Huelga general del 29-M. Orden tajante de Sáenz de Santamaría a los delegados del Gobierno: que no se repitan los sucesos de Valencia, garantizar a toda costa el transporte público

El Gobierno ha dado ya las primeras instrucciones concretas a los delegados del Gobierno de cara a la huelga general del 29 de marzo. Y es Soraya Sáenz de Santamaría la que está llevando en persona la gestión de ese reto. Ella ha transmitido a los delegados las órdenes sobre cómo mantener el orden público en las calles.

Según ha podido saber El Confidencial Digital de fuentes gubernamentales, la vicepresidenta convocó en La Moncloa a los delegados del Gobierno de toda España a principios de esta semana para transmitirles las instrucciones de cara a la huelga general. Al encuentro acudió también el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz.

Las consignas del Gobierno fueron rotundas. Especialmente dos muy concretas:

-- No pueden repetirse, bajo ningún concepto, los altercados que se registraron en Valencia durante las protestas estudiantiles de hace unas semanas.

-- Hay que garantizar a toda costa el funcionamiento del transporte público el día 29.

La imagen de España en el exterior

Según las fuentes consultadas por ECD, la mayor preocupación del Gobierno respecto a la huelga general es la imagen que el país pueda dar en el extranjero.

Más, incluso, que el coste político que pueda tener para Mariano Rajoy, ya que en el Partido Popular daban por descontado que los sindicatos convocarían una huelga general.

En Moncloa no gustaron los incidentes entre los estudiantes y la Policía Nacional en Valencia durante las últimas protestas por los recortes en Educación. De ahí la orden de que algo así no vuelva a producirse. Y es que también recuerdan el descrédito internacional que han provocado las imágenes de la oleada de huelgas y protestas en Grecia.

Garantizar el transporte público

 

El otro foco principal del Gobierno va a ser garantizar que en toda España funcione el transporte público, pero sobre todo en las grandes capitales. “Hay que evitar la foto que buscan los sindicatos de un país paralizado”, comentan altos cargos del Ejecutivo.

Tampoco están dispuestos a que se impida acudir al trabajo a quien no desee parar ese día.

La consigna es que las fuerzas de seguridad se desplieguen ya por la noche y desde primera hora de la madrugada del día 29, para evitar que los piquetes bloqueen los transportes, sobre todo en Madrid, que suele ser el termómetro para determinar si la huelga ha tenido éxito o no.

Seguimiento cercano al 80%

Según fuentes sindicales consultadas por ECD, en la cúpula de UGT y CC.OO. consideran que el seguimiento al paro será masivo, y ligeramente por encima al de la última huelga general al Gobierno de Zapatero –el pasado 29 de septiembre- que se situó en torno al 70%.

En esta ocasión, según encuestas internas que han ido realizando estos días en las empresas, elevan la participación hasta casi el 80%.

Para los expertos, paralizar en un 80% la actividad de un país, según las cifras que manejan los sindicatos, podría suponer un coste millonario en términos de Producto Interior Bruto (PIB): cerca de 2.700 millones de euros (más del 0,2% del PIB).

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