Ceuta y Melilla serán incluidas por primera vez en la Estrategia de Seguridad Nacional

El plan que ultima Moncloa analizará no solo las entradas de inmigrantes, sino también la amenaza de asfixia económica, la defensa de las dos ciudades y tendrá en cuenta el rearme de Marruecos

Frontera del Trajal (Ceuta)

El Departamento de Seguridad Nacional tiene listo el borrador de la Estrategia de Seguridad Nacional (ESN) 2021 que reemplazará a la actual directiva de 2017. Entre las novedades, el borrador de la ESN 2021 contempla un “plan estratégico global” para Ceuta y Melilla.

Fuentes del departamento de Seguridad Nacional explican a Confidencial Digital que la crisis de Ceuta ha sido interpretada como algo mucho más complejo que una simple crisis de inmigración.

Por ello, se ha diseñado una estrategia concreta para las distintas amenazas a las que se enfrentan las dos ciudades autónomas, como la asfixia económica o la defensa de la integridad territorial. Además, tiene en cuenta el rearme del país vecino.

Las fuentes aclaran, eso sí, que la elaboración de una Estrategia de Seguridad Nacional requiere un análisis holístico de los acontecimientos de los últimos años y del pasado reciente. Son las tendencias y no solo los acontecimientos puntuales las consideraciones más importantes para establecer líneas de acción estratégicas.

Amenazas: avalanchas migratorias, asfixia económica, polarización…

El plan del Departamento de Seguridad Nacional, que se enmarca en la nueva Estrategia, responde a las amenazas que envuelven a Ceuta y Melilla, especialmente desde el incremento de las tensiones diplomáticas con Marruecos.

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Por una parte, la más mediática, la migratoria. Como es sabido, en mayo de 2021 se produjo en Ceuta una avalancha de unos diez mil inmigrantes que cruzaron la frontera de forma irregular, ante la pasividad de las fuerzas de seguridad marroquíes.

Por otra parte, la asfixia económica de Ceuta y Melilla por parte de Marruecos es contemplada como una amenaza real. Según un informe al que tuvo acceso El País, el Ejecutivo alerta de un nuevo reto demográfico en las ciudades autónomas, que se traduce en una “creciente polarización” y una preocupante “brecha social”, algo que se ve agravado con el fomento –por cierto- de las ‘fake news’.

El mismo documento advierte de la “desconexión económica” con la zona limítrofe marroquí que España atribuye a un objetivo nacional contante e irrenunciable por parte de Rabat para anexionarse Ceuta y Melilla.

Expertos del Real Instituto Elcano recuerdan que las dos ciudades no han dejado de ser un objetivo para Marruecos. Hay que recordar que el reino marroquí no negoció su independencia con España, sino con Francia. Por tanto, la recuperación de la “marroquinidad” de las ciudades e islas “ocupadas por España” es un objetivo permanente.

Por último, no puede perderse de vista el rearme marroquí. El país vecino negocia con Turquía la compra de 22 helicópteros de ataque y 12 drones.

Anteriormente, un informe del Instituto de Seguridad y Cultura avisó del ambicioso programa armamentístico que está llevando a cabo Marruecos en los últimos años, que incluye la adquisición de material por más de 20.000 millones de dólares.

Crisis migratoria, una estrategia de guerra híbrida

Las tensiones con Marruecos han aumentado por las ambigüedades del Ejecutivo sobre el Sáhara Occidental.

El Gobierno reconoció en sede parlamentaria que los hechos en Ceuta son “una prueba más” de la diversidad de retos que afronta la seguridad nacional en las ciudades autónomas. Además, definió la avalancha de inmigrantes como una herramienta más de las utilizadas en el marco de las estrategias híbridas por el país vecino.

Tras la entrada masiva de inmigrantes a Ceuta, Sánchez calificó como inadmisible que “se abran las fronteras por discrepancias en política exterior”. A lo que Marruecos respondió afirmando que la crisis tiene su origen en la posición española sobre el Sáhara Occidental, y no en un tema migratorio o en que el líder del Frente Polisario haya sido acogido en un hospital español.

En un comunicado oficial, el país africano especificó que espera de Madrid “una aclaración sin ambigüedades de sus elecciones, sus decisiones y sus posiciones”.

Más de seis mil militares defienden la soberanía nacional en Ceuta y Melilla

El Ejército de Tierra cuenta con más de seis mil efectivos destinados en las ciudades autónomas para proteger la soberanía nacional y la integridad territorial. En torno a 3.000 militares están destinados en Ceuta y otros 3.000 en Melilla.

En Melilla se encuentran la Comandancia General y su Batallón junto al Tercio ‘Gran Capitán 1º de la Legión, el Regimiento de Caballería ‘Alcántara’ 10, el Regimiento Mixto de Artillería nº 32, el Regimiento de Ingenieros nº 8 y una unidad logística.

En Ceuta, además de la Comandancia General, su Batallón y una unidad logística, se encuentra el Tercio de Alba 2º de la Legión, el Regimiento de Caballería Montesa nº 3, el Regimiento de Artillería Mixto nº 30 y el Regimiento de Ingenieros nº 7 y el Grupo de Regulares nº 54.

Durante la crisis migratoria de Ceuta hicieron una demostración de sus capacidades. Las Fuerzas Armadas, conforme a la Ley de Defensa Nacional (2005) prestaron apoyo a Policía y Guardia Civil. Su principal tarea fue la vigilancia de fronteras.

El grueso de la tarea recayó en el Tercio de Alba y el Grupo de Regulares, ya que ambos han sido adiestrados en misiones de control de masas.

Otras novedades de la Estrategia de Seguridad Nacional 2021

El borrador de la nueva Estrategia está sometido a cambios de última hora y se encuentra culminando el proceso previo a su aprobación por el Consejo de Ministros.

Como ya se contó en estas páginas, Moncloa decidió, tras la crisis sanitaria provocada por la pandemia del coronavirus, adelantar la revisión de la ESN para adecuarla a lecciones aprendidas.

Confidencial Digital adelantó que el nuevo documento elevará a la categoría de amenaza las emergencias sanitarias (pandemias y epidemias).

Además, incluirá por primera vez la desinformación entre los ámbitos de actuación. Lo que para España era una dinámica global se ha convertido en un desafío tangible para las democracias, sus procesos electorales y la estabilidad sociopolítica.