Así es la extraña vida que lleva José Bretón (niños de Córdoba) en la cárcel: lee dos periódicos, se pasa el día viendo la televisión, nunca habla de sus hijos, tres presos le vigilan

Según fuentes penitenciarias consultadas por El Confidencial Digital, nada más llegar a la prisión cordobesa, Bretón pidió una televisión. Instaló el aparato en su celda y sintonizó los canales que quería ver. Desde el día 21 de octubre, fecha en la que ingresó en prisión, se pasa el día encerrado en la celda viendo diversos programas y, principalmente, muy atento a los telediarios.

El padre de Ruth y José está al tanto de lo que se dice de él y de las informaciones que van apareciendo sobre el caso de sus dos hijos desaparecidos, hace ya casi medio año. El recluso lee diariamente dos periódicos: Diario Córdoba y ABC Córdoba. Especial atención muestra, destacan a ECD quienes están al tanto de sus movimientos, por las informaciones que hablan sobre él o sobre sus hijos.

Dispone también de una pequeña radio con auriculares, que utiliza durante los momentos que no pasa en la celda. Sale unas cuatro horas a pasear por el patio, siempre con su transistor en la mano.

Ubicado en el módulo de ingresos de la prisión cordobesa, recibe todos los fines de semana la visita de algún familiar. También pasa a verle su abogado.

Objetivo: evitar suicidio

Bretón no tiene roce con ningún otro preso. Solo se cruza con reclusos que colaboran de manera voluntaria en el módulo de ingresos donde se encuentra internado.

Las fuentes consultadas por ECD aseguran que apenas cruza palabra alguna con ellos. Es esquivo, rehúsa cualquier conversación. Intenta mantenerse alejado de sus compañeros en todo momento.

Con quien sí habla es con sus tres ‘vigilantes personales’. Se trata de tres reclusos que le acompañan durante las 24 horas del día para evitar que se autolesione o que, en caso extremo, se suicide.

Uno de ellos le sigue los pasos durante el día, desde la 8 de la mañana que le acercan el desayuno hasta las 8 de la tarde, que se clausuran las rejas de las celdas. Los otros dos presos están con Bretón por la noche en su misma celda y le vigilan mientras duerme.

Fuentes penitenciarias aseguran que los presos implicados en procesos tan mediáticos como el de los niños de Córdoba son proclives a autolesionarse. Se les aplica, por tanto, un dispositivo especial antisuicidios, que es más exhaustivo si cabe en el caso de Bretón.

El protocolo de seguridad que se lleva cada día con José Bretón, apuntan funcionarios consultados por ECD, es muy similar al que se le aplicó a Miguel Carcaño (caso Marta del Castillo) en el centro penitenciario de Morón (Sevilla II). Hay que recordar que Carcaño escribió una carta en su celda y, posteriormente, intentó suicidarse. De momento, Bretón no ha realizado ningún gesto en esta dirección.

No habla de los niños

Quienes cruzan alguna palabra con Bretón se sorprenden de la pasividad del interno: nunca ha citado el nombre de sus hijos, solo reitera una y otra vez que él es inocente y que alguien se llevó a los pequeños. Las fuentes consultadas por ECD apuntan que parece como si tuviera un guión escrito, un mantra, que repite una y otra vez.

Un detalle que ha llamado la atención de los funcionarios es que haya cambiado de actitud. Efectivamente, explican, al principio José Bretón era más colaborador. Ahora, de un tiempo a esta parte, se ha vuelto más esquivo y apenas habla con ellos.

Antes, por ejemplo, pedía algún libro de la biblioteca. Pero a medida que se van conociendo detalles del caso, Bretón se ha vuelta más retraído: “Parece una sombra”, apunta un veterano profesional.