Vox se crece y se reivindica como “fundamental” para la derecha en autonomías y municipios

Los de Abascal reconquistaron el optimismo que perdieron en las generales. Un bar vecino se convirtió en el verdadero centro del seguimiento electoral en la noche del 26-M

Santiago Abascal, en un mitin de Vox.
Santiago Abascal, en un mitin de Vox.

La noche electoral de este 26-M no se pareció en nada a la vivida las pasadas elecciones generales. Pese a que el partido de Santiago Abascal hizo historia el 28-A con 24 diputados en el Congreso y más de dos millones de votantes, el ambiente durante el recuento de votos en la plaza de Margaret Tatcher, junto a la de Colón, se asemejaba más al de un funeral que al de una fiesta.

La razón, la imposibilidad de que PP, Ciudadanos y Vox sumaran para evitar que el PSOE se apalancara en el Gobierno. Sin embargo, esta vez, con las elecciones municipales, autonómicas y europeas, lo vivido durante el escrutinio ha sido distinto.

Vox eligió su sede, en el distrito de Chamberí, como lugar donde militantes, simpatizantes, votantes y periodistas siguieron minuto a minuto los resultados. Menos nervios, más confianza y momentos de humor es lo que se respiraba en la calle de Nicasio Gallego de Madrid, donde está situada la sede del partido.

A medida que avanzaba la noche y el escrutinio, el optimismo y la confianza fueron creciendo entre los miembros y simpatizantes de Vox. Los primeros seguían el resultado desde una sala situada en la primera planta de la sede.

Esta sala estaba fuera de todo contacto con los periodistas, pero, al estar acristalada, se podían advertir las caras y gestos de satisfacción por haber logrado, sobre todo, echar a Manuela Carmena del ayuntamiento de Madrid.

De hecho, cuando la alcaldesa compareció ante los medios para valorar los resultados y apareció en la pantalla gigante que se había instalado en la sede de Vox, sus dirigentes comenzaron a abuchearle y a hacerle gestos de despedida.

El bar de la sede de Vox

Los militantes y buena parte de los dirigentes de la formación verde siguieron la primera parte del recuento de votos en un bar situado enfrente de la sede, lo que contribuyó a que el seguimiento del escrutinio fuera bastante más festivo que el de las elecciones generales del 28 de abril.

‘El bar Mual’, gestionado por empresarios abulenses, no dejó de servir durante toda la noche a los periodistas y simpatizantes del partido. De hecho, en algún momento hubo amenaza de que el establecimiento se quedara sin pan ni cerveza, algo que se solventó rápidamente por parte de sus empleados. Por contra, el ambiente en el interior de la sede era bastante frío, ya que los presentes sólo estaban pendientes del escrutinio.

En los alrededores de Nicasio Gallego, un helicóptero sobrevoló la manzana donde se encuentra la sede varias veces a lo largo de la tarde. Además, se instalaron hasta las 22.30h dos furgones de la unidad de anti disturbios y una docena de agentes de la Policía Nacional.

 

Simpatizantes de Vox comentaban con cierto orgullo: “son de los nuestros”. Varios de ellos saludaron a los agentes e intercambiaron palabras en el citado bar hasta que se marcharon y fueron sustituidos por cinco policías municipales.

El suelo en Madrid, 14 escaños

Altos cargos del partido confirmaron a Confidencial Digital que las expectativas, al menos en la Comunidad de Madrid, era que la izquierda se adjudicara la victoria en la Asamblea y en el ayuntamiento. Según estas fuentes, el suelo para Vox en las autonómicas madrileñas estaba en los 14 escaños. En cuanto a las municipales, sus previsiones eran “ser determinantes” para arrebatar el poder a Manuela Carmena.

Sin embargo, cuando las posibilidades de que la izquierda no obtuviera mayoría absoluta en la Comunidad de Madrid comenzaron a hacerse reales, estas expectativas cambiaron, y los 12 diputados que tenía Vox les parecieron suficientes a estos dirigentes del partido. Pese a ello, vaticinaron que Rocío Monasterio no haría declaraciones si no se alcanzaban los 14 escaños, como efectivamente sucedió.

La decepción de Pablo Casado

Por otro lado, estas fuentes, que en su día fueron votantes del PP, comentaban la “profunda decepción” que ha supuesto Pablo Casado al frente del partido, lo que a su juicio ha contribuido a que “el fin del Partido Popular esté más cerca”.

Según comentaban, “muchos votantes de la derecha ya no se identifican con el PP de Casado por la herencia que ha recibido de Rajoy y por el lastre de la corrupción”, especialmente en los ‘casos master’ del propio Casado y de Cristina Cifuentes.

En este sentido, comentaban a este confidencial que todavía se baraja la posibilidad de que miembros del PP cambien Génova por Nicasio Gallego ante la "debacle que se avecina". Sin embargo, lo tendrán difícil, ya que "en Vox no se buscan profesionales de la política, sino militantes con principios". "Si deciden venirse, se someterán a una dura criba", añaden.

Algún miembro de las listas electorales comentaba que se había especulado con que Esperanza Aguirre se animara a dar el salto al partido de Abascal, ya que "representa la derecha que a ella le gusta". De hecho, "su marido, Fernando Ramírez de Haro, ha dicho en público que ha votado a Vox", añadían. Pese a ello, señalan que esta decisión "no sería buena ni para Aguirre ni para Vox", con lo que prefieren que la ex presidenta madrileña opte por seguir en el retiro  político.

La ‘cantina’ del Congreso

Algún diputado que frecuentó las inmediaciones de la sede comentaba a ECD la posibilidad de que los 24 parlamentarios que Vox ha obtenido en el Congreso terminen en los escaños superiores del hemiciclo, los más alejados de las bancadas principales.

“Si eso ocurre, será porque la Mesa del Congreso toma la decisión por unanimidad”, explican. “Si el PP y Ciudadanos acuerdan excluir a Vox y mandarnos a la última fila, a lo mejor esta decisión condiciona que Vox facilite los pactos con estos partidos en algunos municipios”, advertían.

Cabe recordar que los de Santiago Abascal ocuparon la bancada que ocupa habitualmente el PSOE durante la sesión de constitución de las Cortes del pasado martes 21.

El gesto de Vox no sentó nada bien a los socialistas y ya se habla de represalias, como “que nos manden casi a la ‘cantina’”.

“En Madrid, ha muerto el cordón sanitario a Vox”

Dirigentes de Vox dejaron un mensaje claro: “el cordón sanitario ha muerto en Madrid”. Es decir, si PP o Ciudadanos se niegan a sentarse a negociar pactos post electorales con los de Abascal, el partido no facilitará un pacto de gobierno ni en el ayuntamiento ni en la Comunidad.

Vox no tomará la posición que adoptó durante las negociaciones tras las elecciones andaluzas de diciembre. Fue determinante para la formación del Ejecutivo, pero Ciudadanos se negó a darle tratamiento de interlocutor. Un gesto de “ninguneo” que no están dispuestos a aceptar de nuevo.

Ahora, cinco meses después, los de Abascal avisan: si en Madrid el PP se presta a pactar por separado con Ciudadanos y con Vox, el partido de la derecha se negará a darles su apoyo.

Video del día

Marta Rovira confirma que negocia con Sánchez
un referéndum de independencia para Cataluña
Portada
Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato