Pese al comunicado de la banda anunciando su desaparición

El aparato policial ‘anti-ETA’ no se disuelve

La Guardia Civil mantiene operativos a 180 agentes de la UCE-1 y la Policía Nacional a una decena de especialistas en terrorismo etarra de la Comisaría General de Información

Dirigentes de ETA durante la lectura de un comunicado.
Dirigentes de ETA durante la lectura de un comunicado.

ETA se ha disuelto, pero las unidades de la Guardia Civil y la Policía Nacional que durante años se han dedicado a perseguir a los pistoleros, no. Los servicios de información de ambos cuerpos tienen claro que la amenaza no ha cesado y, por ese motivo, va a mantener intactos los equipos especializados en terrorismo etarra.

Así lo confirman a El Confidencial Digital altos mandos de la Policía y la Guardia Civil que, si bien reconocen que el número de efectivos de estas unidades se redujo tras el anuncio del cese definitivo de la violencia en 2011, insisten en señalar que los integrantes de estos equipos se mantienen totalmente activos.

-- “En los últimos tres o cuatro años ha habido traslados, es cierto, pero somos bastantes los que hemos estado hasta el final... y todavía seguimos”, afirma uno de los protagonistas. 

180 efectivos de la Guardia Civil...

Desde la Dirección General de la Guardia Civil confirman a este diario que, a día de hoy, el Instituto Armado cuenta con un total de 180 efectivos dedicados, única y exclusivamente, a combatir a ETA.

Todos ellos, explican las fuentes consultadas, pertenecen a la Unidad Central Especial número 1, más conocida como UCE-1. Este departamento, dependiente de la Jefatura de Información de la Guardia Civil, se ha dedicado, desde su formación, a las “amenazas terroristas internas que afectan a la seguridad del Estado”.

Pero su prioridad desde hace más de medio siglo ha sido luchar contra los terroristas de ETA, una labor que no van a abandonar ahora pese al anuncio de disolución de la banda: “Después del comunicado, se ha recibido confirmación de que la unidad sigue adelante”.

De los 180 efectivos de los que dispone la UCE-1, 70 están en oficinas y 110 son agentes operativos. Los primeros “hacen más trabajo de análisis” sobre atentados sin resolver y toda la información que les llega; mientras que los segundos “están sobre el terreno, allá donde pueda haber un etarra o cualquier tipo de actividad sospechosa”.

Los agentes operativos, de hecho, han estado presentes en las operaciones más recientes contra la banda, como la detención del último jefe de ETA, Mikel Irastorza, en Francia: fueron los gendarmes galos los que le atraparon, pero siempre con el apoyo y la presencia de los integrantes de la UCE-1. En otras operaciones, sobre suelo español, los agentes “anti-ETA” contaron con la colaboración del GAO.

Este Grupo de Apoyo Operativo, con base en el cuartel de Valdemoro, también conserva dentro de sus filas a guardias especializados en detenciones de etarras: “Si hubiera cualquier nueva detención, les llamaríamos a ellos”. No obstante, a diferencia de los agentes del UCE-1, no se dedican en exclusividad a esta banda terrorista.

Las fuentes consultadas explican que, en el último lustro, algunos integrantes de la  Unidad Central Especial número 1 han pasado a formar parte de la UCE-2, dedicada al terrorismo yihadista, o a la UCE-3, especializada en contrainteligencia y ciberterrorismo. No obstante, añaden, “mantenemos una gran plantilla para la lucha contra ETA”.

 

… y una decena de especialistas en la Policía

Ese traspaso de efectivos entre las diferentes unidades de información ha sido mucho más notable en la Policía Nacional, donde el equipo dedicado exclusivamente a combatir el terrorismo de ETA se ha visto drásticamente reducido.

Según confirman a ECD altos mandos policiales, a día de hoy existe en la Comisaría General de Información un grupo de expertos en terrorismo etarra, integrado por una decena de agentes: “Continúan trabajando en la lucha contra ETA y también contra un entorno abertzale que, ni mucho menos, ha frenado su actividad”.

La labor de estos agentes no se centra únicamente en investigar asesinatos sin resolver, sino en detectar nuevos procesos de radicalización en el País Vasco. Un fenómeno que, según afirman desde la Comisaría General de Información, se mantiene vigente.

De hecho, añaden las fuentes consultadas, la Brigada de Información de la Policía Nacional reporta a Madrid cualquier tipo de incidencia en ese sentido, y “la conclusión es que los abertzales continúan activos y organizados”.

Continúa la búsqueda de zulos

Por último, desde las direcciones generales de ambos cuerpos explican a ECD que, pese al anuncio de disolución de ETA “no podemos relajarnos” porque, en procesos de este tipo, “siempre existe la posibilidad de disidencias”. Ya pasó, por ejemplo, con el IRA, y no se descarta que activistas violentos quieran actuar por su cuenta.

Ante esa amenaza, “nadie se puede permitir rebajar la vigilancia”. Una tesis que ha sido clave en la continuidad de estas unidades especializadas en la lucha contra el terrorismo etarra tanto de la Policía Nacional y la Guardia Civil.

En el Instituto Armado, además, tienen una misión extra que no van a abandonar pese al comunicado de la banda: “Vamos a seguir buscando zulos hasta el fin de los días. Calculamos que tenemos vigilados y controlados el 40% de los existentes, por lo que aún hay trabajo que hacer”.


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