Vuelve la guerra de las vicepresidentas Calviño y Yolanda Díaz promovida por Sánchez para ganar votos

Moncloa ha constatado que PSOE y Podemos sacan rédito electoral de la pugna y necesitan distanciarse de cara a las elecciones

Pedro Sánchez, Nadia Calviño y Yolanda Díaz, durante una sesión plenaria en el Congreso.
Pedro Sánchez, Nadia Calviño y Yolanda Díaz.
Vuelve la guerra de las vicepresidentas Calviño y Yolanda Díaz promovida por Sánchez para ganar votos.
Vuelve la guerra de las vicepresidentas Calviño y Yolanda Díaz promovida por Sánchez para ganar votos.

Ferraz ha activado el “modo electoral”, lo que va a obligar al PSOE a comenzar a marcar distancias con Unidas Podemos y pasar a convertirles “de socios a adversarios”. En esa estrategia, Moncloa va a alentar de nuevo la guerra entre las vicepresidentas Nadia Calviño y Yolanda Díaz para sacar rédito electoral.

Las disputas entre Calviño y Díaz, presentadas como una batalla ideológica entre la funcionaria de Bruselas y la militante comunista, no han cesado en los últimos meses y han vuelto a estallar hace unos días a propósito del tope a las hipotecas o la subida del salario mínimo interprofesional. En el hemiciclo, sin embargo, nunca han dejado traslucir un mal gesto.

Y eso que la oposición no ceja en su propósito de abrir brechas por ese frente. El PP intenta provocarla diciéndole que se está dejando imponer por la líder de Podemos en el Ejecutivo. “La verdadera inspiradora de la política económica del Gobierno es la señora Díaz”, le ha espetado varias veces la portavoz del Partido Popular, Cuca Gamarra.

Alentar la guerra Calviño-Díaz

No se pasa por alto que Díaz ha pasado de ser una cara desconocida para los votantes a una de las ministras más valoradas del Gobierno por su capacidad de negociación y su papel en la crisis.

La ministra de Trabajo se ha erigido como la principal defensora de medidas expansionistas y ayudas directas, Calviño ha construido un perfil moderado que aboga por la estabilidad económica, velando por los intereses de los empresarios y tratando de limitar el aumento de deuda.

Una opción, en definitiva, que pueda atraer al votante socialdemócrata que forma parte del tejido productivo.

Hace unos días, la vicepresidenta socialista dio carpetazo al tope a las hipotecas variables lanzado por Díaz, desautorizando así la dirigente de Unidas Podemos. Pero la ministra de Trabajo no dudó en devolver el golpe, cuando retó de nuevo a Calviño, desoyendo sus objeciones e insistiendo otra vez en su propuesta.

Un enfrentamiento buscado

Un enfrentamiento buscado, con la esperanza de sacar rédito del choque y a sabiendas de que Pedro Sánchez es susceptible a las presiones públicas en materias sensibles, con algunos precedentes en los que se ha decantado por las tesis de Yolanda Díaz frente a las de Calviño, como en la reciente subida del salario mínimo interprofesional.

Díaz y Calviño representan referencias de peso en sus respectivos espacios. La socialista tiene un perfil técnico muy valorado, y la líder de Sumar también ha tratado de construir un perfil sólido a base de ofrecer datos y estadísticas en los que apoyar sus argumentos.

 

Sin embargo, sus tesis son antagónicas; un antagonismo hasta cierto punto alentado por las dos partes, que se ven reforzadas en esta contraposición. Esto, unido a la necesidad de distanciarse en campaña electoral, lleva a que de aquí a las generales previstas para diciembre, Moncloa vaya a promover que la pugna se recrudezca.

Que Díaz se mantenga viva

En Presidencia no inquieta en exceso el liderazgo emergente de la vicepresidenta segunda. Es más: consideran fundamental que Sumar se mantenga viva y pujante de cara a las elecciones de 2023.

En el equipo de Pedro Sánchez argumentan que, en un contexto en el que ya no van a existir las mayorías absolutas, de nada sirve que el PSOE ahogue al especio de Díaz en las urnas, si la va a necesitar para mantener el poder después.

Sin embargo, fuentes del Gobierno revelan a ECD que Pedro Sánchez ha encargado a la vicepresidenta Nadia Calviño que “baje más a la arena” y, de paso, contrarreste el ascenso de Díaz. “Hay que dejar de dar cancha a Yolanda, que está empezando a perjudicar al PSOE con su campaña de promoción por toda España”, alertan.

Hay que tener en cuenta que Calviño acrecentó su perfil político en el último congreso socialista con su presencia e intervención entusiasta. Acudió a recibir un premio, dedicado al ex comisario europeo y ex presidente del Congreso Manuel Marín, y aprovechó para exhibir sus credenciales ideológicas familiares.

Hasta reveló que, hace poco, había descubierto que, con ocho años, salió en los primeros carteles electorales del PSOE con una rosa en la mano.

Mayor visibilidad en el Congreso

En el asiento que ocupa desde hace año y medio en la bancada azul del Congreso, Nadia Calviño tiene a Yolanda Díaz a su izquierda. Con la salida de Carmen Calvo del Gobierno y el creciente protagonismo de Díaz, Moncloa quiere volver a dar más visibilidad en los debates parlamentarios a la vicepresidenta primera, según admiten a ECD altos cargos del Ejecutivo.

En el equipo de Sánchez buscan que la oposición no pregunte solo por los datos económicos a Calviño, sino que también le obliguen a pronunciarse sobre cuestiones más generales.

Vuelve la guerra de las vicepresidentas Calviño y Yolanda Díaz promovida por Sánchez para ganar votos.
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