvo en el Congreso de los Diputados.
Pedro Sánchez y Carmen Calvo en el Congreso de los Diputados.

El alcance de la profunda remodelación del Gobierno acometida por Pedro Sánchez no se limita a la entrada y salida de ministros, a los relevos en los segundos y terceros escalones y al rediseño del Gabinete de la Moncloa. También implica el reacomodo, en algunos casos institucional, de quienes han sido pesos pesados en la primera etapa y han salido.

Es el caso de la vicepresidenta primera, Carmen Calvo. Por el momento, la ex número dos del Ejecutivo regresará a su escaño en el Congreso, el que consiguió en las elecciones de 2019 como número dos por Madrid, precisamente detrás de Pedro Sánchez.

Conversación con Sánchez

Hay que recordar que Calvo ha sido uno de los pilares del Gobierno de Pedro Sánchez en estos primeros tres años. Cuando supo que sería cesada, y que su puesto quedaba en manos de Félix Bolaños, quedó “tranquila”, remarcan en su entorno. Pero aún tenía una conversación pendiente con el presidente

Ambos han podido charlar en las últimas horas, según ha podido confirmar Confidencial Digital por fuentes próximas a la ex vicepresidenta, y Sánchez le ha planteado la opción de presidir el PSOE, en sustitución de la ex ministra Cristina Narbona, que ostenta el cargo desde 2017.

Una presidencia con más peso

Fuentes próximas a la dirección de Ferraz aseguran a ECD que el secretario general quiere compensar la salida de Calvo del Gobierno y ‘premiarle’ con ese ofrecimiento de presidir el partido.

Hasta ahora, la presidencia del PSOE ha sido un puesto más bien representativo, no ejecutivo, y con escaso perfil público. Sin embargo, Sánchez quiere conferirle ahora un mayor peso a este cargo en la nueva Ejecutiva socialista, además de darle más visibilidad.

“Parar un poco”

Por el momento, altos cargos que han trabajado con Carmen Calvo estos últimos años explican que ella está pensando qué hacer a partir de ahora, y que quiere “parar un poco”, después de tres años de máxima presión. Y su primer paso, eso ya lo tiene decidido, será dedicarse a su escaño como diputada en el Congreso.

Fuentes de la cúpula del PSOE destacan que, para asumir la propuesta de presidir el partido, Calvo tiene tiempo hasta el 40º Congreso Federal, que se celebrará a mediados de octubre, y donde se prepara también una remodelación profunda de la Ejecutiva tras la salida del ex secretario de Organización, José Luis Ábalos.

No va al Consejo de Estado

En cambio, uno de los destinos que se habían barajado en las últimas horas para la ex vicepresidenta ha quedado totalmente descartado. Varios medios habían asegurado, en la tarde del pasado lunes, que Pedro Sánchez había ofrecido a Calvo la presidencia del Consejo de Estado.

 

Moncloa desmintió poco después la información a través de la Secretaría de Estado de Comunicación, asegurando que, tras su labor al frente del Ejecutivo desde 2018, Calvo volvería a su escaño como diputada rasa en el Congreso.

Hay que recordar que la vicepresidenta se sintió ya ‘amenazada’ cuando se publicaron las primeras especulaciones sobre crisis de Gobierno y vio en ellas su nombre, hasta el punto de que, tal y cómo se reveló entonces en ECD, dio órdenes a la Secretaría de Estado de Comunicación para que difundiera una nota desmintiendo esas informaciones.

No incomodar a Podemos

Fuentes internas del Gobierno revelan a Confidencial Digital que Sánchez ha dado marcha atrás en la propuesta a Carmen Calvo de situarla al frente del Consejo de Estado para evitar un enfrentamiento con Podemos

La cuestión no es menor. Su presencia en el órgano consultivo le permitiría pronunciarse sobre leyes clave en España. Es el caso por ejemplo de la ‘Ley Trans’ que le ha enfrentado en los últimos meses en el Gobierno a la ministra de Igualdad, Irene Montero, ley que tendrá que recibir el dictamen del citado alto organismo.

Hay que tener en cuenta que la aprobación del anteproyecto por el Consejo de Ministros no ha sido más que el comienzo, y quedan ahora meses por delante y trámites que pueden propiciar cambios en el texto.

Debe pasar por la revisión de los órganos consultivos, para después ser presentado en el Congreso de los Diputados, donde comenzará la tramitación parlamentaria, es decir, la fase de debate y enmiendas.

El Consejo de Estado es el órgano que cierra el proceso de consultas, sus informes no suelen ser llamativos y en muchos casos no son vinculantes. No se descarta que la entidad, que preside la ex vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, deje caer esta vez alguna recomendación de calado sobre la ‘Ley Trans’. 

Se recuerda que, no hace mucho, el Consejo de Estado se mostró muy crítico con el decreto del Gobierno que regula la circulación de los fondos europeos por la economía nacional.

También se vio que el encaje de Calvo se presentaba muy complicado porque, de ser nombrada presidenta, Fernández de la Vega quedaría fuera, ya que todas las plazas de consejero permanente, de las nueve secciones, están ocupadas.

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