Sánchez está seguro de que Iglesias no aguantará: apoyará la investidura en el último minuto

Sabe que el líder de Podemos está preocupado por la caída en la encuestas y por las críticas internas tras renunciar a la postura sobre Cataluña a cambio de ser ministro

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en el Congreso de los Diputados
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.

A menos de dos semanas para la primera votación de investidura, Pedro Sánchez no tiene garantizado, ni mucho menos, el apoyo de Podemos. La quinta reunión con Pablo Iglesias, celebrada ayer en el Congreso, no siguió para acercar posturas, ya que el líder de la formación morada sigue exigiendo un gobierno de coalición. Pese a ello, en el PSOE son optimistas.

Según explican al Confidencial Digital integrantes de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, la hoja de ruta aprobada por el partido el pasado lunes persigue un objetivo claro: permitir a Pablo Iglesias introducir modificaciones en el programa de Gobierno planteado por Sánchez para, de esta manera, “tener argumentos” para apoyar la investidura.

La tesis de Ferraz es que el líder de Podemos ha sido “preso de sus palabras” durante las últimas semanas. Desde la campaña, insistió una y otra vez en la necesidad de un gobierno de coalición y no quiere rebajar esa exigencia. No obstante, opinan en el PSOE, “empieza a buscar una salida para justificar un cambio de criterio. Y nosotros se la tenemos que ofrecer”.

Investidura en julio

Ese escenario dibujado por el PSOE contrasta con las palabras realizadas ayer por el propio Pablo Iglesias y la portavoz socialista en el Congreso, Adriana Lastra, después de la reunión con Pedro Sánchez.

El secretario general de la formación morada insistió en su exigencia de un “Gobierno progresista de coalición”. No obstante, quiso mantener la mano tendida al presidente en funciones: “Esperamos convencer a Sánchez de que se abra a una negociación integral. Más tarde o temprano convenceremos al PSOE de que flexibilice su posición”.

Adriana Lastra, por su parte, fue mucho más contundente en sus declaraciones, acusando a Iglesias de “anteponer los nombres a los contenidos”, en referencia a su exigencia de entrar en el Ejecutivo. Además, aseguró que el líder de Podemos ha vetado la creación de un equipo de negociación y que Irene Montero mintió al asegurar que el PSOE había ofrecido a la formación tres ministerios.

Después, desde el PSOE se filtró que Pablo Iglesias había exigido ser vicepresidente, algo que Podemos desmintió rápidamente, y cargando con fuerza contra los socialistas.

Pese a que las posturas parecen más que enfrentadas, y el cruce de filtraciones y desmentidos, los dirigentes del PSOE consultados por ECD advierten de un “desgaste” de Iglesias en estas negociaciones y de una “necesidad” por “cerrar esto cuanto antes”. Por ese motivo, ven más que posible que la investidura salga adelante en julio.

En este sentido, desde Ferraz dan por hecho que Iglesias “mantendrá sus exigencias hasta el final” pero que, a última hora, cambiará su sentido de voto: “Es posible que el martes 23 vote en contra, y dos días después a favor aferrándose a un pacto in extremis y con el argumento de blindar un gobierno progresista frente a la amenaza de la derecha”.

 

La encuesta de La Sexta

En el PSOE confían en ese viraje a última hora de Iglesias porque, en la ejecutiva federal, saben que Iglesias “está preocupado” por el futuro político de Podemos... y el suyo propio.

En primer lugar, a Ferraz ha llegado la información de que el líder de la formación morada da “toda la credibilidad” al último barómetro de La Sexta, publicado el pasado lunes, que vaticina un importante crecimiento del PSOE y un brusco descenso de Podemos de haber nuevas elecciones.

En esa encuesta, los socialistas obtendrían el 36,6% de los votos, casi ocho puntos más que en las generales del pasado 28 de abril. Podemos, por su parte, bajaría cerca de dos puntos, pasando del 14,3% al 12,8%.

Esa circunstancia, unida a las caídas de PP, Ciudadanos y Vox, daría aún más fuerza a Pedro Sánchez, mientras que Podemos “quedaría reducido a la irrelevancia”.

Críticas por renunciar a su programa

El difícil panorama electoral que debería afrontar Podemos de volver a celebrarse generales en noviembre, afirman en el PSOE, puede hacer moverse a Pablo Iglesias. No obstante, esa no es la única razón que podía provocar un cambio de criterio en el líder de la formación morada.

Las fuentes consultadas explican que a Ferraz ha llegado información relevante sobre las reacciones internas, en Podemos, a la estrategia emprendida por Iglesias en las últimas semanas. Y las conclusiones son las siguientes: “En su partido no entienden que renuncie a su programa, y a posturas concretas, con tal de ser ministro”.

Especialmente críticos han sido cargos relevantes de Podemos con la decisión de Iglesias de dejar por escrito su compromiso a aceptar cualquier posición del Gobierno sobre Cataluña, una maniobra que se produjo después de que este medio contara los recelos del PSOE a la posible reacción de Iglesias a la sentencia del 1-O.

Ese escrito “supone una renuncia” a todo lo que ha defendido Podemos respecto al juicio del procés y también sobre el propio conflicto político en Cataluña. Algo que no ha gustado en la formación morada: “Muchos le han echado en cara a Iglesias que, para intentar ser ministro, traicione a su propio partido”.

El secretario general de Podemos, afirman desde el PSOE, es “consciente” de esas críticas y las tiene más que presentes: “Sabe que no existe, ni mucho menos, un apoyo mayoritario a su reivindicación de entrar en el Gobierno. Y eso le puede forzar a recoger velas”.

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