Investigación en la cárcel de Huelva. Un preso de ETA intenta colar un teléfono móvil aprovechando un vis a vis con su novia
Centro penitenciario de Huelva. La novia de un etarra viaja hasta allí para tener un encuentro personal con su pareja, que intentó volar el ayuntamiento de Santander con dos coches bomba. Tras el vis a vis, los funcionarios llaman al preso y le cachean, encontrando un teléfono móvil que pretendía colar en el interior de la cárcel.
El suceso es calificado por funcionarios de prisiones como “muy grave”. Intentar colar un teléfono en un centro penitenciario es una maniobra considerada “habitual” entre los presos comunes, pero hasta ahora no se habían dado casos de miembros de ETA que intentaran mantener comunicación con el exterior de la cárcel con dispositivos móviles, explican a El Confidencial Digital fuentes de Instituciones Penitenciarias.
Todo ocurrió el 5 de enero. El etarra Aritz Arginzoniz tenía concedido un vis a vis con su pareja sentimental en una sala de la prisión. Los funcionarios encargados de vigilar el encuentro observaron en los instantes previos movimientos extraños y una actitud poco habitual en la novia del terrorista encarcelado. Su actitud les levantó la voz de alarma.
Tras el vis a vis, los funcionarios decidieron cachear exhaustivamente a Arginzoniz. Fue una situación tensa, explican las fuentes consultadas por ECD, porque el etarra se negaba a colaborar.
Finalmente, los responsables de la prisión encontraron entre sus pertenencias un teléfono móvil que la pareja del etarra le había entregado y que éste pretendía introducir en el interior del centro penitenciario. El teléfono estaba apagado y tenía su batería y tarjeta telefónica.
La dirección de la prisión de Huelva ha ‘castigado’ al etarra con la suspensión de todos sus vis a vis durante los seis próximos meses.
Aritz Arginzoniz Zubiaurre, alias 'Artito', fue detenido en la estación de autobuses de Santander en 2007. Era un miembro ‘liberado’ de la banda terrorista y estaba siendo buscado tras el hallazgo de un zulo en Amorebieta y de explosivos en el valle de Atxondo (Vizcaya). Tenía en su mochila dos detonadores.
