3.335 chalecos antibala para mujeres de la Guardia Civil
La Dirección General ha repartido en las últimas semanas prendas adaptadas. Hasta ahora sólo había dos o tres por provincia
El proceso para proteger a los agentes de las Fuerzas de Seguridad con chalecos antibala aún está por completar. Uno de los colectivos que aún cuenta con menos elementos de seguridad es el de las mujeres agentes, ya que en un primer momento las prendas adquiridas no estaban adaptadas a su fisionomía.
Desde principios de 2015 los distintos cuerpos policiales, desde la Policía Nacional y la Guardia Civil hasta diversas policías locales, han ido incrementando la dotación de chalecos antibala. El homicidio de una policía nacional en un atraco en Vigo, y después el asesinato de agentes en un atentado en París a manos de yihadistas, llevó a tomar estas medidas.
El problema es que en la compra de estas prendas de protección en muchos casos no se tenía en cuenta a las mujeres de las plantillas policiales. A las comisarías llegaban chalecos antibala para hombres: las agentes mujeres tenían que ponérselos pese a que no estaban adaptados a la forma del busto, lo que en muchos casos les provocaba incomodidad y dolores.
De un centenar a más de 3.000
El Confidencial Digital ha podido confirmar, por la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), que a las unidades del Instituto Armado han llegado en las últimas semanas importantes remesas de chalecos antibala específicamente destinados a mujeres, como el que se puede ver en la imagen superior.
La cifra total de estas prendas de protección es de 3.335 chalecos. La mayoría de ellos ya se han entregado, aunque en algunas provincias de España el reparto aún está pendiente de completarse.
La Dirección General de la Guardia Civil tenía previsto ampliar durante este año 2018 el número de agentes protegidos por chalecos antibala. En el caso de las mujeres, la carencia hasta ahora era especialmente acusada.
Según fuentes internas de la Guardia Civil, hasta ahora había apenas entre uno y tres chalecos antibala para mujeres en cada provincia (en total algo más de cien), que los responsables de cada comandancia provincial tenían guardados para casos de extrema necesidad.
Las asociaciones de agentes, como la AUGC y otras muchas, llevaban años trasladando las quejas de las profesionales del Instituto Armado que se veían sin protección antibala y anticuchilladas mientras sus compañeros hombres ya iban recibiendo en distintos plazos los chalecos.
Ahora con estos más de 3.000 chalecos estarán protegidas un gran número de las mujeres de la Guardia Civil. Eso sí, a diferencia de lo que ha ocurrido en otros cuerpos, estas nuevas prendas de protección no son personales, adaptados a medida de cada agente: pertenecen a cada unidad, y si una guardia civil es traladada a otra unidad distinta, el chaleco que usa no se lo lleva, sino que se queda y pasa a otra compañera.
