Nuevo altercado de un recluso de ETA en una cárcel española. Un etarra se rebela para no compartir celda con un preso común y termina en el módulo de aislamiento

Primero fueron dos gitanos, que sembraban el terror entre los presos de ETA. Más tarde vinieron las sospechas de que los etarras consumían droga en el interior de las prisiones. Ahora, un nuevo altercado: un etarra se ha negado a compartir celda con un preso común por temor a que le pueda pasar algo.

Los etarras quieren seguir manteniendo sus privilegios en el interior de las cárceles de España y Francia. Exigen continuar ocupando celdas propias, sin mezclarse con el resto de internos de las prisiones donde se encuentran recluidos.

Sin embargo, de un tiempo a esta parte, algunos directores de prisiones están cambiando de actitud. Han decidido acabar con los privilegios que todavía conservan.

Es el caso del máximo responsable de la prisión de Valladolid que, hace unos días, decidió que uno de los etarras internados en su centro penitenciario dejara de disfrutar de una de las ventajas de las que gozaba: disponer de una celda individual para él solo.

El etarra, Oier Urrutia, apodado ‘Txime’, había sido internado en la prisión vallisoletana y la dirección dispuso que iba a compartir celda con otro recluso común.

Según ha podido saber El Confidencial Digital, el etarra se rebeló y protagonizó un altercado con los funcionarios del centro penitenciario. No quería dormir a solas con otro preso. Exigía disponer de una celda en solitario por temor a que le pudiera agredir en algún momento. Hay que recordar que los etarras no son muy bien vistos por los convictos.

Finalmente, la dirección de la prisión se negó a aceptar sus exigencias y le trasladó al módulo de aislamiento, donde ha pasado varios días.

Fuentes del Ministerio del Interior consultadas por ECD explican que algunos directores de prisiones están considerando a los etarras como unos reclusos más, lo que supone una decisión histórica en las prisiones. “Como ellos afirman que estamos ante una nueva etapa, los directores de las cárceles están cambiando el trato hacia los etarras en sus centros”, afirman.

Oier Urrutia fue condenado a 14 años de cárcel por fabricar bombas para ETA. En el juicio aseguró que se encontraba “borracho” y que lo hizo “para hacer el tonto”.

El historial de altercados de los presos de ETA con presos comunes es largo. Uno de los más significativos fue la ‘cruzada’ que iniciaron dos hermanos gitanos, Luis y Juan Amador, contra los abertzales. Llegaron a apuñalar a tres etarras.

 

Recientemente, Prisiones inició una serie de controles ante la sospecha de que los reclusos de ETA pudieran estar consumiendo droga en el interior de las cárceles.

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