ETA advierte en un documento interno que los altos el fuego son para “alcanzar saltos políticos”. Las fuerzas de seguridad dicen que eso busca con Sortu: refundar Batasuna

A partir de ese texto, los servicios antiterroristas han llegado a la conclusión de que el actual alto el fuego responde a esa estrategia, y que el “salto político” que se busca es la creación del partido Sortu, para el que los cabecillas de la izquierda abertzale han obtenido el ‘plácet’ de la banda, y colarse en las próximas elecciones de mayo.

En la vista oral que se ha celebrado en el Tribunal Supremo sobre la legalización de Sortu, los agentes de la Guardia Civil y de la Policía que han declarado como testigos aseguraron que ETA no tiene intención de disolverse y que los movimientos detectados en el sur de Francia revelan que, lejos de desaparecer, la banda está empleándose a fondo en su reorganización.

Es decir, que en este alto el fuego -declarado el pasado 8 de enero-, la cúpula etarra sigue la misma estrategia que ya aplicó en anteriores treguas: hacer un parón en su “actividad armada” para recomponer sus estructuras, en esta ocasión muy castigadas por la acción de las Fuerzas de Seguridad tanto españolas como francesas.

Aurrera begirako ildoa

El escepticismo de los expertos en la lucha antiterrorista es consecuencia de lo que la propia ETA refleja en sus documentos internos. En el titulado ‘Aurrera begirako ildoa, Fase Politikoaren Ezaugarritzea/ Línea de cara al futuro, caracterización de la fase política’, al que ha tenido acceso El Confidencial Digital, los terroristas advierten de que “solo se establecerán, gestionarán y se mantendrán altos el fuego y treguas, tanto parciales como generales, con el objetivo de alcanzar puntos de inflexión y saltos políticos dentro del proceso de liberación”.

En opinión de las fuentes consultadas, uno de esos “saltos políticos” es  Sortu, formación que, tanto para la Guardia Civil como para la Policía, constituye, sin duda alguna, la “refundación de Batasuna”.

En el documento citado, ETA dice que “las iniciativas políticas deben estar siempre encaminadas a avanzar en la lucha de liberación, a generar nuevas condiciones, a dar un vuelco al debate político o a provocar contradicciones al enemigo. Del mismo modo, las iniciativas políticas deben estar canalizadas hacia el fortalecimiento del carácter político de Euskadi Ta Askatasuna y a fortalecer su capacidad de influencia.

Las principales iniciativas de ETA y las más significativas han estado unidas, frecuentemente, a una tregua o alto el fuego y conexas a un proceso. Con esa estrategia, la banda lo que pretende es convertirse en “agente político” para sentarse en posición de igualdad en una mesa de negociación con el Gobierno.

Las treguas

ETA recuerda en el documento sus treguas o altos el fuego que fueron seguidos de episodios de negociación. Cita las conversaciones de Argel (1989) y los procesos abiertos en 1998 (Gobierno Aznar) y 2006 (Gobierno Zapatero), así como “la decisión de 2004 de no actuar en Cataluña”, resultado de un pacto entre José Antonio Urritikoetxea Bengoetxea, ‘Josu Ternera’, y el dirigente independentista catalán Josep Luis Carod Rovira.

Precisamente por considerar que los altos el fuego o las treguas son “iniciativas de gran potencialidad y efecto político”, la banda advierte de que se trata de un “valor” que hay que administrar. “Se deben ofertar sabedores de que su valor se agota o recorta con su uso”.