Los periodistas se han convertido en un problema para los cooperantes en Haití: ocupan su campamento, comen sus raciones y entorpecen el trabajo
El inusitado interés mediático que ha despertado Haití desde que sufrió el devastador terremoto, el pasado día 12, ha llevado a un elevado número de periodistas de todo el mundo hasta la isla, entre ellos muchos enviados por medios españoles. Y ahora los periodistas se han convertido en un problema.
Funcionarios españoles que se encuentran en la zona relatan a El Confidencial Digital que en el aeropuerto de la capital, Puerto Príncipe, hay instaladas numerosas tiendas de campaña que dan cobijo a las organizaciones no gubernamentales, y en el caso español también a la Agencia Española de Cooperación Internacional y Desarrollo (AECID).
Junto a los cooperantes ‘han quedado instalados más de medio centenar de periodistas españoles’, según relato de un diplomático a ECD. Y esa presencia está generando cada vez más problemas al personal de la AECID. Los periodistas, no sólo hacen uso de esas instalaciones, sino que también se comen sus raciones, se beben su agua y utilizan los servicios habilitados por Exteriores para su gente.
Desde el departamento que dirige Miguel Ángel Moratinos se ha ofrecido a algunos reporteros la posibilidad de regresar a España, sin mucho éxito por el momento, argumentando que, a pesar del gran interés mediático que genera Haití, el problema de la alimentación y la seguridad son aún más importantes.
Junto a ese más de medio centenar de periodistas, que han viajado en varias tandas con los miembros de la AECID, hay otros tantos que se han desplazado ‘por su cuenta’ al país, que no se han instalado en los campamentos del aeropuerto, y que han conseguido refugiarse por la noche y en momentos críticos en hoteles semiderruidos.
Los marines norteamericanos, una vez que han tomado las riendas para garantizar la seguridad en el país, han pedido a los periodistas españoles alojados en el aeropuerto que abandonen las instalaciones del campamento de la AECID.
Los marines norteamericanos llevaban la orden bien clara cuando empezaron a tomar posiciones sobre Haití: hay que primar la seguridad por encima de todo y el aeropuerto de la capital, Puerto Príncipe, no puede seguir siendo un hervidero de cooperantes y periodistas.
Al cierre de esta edición, las tropas norteamericanas habían ampliado el plazo para que la prensa española desalojara el aeropuerto.
