¿Cuáles son los problemas de la uniformidad para mujeres en el Ejército? Corte, normativa y funcionalidad

Carme Chacón ha ordenado la total adecuación de los uniformes militares a la morfología femenina 20 años después del ingreso de las primeras mujeres en las Fuerzas Armadas. Los principales problemas con lo que se encuentran es el corte de la prendas, la normativa interna y la funcionalidad.

La ministra de Defensa, Carme Chacón, presidió la pasada semana un pleno extraordinario del Observatorio de la Mujer en las Fuerzas Armadas. Dentro de los actos conmemorativos de los 20 años de la mujer en los Ejércitos, Chacón anunció una serie de medidas para facilitar su vida militar.

Por un lado, la ministra anunció que ha encargado una auditoría de género de infraestructuras para comprobar la idoneidad de sus instalaciones para el uso indistinto entre mujeres y hombres.

El Confidencial Digital ha podido conocer algunos de los problemas que sufren las afectadas. Algunos de los inconvenientes más significativos que presenta la decisión de Chacón son los siguientes:

-- Al principio las mujeres se vestían con uniformes de las tallas más pequeñas que las de los hombres. El objetivo es que en el catálogo de prendas futuras se diferencien entre hombres y mujeres, sobre todo porque la idea de la ministra es adaptar los modelos de morfología del último estudio del Ministerio de Sanidad.

-- Las mujeres pertenecientes al Ejército del Aire y la Armada tienen más fácil adquirir prendas. El motivo tiene que ver con que hay vestimentas que coinciden en el color. Así ocurre con los Cuerpos Comunes -Jurídico Militar, Intervención y Sanidad-. En Tierra, en cambio, el problema es mayor, explican.

-- Las mujeres que pertenecen a Tropa y Marinería tienen más prendas adecuadas a su morfología femenina que las que se encuentran en los Cuerpos Comunes.

-- La Armada resulta ser el colectivo de las Fuerzas Armadas que más medios ha puesto para que las mujeres puedan trabajar con su traje de faena diariamente.

-- Hasta la fecha, las mujeres “nos hemos buscado la vida” para que los uniformes respeten la normativa vigente sobre el modo de vestir. Hay quien recuerda incluso que se tienen que costear algunas prendas -como la falda para algunos casos- y practicarle unos arreglos para cumplir con los reglamentos. En las faltas, por ejemplo, la abertura en la parte frontal a la altura del empeine.

-- Hay quien opta por cuestión de talla y acude a los sastres militares para solicitar prendas a medida. En estos casos el Ministerio de Defensa no corre con los gastos.

 

-- No hay prendas para todos los trabajos en las Fuerzas Armadas en los que hay mujeres. Las primeras de ellas recuerdan, por ejemplo, que no había bañadores reglamentarios.

Por último, hay que destacar que las afectadas consideran que el anuncio de Chacón de las diferentes adecuaciones responde a una política “más de imagen” que a una problemática “urgente” que acometer, como ella misma calificó. “En 20 años se ha avanzado mucho en el tema de los uniformes”, explican algunas militares.

Acerca del protocolo con el Ministerio de Sanidad, las militares valoran que es una medida más mediática por la oportunidad del reciente estudio que una medida efectiva sobre el que ya existen soluciones que todavía no se han puesto en práctica.

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