El cardenal Herranz critica el fundamentalismo laicista que en España se opone a los valores cristianos

Julián Herranz, uno de los ocho cardenales españoles, celebró ayer, domingo, en Madrid, en la parroquia de la Concepción, sus 50 años de sacerdocio. En la homilía, criticó el fundamentalismo laicista en nuestro país, que se opone a la difusión libre de los valores cristianos.

Julián Herranz, uno de los ocho cardenales españoles, celebró ayer, domingo, en Madrid, en la parroquia de la Concepción, sus 50 años de sacerdocio. En la homilía, criticó el fundamentalismo laicista en nuestro país, que se opone a la difusión libre de los valores cristianos.

En la celebración, el presidente del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos estuvo acompañado del cardenal emérito de Toledo, Francisco Álvarez, y del Nuncio de la Santa Sede, los arzobispos de Barcelona y Burgos, el obispo de Córdoba y el obispo auxiliar de Madrid Eugenio Romero.

En su homilía, monseñor Herranz animó a los cristianos de España a defender los valores que tienen una especial repercusión social, singularmente los que afectan a la familia y la educación: “Los cristianos –dijo- no podemos adormecernos, desentendernos, dejarnos arrastrar por la tentación egoísta del ‘eso no va conmigo’ o ‘a mi familia no le toca’”.

“No es verdad –añadió- que la doctrina de Cristo es negativa y “represiva”, que la Iglesia Católica aparece como una ‘reliquia del pasado’. Se equivocan soberanamente: el Cristianismo es una insuperable historia divina de amor, de esperanza y de libertad”. Por eso, ante la nueva evangelización, animó a los presentes “a ser prudentes, sí, pero a la vez profundamente optimistas”.

Herranz se refirió al fundamentalismo laicista que se opone en España a la difusión libre de los valores cristianos: “¡Cuánta demagogia libertaria contra el mismo concepto no sólo cristiano sino natural del matrimonio; contra el valor social y la estructura antropológica de la familia, parte esencial del bien común de la nación; contra los derechos y la dignidad del ser humano desde su concepción hasta la muerte natural; contra los inalienables derechos de los padres en la educación religiosa de sus hijos, también en las escuelas públicas, que ellos sostienen económicamente; contra el valor histórico, cultural y social del cristianismo y de las obras benéficas, educativas y sociales promovidas por la Iglesia Católica!”.

El cardenal recordó sus comienzos en el Opus Dei, institución en la que Dios le llamó “a enamorarme –dijo- de Cristo, gracias a una espiritualidad secular, de cristiano de la calle, a la vez contemplativa y apostólica”. Tuvo un especial recuerdo hacia el Prelado del Opus Dei, monseñor Javier Echevarría, con quien se ordenó sacerdote y que ayer celebró también su aniversario.

El Papa se unió a la celebración con un mensaje, que leyó el Nuncio. Benedicto XVI destacó del cardenal español su “sólida piedad sacerdotal” y su “constante afán apostólico”.

 

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