Murió un matrimonio y sus dos hijos

Asesinatos en Guadalajara. España solicita a Brasil fichas de sicarios

Policía y Guardia Civil investigan vuelos de salida y llegada a Barajas en agosto. Se sospecha que actuaron 2 o 3 personas

La familia de nacionalidad brasileña hallada muerta en su domicilio de Guadalajara.
La familia de nacionalidad brasileña hallada muerta en su domicilio de Guadalajara.

Todo apunta a un ajuste de cuentas. Esa es, al menos, la línea principal de investigación que siguen en estos momentos los agentes de policía judicial de la Guardia Civil. El ‘modus operandi’ de los asesinos lleva a pensar que se trata de sicarios llegados a España desde Brasil para cometer el crimen. Interior ha solicitado ayuda para identificar a sujetos sospechosos que hayan entrado en agosto a través de Barajas procedentes de Brasil.


De la colaboración de Brasil dependerán los avances de la investigación, aseguran fuentes de la Guardia Civil cercanas al caso. En la casa donde fueron hallados los cuerpos de Janaína Santos Américo y Marcos Campo Nogueira, y de sus hijos de 1 y 5 años, “apenas hay rastros” que seguir.

El Juzgado de Instrucción Número 1 de Guadalajara ha decretado el secreto sobre la investigación, que depende de agentes de la Unidad de Policía Judicial de la Guardia Civil de la Comandancia de Guadalajara.

Se buscan sicarios en Barajas

Pese al secreto impuesto sobre la investigación, ECD ha podido saber de fuentes próximas al caso que Interior ha solicitado al gobierno brasileño información sobre redes de sicarios y asesinos  a sueldo ‘fichados’.

Con ese material, los investigadores quieren proceder a revisar las cintas de seguridad del aeropuerto de Barajas, situado a exactamente 50 kilómetros por carretera de la localidad de Pioz donde residía el matrimonio. Se espera encontrar alguna coincidencia entre las fichas de posibles sospechosos  aportadas por la policía brasileña y el pasaje de los vuelos procedentes y con destino a Brasil.

Dos o tres personas que viajaron para matar

Fuentes de la investigación aseguran que se maneja la participación “de entre dos y tres personas”, que probablemente habrían viajado a España unos días antes del crimen para inspeccionar el terreno y decidir la forma de proceder, y habrían abandonado el país nada más cometerse el crimen.

Se trata de averiguar si la pareja, de nacionalidad brasileña y residentes en España desde hace 3 años, tenían algún tipo de antecedente relacionado con grupos de crimen organizado o narcotráfico. Un supuesto que cobra fuerza entre los expertos criminalistas, que ven en el ‘modus operandi’ de los asesinos un trabajo “típico de sicarios de Sudamérica”.

Los cuerpos de los adultos fueron desmembrados en introducidos en bolsas de plástico, mientras que los de los menores tan sólo fueron degollados. Un ensañamiento de este tipo, explican fuentes consultadas, “es habitual en casos de ajustes de cuentas”.

Un trabajo de “profesionales” que no dejaron pistas

Nadie vio nada. Ningún vecino escuchó nada. La seguridad de la urbanización –con vigilantes que patrullan toda la noche- no registró nada extraño-. No hay huellas ni signos de violencia. La puerta no estaba forzada. Fue el hedor de los cuerpos en descomposición de los cuatro miembros de la familia fue lo que alertó a los vecinos de la urbanización La Arboleda de Pioz (Guadalajara). La Guardia Civil consiguió acceder al domicilio con las llaves de repuesto del propietario.

Sus vecinos, según indican a ECD personas que convivían al lado del matrimonio, apenas les conocían ni les veían. Una vecina de la urbanización explica que vive frente a la pareja y que nunca les había visto “pese a que saco a pasear al perro” por la zona varias veces al día. Llevaban un mes viviendo en éste área residencial, formada por unos 600 chalets familiares, que en los meses de verano suele vaciarse.

 

Se empadronaron un mes antes del asesinato

El matrimonio llevaba cuatro meses residiendo en la localidad alcarreña, aunque se empadronaron en el registro municipal el pasado 21 de julio –aproximadamente un mes antes de su asesinato- según confirman fuentes municipales. Sólo él trabajaba como jefe de sala de un restaurante, mientras ella era ama de casa. Los investigadores analizan además por qué la mujer se cambió de nombre en las redes sociales.

Fuentes de la investigación aseguran que trataban de mantener en todo momento una vida discreta. No salían apenas de casa, no disponían de conexión a internet ni teléfono fijo –ninguna de las facturas estaba a su nombre-, no tenían coche –el marido iba andando al supermercado más cercano, a unos tres kilómetros- y la casa apenas estaba amueblada. Detalles que llevan a los expertos en criminalística a determinar que estaban tratando de “esconderse”.


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