Quim Torra entra en pánico y delega en los CDR la respuesta a la sentencia del 1-O

Admite que no quiere acabar como Puigdemont pero tampoco como un traidor. Su plan es que la Generalitat apoye las movilizaciones contra las condenas a los políticos presos, pero sin participar

Quim Torra, president de la Generalitat
Quim Torra.

Si querían asustar a Quim Torra, lo han conseguido”. Así resumen desde la Generalitat el estado de ánimo del president después de las últimas informaciones que le acusan de pactar con los CDR la toma del Parlament. El dirigente catalán no quiere acabar ni inhabilitado ni fugado. Y, por eso, “prefiere manifestaciones en las calles a declaraciones de independencia”.

Según explican al Confidencial Digital altos cargos del Govern, Torra está pasando unos días complicados, después de que se publicaran las confesiones de los CDR detenidos por la Guardia Civil.

Las informaciones que apuntan a un plan para tomar el Parlament, y que también hablan de un pacto de Puigdemont, Torra y los CDR para usar a estos últimos como enlace son calificadas por el president como “historias y relatos” que persiguen justificar una nueva aplicación del 155. No obstante, esas filtraciones han asustado, de verdad, a Torra.

En manos de los CDR

Todo ello porque Torra “es consciente” de que ha hecho crecer a los CDR: “Les pidió que apretaran y ahora todo lo que hagan va a ser vinculado a su persona”.

Pese a ello, el president trata de negar, ante sus colaboradores, la mayor de las acusaciones que han hecho contra él. Asegura que “jamás” pediría a los CDR la ocupación, durante días, del Parlament, porque “de esa forma no conseguiríamos nada”.

Además, afirman desde el Govern, el president tiene aún muy presentes los disturbios durante la Diada, cuando los Mossos tuvieron que cargar contra los radicales que querían saltarse el perímetro de seguridad del Parlament: “Hubo cargas y Torra quedó como culpable”. Por tanto, “él afirma que sería absurdo buscar otra vez lo mismo”.

En todo caso, añaden las fuentes consultadas, Torra se ha dado cuenta, con estas noticias, del “peligro de depender de los CDR”. Se afirma que, de cara a la sentencia del procés, “él prefiere que la respuesta sea en las calles y no desde la Generalitat, porque teme acabar como Puigdemont. El problema es que esa respuesta vendrá de los CDR”.

Manifestaciones en vez de una nueva DUI

En todo caso, añaden desde la Generalitat, Torra va a a mantener su apuesta de no condenar, en ningún caso, a los CDR. Todo ello porque, de cara a la sentencia por el juicio del 1-O, “prefiere manifestaciones en las calles que una declaración de independencia que le cueste la cárcel”.

Sobre esa estrategia, los compañeros de Torra en el Govern afirman que “no es, precisamente, un hombre de acción, por lo que no quiere jugarse su futuro repitiendo lo que ocurrió hace dos años, antes de la aplicación del 155”.

 

Así las cosas, desde la Generalitat aseguran que el acercamiento de Torra a los CDR obedece, únicamente, a una estrategia para auto-protegerse. No obstante, y después de lo publicado estos días, se introducirán matices a esa hoja de ruta.

El objetivo de Torra es delegar en los CDR la respuesta a la sentencia del procés, pero sin “pasarse de la ralla”. En concreto, el mensaje que se trasladará es que los Comités de Defensa de la República “cuentan con el respaldo de la Generalitat... pero es mejor que no pase nada grave” tras la sentencia del 1-O.

Los colaboradores del president explican que Torra “quiere que los CDR aprieten, pero no ahoguen, porque busca evitar, por un lado, acabar como Puigdemont y, por el otro, que haya una nueva guerra con los Mossos y quedar él como un traidor”.

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