Así fueron las horas siguientes al atentado de Barajas: Zapatero estuvo noqueado; Eguiguren fue el “cerebro” que marcó las decisiones

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, estuvo prácticamente noqueado en las horas siguientes al terrible atentado de ETA contra la Terminal 4 de Barajas. Es lo que cuentan en privado personas del entorno gubernamental. Y revelan también que el “cerebro” de las decisiones que se tomaron fue Jesús Eguiguren.

Según ha sabido El Confidencial Digital, personas del Gobierno relatan que la explosión del coche bomba en el aeropuerto madrileño, el pasado 30 de diciembre, dejó al Ejecutivo completamente fuera de sitio, pero sobre todo a su presidente, que, de acuerdo con esas fuentes, estuvo prácticamente noqueado en las horas siguientes al suceso.

A la vista de la situación, se creó una especie de “gabinete de crisis”, en el que unas pocas personas, de la máxima confianza de Rodríguez Zapatero y por tanto de su entorno más cercano, se dedicaron a pensar qué había que hacer y cómo reaccionar ante el zarpazo de ETA.

La información que tiene ECD señala que, en la tormenta de ideas y de propuestas que se suscitó, al final se llevó el “gato al agua” el vasco Jesús Eguiguren, precisamente la persona que ha encabezado la delegación socialista que durante estos años ha mantenido los contactos con el mundo de ETA que condujeron al “alto el fuego permanente” y al inicio del llamado “proceso de paz”.

Egiguren es la persona a quien José Luis Rodríguez Zapatero consulta todo lo relativo a ETA y el problema vasco, y es la persona que más influye en el presidente en estas decisivas cuestiones.

Continuar el “proceso” hasta las elecciones

En el “gabinete de crisis” se planteó cuál debía ser la reacción del Gobierno tras el atentado. Se barajaron dos opciones: una, romper sin más dilación el llamado “proceso de paz”, con todas las consecuencias, e iniciar una ofensiva sin cuartel contra la organización terrorista; la otra, mantener a pesar de todo el “proceso”.

Según las fuentes consultadas por El Confidencial Digital, los argumentos de Jesús Eguiguren dirigidos a Rodríguez Zapatero fueron los siguientes:

-- Si rompemos el “proceso”, ETA va a volver a matar. Vamos a tener, con toda seguridad, muertos sobre la mesa. Y esos muertos serán tuyos, con todas las consecuencias que eso supone, sobre todo electorales.

-- Podemos no romper el “proceso”. En ese caso, quizá finalmente no salga bien, quizá no acabe en el fin de la violencia, pero mientras tanto ETA no va a matar. No tendremos muertos sobre la mesa.

 

-- Si vamos por aquí, desde luego habrá que “dar algo” a la banda terrorista. No ahora, porque no se puede, pero sí más adelante, cuando pase un poco de tiempo y los ecos del atentado amainen. Gestos en la línea del acercamiento de presos etarras a cárceles próximas a Euskadi.

-- El “proceso” puede salir adelante o no. Pero lo importante es llegar a las elecciones sin muertos. Después, una vez celebradas, puedes hacer una cosa o la otra, es decir, continuar o romperlo.

La argumentación de Jesús Eguiguren, proponiendo no romper con ETA y mantener el “proceso” para así llegar a las próximas generales sin muertos, fue la opción que finalmente se impuso, la que adoptó Zapatero.

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