El PP no quiere hablar de ETA ni de si hay negociación porque ‘distrae’ de su principal baza política: la crisis y los problemas de Zapatero

En la cúpula del Partido Popular se considera que hablar de la posible negociación entre el Gobierno y el entorno de Batasuna es una inconveniencia estratégica. “No nos conviene” hablar de ETA, afirman en la cúpula ‘popular’, pues piensan que no hay que desviarse de su mensaje de oposición más efectivo: criticar a un Zapatero que está contra las cuerdas.

Según fuentes de la dirección del Partido Popular consultadas por El Confidencial Digital, la razón de que en Génova no guste hablar de ETA es que no se quiere “amortizar tan pronto los desastres de Zapatero”, en referencia a su gestión económica y a los recortes en política social anunciados por el presidente del Gobierno la semana pasada.

La cúpula ‘popular’, además, se ha venido distanciando notablemente de las declaraciones de Jaime Mayor Oreja en torno al mantenimiento de cauces de comunicación entre el Gobierno y los etarras. Desde la dirección del Partido Popular se apuntaba a este diario que para el PP siempre ha sido primordial el mantenimiento del pacto de Gobierno en el País Vasco, y que por tanto no podían ni pueden abordar con ligereza el tema de las posibles negociaciones.

Este lunes, con todo, la secretaria general de los ‘populares’, Dolores de Cospedal, exigió al Gobierno un desmentido de las informaciones que hablan de una negociación entre el Ejecutivo y los batasunos. En Génova no gustó el tener que hacer esas declaraciones, pero “hay que hablar de lo que hay que hablar”, indican fuentes ‘populares’ a este diario.

En el PP se considera que el socialista vasco Jesús Eguiguren sigue manteniendo sus contactos en el mundo independentista radical, y asimismo se piensa que “una nueva negociación con ETA es la última alternativa de Zapatero para salvar la cabeza”. Esto justificó las palabras de Cospedal el pasado lunes. Sin embargo, tras el aviso lanzado por su secretaria general, los ‘populares’ han decidido fiarse de los desmentidos del Gobierno.

Con esta actitud de confianza, el PP evita varios escollos para el partido: se ahorra sacar el tema de ETA cuando menos repercusión tiene en la opinión pública, sortea todo posible daño al pacto con el PSE en el País Vasco y puede centrar su discurso de opinión en la gestión económica del Gobierno de Zapatero.

 

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