¿Puede el PP ganar las elecciones? Un estudio concluye que es “posible” pero “poco probable”

Los populares han recortado seis puntos a los socialistas desde abril, se hallan a otros seis de distancia y, si se sitúan a 3 en diez días, el vuelco es factible

Pablo Casado, en la convención económica del PP.

Nadie hubiese apostado, hace apenas unos meses, por la posibilidad de una victoria del PP en unas nuevas elecciones generales. Ahora, sin embargo, con una subida en las encuestas de los populares que pocos esperaban, se empieza a hablar de ello como algo ya no tan imposible. Pablo Casado, de hecho, ha asegurado que está convencido de que puede ganar.

A día de hoy, el PP ha reducido a la mitad la distancia que le separaba de los socialistas en abril. Entonces era de 12 puntos, y ahora ha pasado a solo 6. En seis meses, se ha recorrido mucho camino, lo que da esperanzas a la ejecutiva popular en Génova. Hasta tal punto, que Pablo Casado ya ha asegurado que confía en ganar las elecciones.

Posible... pero improbable

La posibilidad de una victoria electoral del PP en las próximas elecciones, las del 10 de noviembre, es “posible”, pero “altamente improbable”. Es la conclusión de Andrés Medina, responsable de la consultora estratégica Grávitas y analista demoscópico, consultado por Confidencial Digital.

Para una victoria del PP tendrían que darse una serie de circunstancias, seguidas, y en muy poco tiempo.

Una de las claves, explica, será el efecto real que provoque en el votante de centro izquierda la candidatura de Íñigo Errejón a las generales, y el número de votos procedentes del PSOE que se vayan a Más País.

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Si se quedan a tres puntos...

En ese sentido, si las encuestas empiezan a reflejar un trasvase de votos de un partido a otro, y los socialistas bajan, en semana y media, tres puntos aproximadamente, con lo que la distancia entre los dos grandes partidos sería de solo tres puntos, entonces “el PP puede tener una oportunidad”.

Si la distancia entre ambos partidos queda reducida, en apenas diez días, a tres puntos, con tres semanas por delante antes de las elecciones, en esa circunstancia el votante de centro derecha “puede empezar a convencerse que la victoria del PSOE no es inevitable y concentrar el voto en torno al PP”.

En la calle Génova, de hecho, ven posible ese escenario. Recuerdan que sus trackings apuntan que un tercio de los votantes van a cambiar de voto respecto al 28 de abril. Un dato que también contribuye al optimismo de Casado y su equipo.

El desplome de Ciudadanos

El PP necesita que el PSOE baje como consecuencia del “efecto Errejón”, para acercarse y tener opciones, pero también es imprescindible consolidar la tendencia alcista de los populares, que se sustenta fundamentalmente en el desplome de Ciudadanos.

Andrés Medina destaca, en este sentido, que el electorado que más tarde decide su voto es precisamente el de Ciudadanos. Y eso, en estas elecciones, será más importante que nunca, porque las encuestas reflejan que Cs es también el partido que está protagonizando más mudanzas de votos.

Una fuga especialmente a PP y PSOE, pero también incluso a Más País y a Vox, aunque estos últimos casos son más residuales.

La batalla por el centro

La batalla, por tanto, se sitúa en el voto del centro. Y, en esta circunstancia, en Génova 13 tienen datos para ser optimistas, junto con otros para estar en alerta.

En primer lugar, se sabe que, por cada votante de Ciudadanos que se va al PSOE, tres se van al PP, por lo que, en principio, esa disputa con los socialistas estaría ganada.

Pese a ello, no hay que obviar la “capacidad de remontada” que ha demostrado Albert Rivera en los días previos a los comicios. Especialmente ocurrió, en las elecciones generales de abril.

En el PP recuerdan que, en las pasadas generales, el debate electoral modificó el sentido de voto de 1,4 millones de españoles, siendo Ciudadanos y Podemos los partidos más beneficiados. La formación naranja obtuvo 200.000 votos más tras las intervenciones de Rivera, tanto en La 1 como en Atresmedia.

Andrés Medina apunta que, para evitar un remontada de Cs, Pablo Casado deberá emplearse a fondo en la última semana de campaña, y especialmente en el debate. Y recuerda, en este sentido, que en abril solo el 7% de los votantes consideró que fue él quien salió victorioso de las batallas dialécticas con Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias.

La clave: aprovechar la ventaja

De forma casi inesperada, el PP se encuentra ante una “oportunidad”. Pero su principal objetivo debe ser aprovechar la posición ventajosa que tiene ahora: tanto para aspirar a la victoria, como para no perder votos y escaños en la recta final.

Se recuerda, en ese sentido, que tanto populares como socialistas llegan a las elecciones con el 70-80% de sus votos ya garantizados, mientras que Ciudadanos arranca con un porcentaje bastante inferior: el 35%.

Además, en Génova son conscientes de que una parte relevante del electorado puede votar a cualquiera de los dos representantes del bipartidismo: “Hay unos 400.000 votos compartidos entre PP y PSOE”.

Las elecciones del “desbloqueo”

Esa ventaja de los populares respecto a C's también refleja un síntoma: “El votante moderado teme que se mantenga el bloqueo político, y en esta campaña tanto PP como Ciudadanos han modificado su discurso para apelar a ese electorado”.

Albert Rivera, afirma Medina, tiene difícil reivindicarse como la llave del desbloqueo, cuando rechazó un pacto con el PSOE que aseguraba una mayoría absoluta de 180 escaños. Y ese recuerdo favorece al PP para apelar al “voto útil” a que acabe con la actual situación de bloqueo.

La estrategia empieza a dar frutos: “Por cada votante que pierde el PP por la derecha, consigue tres del centro-derecha”, explica Medina.