Rouco evita la polémica levantada el año pasado y organiza un acto “por la familia cristiana” netamente religioso, al que acudirán 35 obispos

La experiencia del acto de las familias celebrado en Madrid el año pasado, el 30 de diciembre, no del todo positiva, ha llevado este año al cardenal Rouco a diseñar un acto exclusivamente religioso en el que sólo hablarán el Papa y el propio cardenal en la homilía de la Misa. Se espera la presencia de una veintena de obispos, la mitad que en 2007.

El año pasado, el acto “Por la Familia Cristiana”, celebrado el 30 de diciembre en la Plaza Colón de Madrid, congregó a cientos de miles de familias, y en él pronunciaron discursos varios obispos y líderes de movimientos religiosos. Fue criticado desde algunos ámbitos, hablando de acto de “carácter político”. 

Recibieron críticas las palabras del propio cardenal de Madrid, quien afirmó que las leyes españolas sobre el aborto, el divorcio y el matrimonio homosexual suponen “una marcha atrás respecto a lo que la Declaración de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas reconoce”.

El discurso más atacado fue el del cardenal arzobispo de Valencia, Agustín García-Gasco, quien calificó de “fraude y engaño” la “cultura del laicismo radical”, y añadió que “por ese camino no se respeta la Constitución española de 1978 y nos dirigimos a la disolución de la democracia”.

Este año, el día 28 de diciembre, fiesta de la Sagrada Familia, el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela ha querido evitar posibles polémicas. Por ello, será un acto netamente religioso.

Arrancará a las 12 de la mañana, en una conexión en directo con el Vaticano para el rezo del Ángelus con el Papa Benedicto XVI, tras el cual el Pontífice dirigirá un mensaje a las familias de todo el mundo, con una mención especial para las congregadas en la madrileña Plaza de Colón. A continuación, Rouco presidirá un Misa acompañado de los obispos y sacerdotes presentes. Por último, un grupo de familias se acercarán a besar al Niño Jesús.

En el acto del año pasado participaron varios cientos de miles de personas ­-dos millones según el Arzobispado de Madrid- y estuvieron presentes, junto a los cardenales Rouco, Cañizares, García-Gasco y Sistach, 42 arzobispos y obispos españoles y los representantes de los movimientos eclesiales Andrea Ricardi (Comunidad de San Egidio), Julián Carrón (Comunión y Liberación), Kiko Argüello (Camino Neocatecumenal), Chiara Lubich (Focolares, con un mensaje por escrito), o Manuel Cariacedo (Renovación Carismática).

Este año, la presencia de purpurados será mucho menos numerosa: 35 obispos. El principal motivo es que, cuando se supo de la celebración del 28 de diciembre, hace poco más de 15 días, muchos ya habían organizado actos similares en sus respectivas diócesis para ese mismo día.

Algunos de los que han confirmado su asistencia hasta el momento son el cardenal Arzobispo de Valencia, Agustín García-Gasco, y sus tres obispos auxiliares Esteban Escudero, Enrique Benavent y Salvador Jiménez; el cardenal arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares (recién nombrado Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos); el arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez; el arzobispo de Oviedo, Carlos Osoro; el obispo de Cartagena, Juan Antonio Reig Plà, y el auxiliar de Bilbao Mario Iceta.

Por su parte, los cardenales Martínez Sistach y Amigo, los arzobispos de Bilbao (Ricardo Blázquez), Santiago de Compostela (Julián Barrio), y Mérida-Badajoz (Santiago García Aracil), entre otros, han anunciado que no podrán estar en la Misa de Colón por coincidirles con otros actos aunque han invitado a acudir a Madrid a sus fieles.

 

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