El acoso independentista a la Guardia Civil llega a Baleares

Los independentistas radicales de Endavant (CUP) han colgado pancartas junto al puesto de Palma de Mallorca en las que acusan de “torturadores” a los agentes y exigen “que se vayan”

Pancarta contra la Guardia Civil en Palma de Mallorca.
Pancarta contra la Guardia Civil en Palma de Mallorca.

De “Alde Hemendik” a “Que s’en vagin”: las acciones contra las Fuerzas de Seguridad por parte de grupos radicales independentistas se elevó en Cataluña durante los meses de mayor tensión por el proceso secesionista. Recientemente esa campaña también ha llegado a Baleares.

Así lo denuncian desde la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC). Hace unos días, miembros del colectivo Endavant (uno de los que integran la CUP) colgaron muy cerca del puesto de la Guardia Civil en la calle Manuel Azaña de Palma de Mallorca.

“Tenemos la legitimidad para torturar”, se puede leer (en catalán) en dicha pancarta. Esa acusación de cometer torturas hecha hacia los agentes del Instituto Armado va acompañada del logotipo de la campaña “Que s’en vagin”, es decir, “Que se vayan”. Es un calco de la campaña de los radicales abertzales que en el País Vasco y Navarra acosan a la Guardia Civil, le dejan maletas en la puerta de los cuarteles, y también con el lema "¡Alde Hemendik!" ("Fuera de aquí").

El pasado verano los independentistas más radicales activaron en Cataluña una campaña con ese lema, que tomó fuerza tras las primeras intervenciones de la Guardia Civil previas al 1-O para tratar de desactivar el referéndum. Ahí empezaron las concentraciones de acoso contra los agentes enviados desde otros puntos de España, que incluso fueron expulsados por algunos hoteleros.

Este verano Endavant retomó la campaña, colocando pancartas en distintos puntos de Cataluña. Hace unos días colgaron la ya citada pancarta junto al cuartel de Palma de Mallorca.

Para la Asociación Española de Guardia Civiles, “este tipo de acciones se extienden porque tanto guardias civiles como policías nacionales no tienen reconocido el delito de odio, que es lo que están sufriendo en varias comunidades: Cataluña, Navarra... y ahora Baleares, para el Ministerio del Interior no hay delito de odio sino que es un “delito de discriminación””.

Denuncian que en esa casa cuartel de Palma, así como en la de Manacor, además de agentes también viven sus hijos, menores de edad, que “son testigos de este acoso y estos actos pueden conllevarles secuelas psicológicas”.

Por eso, porque el acoso afecta también a sus familias, piden que se considere delito de odio las muestras de acoso contra los familiares de los guardias civiles.

 

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