Abascal ha dicho ‘no’ a una moción de censura de Casado contra Sánchez

Pablo Casado ha decidido aparcar una moción de censura contra Pedro Sánchez que venía fraguando desde el 4-M. Ha recibido el mensaje de que Santiago Abascal, con quien mantiene una tensa relación desde que el PP rechazó la anterior iniciativa de Vox para promover un cambio en la presidencia del Gobierno, no apoya la maniobra.

Hay que recordar que Casado aseguró la noche del 4-M que la victoria del PP en las elecciones madrileñas era el “kilómetro cero del cambio en España”, ya que, según recalcó, iba a suponer un “punto de inflexión en la política nacional”.

“Hoy Madrid ha hecho una moción de censura democrática al ‘sanchismo’, a sus pactos con Bildu, a sus pactos con los independentistas y al Gobierno con Podemos”, proclamó eufórico el líder del PP desde el balcón de la calle Génova.

Moción de censura frustrada

Hasta el punto de que, según ha podido saber Confidencial Digital por fuentes próximas al líder del PP, Pablo Casado se ha llegado a plantear en las últimas semanas registrar una moción de censura en el Congreso de los Diputados contra el Gobierno de Pedro Sánchez.

Aseguran que los contactos se han llevado con la “máxima discreción” para lograr el “efecto sorpresa” que se busca con este tipo de movimientos políticos. De hecho, PP y Vox se resisten a ofrecer muchos detalles sobre esta operación cuando se les pregunta.

Pese a que Casado era consciente de que “los números no dan en el bloque de la derecha” para que la iniciativa prosperara, consideraba que la maniobra si venía a reforzar el mensaje de que “la legislatura está acabada”, aprovechando además el viento a favor y los aires de cambio que auguran la mayoría de las encuestas que se están publicando tras las elecciones en Madrid.

Pablo Casado ganó en los debates

Se tiene también en cuenta otro factor. En la dirección del PP recuerdan que la moción de censura que presentó Santiago Abascal a Sánchez, el pasado mes de octubre, dejó claros ganadores y perdedores durante el debate.

No pasan por alto que el más beneficiado del fracaso del líder de Vox fue Pablo Casado, que consiguió cambiar la percepción del electorado.

En Génova destacan que la victoria de Casado entonces pilló a todos por sorpresa, y es que su papel era el más complicado. “Pablo gana y se luce en los debates”, resaltaron en su círculo de máxima confianza.

La intención de Vox en teoría debía haber sido sacar de la Moncloa a Sánchez, pero solo consiguió generar un enfrentamiento con un PP que marcó las distancias con su socio de gobierno más problemático en muchas comunidades autónomas.

“Usted no está preparado para ser presidente”, le dijo Casado a Abascal en un discurso escrito de su puño y letra.

Vox se desmarca de la ofensiva del PP

Ahora, la situación ha cambiado sustancialmente. Fuentes conocedoras de los contactos que se han mantenido dirigentes del PP y de Vox, a las que ha tenido acceso ECD, confirman que el partido de Santiago Abascal se ha desmarcado de la maniobra que ha tratado de orquestar Casado para desgastar a Pedro Sánchez.

Fuentes oficiales de Vox aseguran que no han llegado a recibir una propuesta formal y concreta por parte de Génova. Pero en el entorno de Abascal han valorado que esa operación les restaría visibilidad y protagonismo frente a un PP en alza ahora en las encuestas.

Su estrategia ahora es distanciarse del PP, como está haciendo en Andalucía, y calentar la calle con otra foto de Colón que polarice la situación, como en el escenario previo a las generales de 2019.

Santiago Abascal arrastra al PP a la calle

Como ocurrió entonces, la presencia de los tres partidos de derecha en la manifestación del próximo 13 de junio en Colón es inevitable. La previsible concesión de los indultos a los presos del ‘procés’, a pesar del demoledor informe del Tribunal Supremo que los considera “inaceptables”, sitúa una vez más al bloque de la derecha juntos en un mismo lado.

Tanto PP como Ciudadanos fueron contundentes desde el primer momento en su postura, oponiéndose a la medida de gracia y acusando a Pedro Sánchez de “vender y humillar” a los españoles por mantenerse en la Moncloa. Pero no se pasa por alto que Vox fue el primero que dejó claro que trasladaría la presión a la calle.

Para las tres formaciones se trata de un asunto esencial y ninguno está dispuesto a renunciar a esta batalla. Así las cosas, la convocatoria de la protesta ha obligado a Génova a llevar su ofensiva contra Sánchez también a la calle, cuando la intención inicial era limitarla a las instituciones, con instrumentos como la moción de censura.

El PP, que en febrero de 2019 era el máximo interesado en la foto considerando que sus siglas reflejarían la unión de todo el espacio representado en aquella manifestación como partido hegemónico, se dio cuenta de que había dado carta de naturaleza a Vox y que le había garantizado un protagonismo que por aquel entonces no tenía.

Posteriormente los populares obtuvieron el peor resultado de su historia, en abril de ese año (69 diputados), que mejoraron notablemente en la repetición de noviembre a costa de Ciudadanos (se quedaron en 10 escaños), aunque Vox no detuvo su ascenso y alcanzó los 52 parlamentarios.

Acercamiento de Casado a Arrimadas

Las fuentes a las que ha tenido acceso ECD explican que los contactos para poner en marcha una moción de censura contra el Gobierno de PSOE y Podemos han alcanzado también a Ciudadanos.

Aseguran que en el equipo de Inés Arrimadas no vieron con malos ojos la maniobra, en un principio como una forma de que Ciudadanos volviera a recuperar cierto foco y protagonismo en el panorama político.

No visibilizar el fracaso en el Congreso

Con todo, la dirección nacional del PP ha aparcado por ahora esta iniciativa, según ha podido saber ECD por fuentes conocedoras de las conversaciones discretas que se han producido tras el 4-M.

Pese al escenario de que Casado pudiera salir victorioso del debate, como ocurrió en la moción de censura promovida por Vox el pasado otoño, ha pesado más para el líder del PP evitar que se visibilice su soledad y falta de apoyos en el Congreso.

Al mismo tiempo, se ha tenido en cuenta que se corre el riesgo de conseguir el efecto contrario a lo que se pretende con la operación: un cierre de filas de los socios del Gobierno, con Podemos y los partidos nacionalistas a la cabeza, avalando en público la gestión de Pedro Sánchez.